Al ser consultado sobre si esta concesión está relacionada con la liberación de los 252 migrantes venezolanos que se encontraban detenidos en una cárcel de máxima seguridad en El Salvador, el mandatario se limitó a responder: “No comment”
Nicolás Maduro confirmó este jueves que la petrolera estadounidense Chevron recibió una licencia para continuar sus operaciones en Venezuela.
“Efectivamente, la empresa Chevron fue informada de la concesión de licencias para seguir sus operaciones en Venezuela. Ellos informaron a la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez”, declaró Maduro en una entrevista concedida al canal multiestatal TeleSur.
Al ser consultado sobre si esta concesión está relacionada con la liberación de los 252 migrantes venezolanos que se encontraban detenidos en una cárcel de máxima seguridad en El Salvador, el mandatario se limitó a responder: “No comment”.
Maduro señaló que, mientras la situación de Chevron “estuvo en ese limbo en Estados Unidos”, los pozos petroleros que opera en conjunto con el Estado venezolano incrementaron su producción.
“Deben saber que en estos meses (…) Venezuela ha crecido un 12 % en la producción petrolera con esfuerzo propio. Por eso siempre he dicho que nosotros no necesitamos licencia para operar. Hemos aprendido a seguir nuestro propio camino; poquito a poquito se llega lejos”, afirmó.
El mandatario destacó que su Gobierno ha ido encaminando la economía en general, “pero en específico la industria de hidrocarburos”.
En este sentido, informó que actualmente hay mesas de trabajo para que “Chevron se reincorpore a sus funciones”.
“Chevron tiene 102 años en Venezuela y yo quiero que tenga 100 años más y trabajar sin problemas”, expresó.
Además, Maduro invitó a los inversionistas estadounidenses a hacer negocios con el Gobierno venezolano.
“Todo inversionista de Estados Unidos que quiera trabajar con gente seria, gente de palabra, sobre la base de la legalidad, que venga a Venezuela. Venezuela es el paraíso de las inversiones en petróleo, gas, petroquímica, hidrocarburos, etc.”, agregó.
Por otra parte, el presidente expresó su aspiración de “algún día, a corto o largo plazo, tener relaciones de comunicación permanente, de respeto y cooperación”.
“Hoy tenemos comunicación permanente diaria sobre diversos temas. Estamos gestando relaciones de respeto, de hecho… La cadena de eventos de las últimas semanas es producto de esa comunicación y respeto. Ojalá se pueda llegar al punto de relaciones de cooperación hemisférica”, indicó.
Finalmente, Maduro señaló que su gobierno insistirá en dialogar con Washington “esté quien esté” en la Casa Blanca, con el objetivo de “entendernos y avanzar cada quien como es y con lo que es”.
“Ojalá se puedan enderezar muchas cosas que han estado torcidas por dos siglos”, sentenció.
En contexto
Previamente, la agencia Reuters adelantó que el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se estaba preparando para otorgar nuevas autorizaciones a socios clave de la estatal Pdvsa —comenzando por Chevron— que les permitirían operar con ciertas limitaciones en el país e intercambiar petróleo.
Según tres fuentes consultadas por Reuters, la administración Trump permitiría que las compañías energéticas paguen a contratistas de yacimientos petrolíferos y realicen importaciones necesarias para mantener la operatividad. Algunas de estas importaciones podrían intercambiarse por crudo venezolano, como ocurrió con licencias anteriores.
Un alto funcionario del Departamento de Estado, citado por la agencia, afirmó que no podía referirse a ninguna licencia específica otorgada a los socios de Pdvsa, pero recalcó que Estados Unidos “no permitirá que el gobierno de Nicolás Maduro se beneficie de la venta de petróleo”.
Por su parte, un portavoz de Chevron declaró: “Chevron opera globalmente cumpliendo con las leyes y regulaciones aplicables, así como con el marco de sanciones establecido por el gobierno estadounidense, incluso en Venezuela”.
Tres fuentes indicaron además que el Departamento de Estado —que en mayo bloqueó una propuesta del enviado especial del presidente, Richard Grenell, para extender las licencias— estaba dispuesto a modificarlas, aunque imponiendo condiciones estrictas para evitar que fondos lleguen al gobierno de Maduro.
“Las autorizaciones podrían permanecer privadas”, aseguró una de las fuentes.
La medida revierte la cancelación de la licencia de Chevron anunciada por Trump tras asumir su segundo mandato. En ese momento, el mandatario justificó la decisión alegando el incumplimiento del gobierno venezolano en materia de reformas electorales y la falta de avances en la repatriación de migrantes.
La licencia había sido otorgada en noviembre de 2022 por la administración de Joe Biden, con el objetivo de incentivar elecciones en Venezuela. Sin embargo, fue revocada posteriormente al considerarse que no se cumplieron los objetivos planteados. Tras meses de negociaciones y presión de Chevron, la Casa Blanca extendió temporalmente la autorización en abril, pero finalmente la revocó de forma definitiva el 27 de mayo.
La licencia de Chevron se ha convertido en una pieza clave dentro de las negociaciones entre Caracas y Washington.
En un artículo titulado “Venezuela: entre la visión de Marco Rubio y la de Richard Grenell”, publicado el pasado 16 de junio en El Cooperante, nuestro analista Ricardo Sucre Heredia adelantó que la política de Washington hacia Venezuela se mueve en dos direcciones que chocan entre sí: la postura dura de Rubio y el pragmatismo de Grenell.
Según Sucre Heredia, Rubio impulsa una estrategia de “presión y quiebre”, bajo la tesis de que el chavismo es una “banda de criminales” sostenida por “la plata y las armas”, por lo que sugiere cortar todas las fuentes de financiamiento del Estado para provocar una fractura interna.
Por el contrario, Grenell busca abrir un canal de comunicación con el gobierno de Maduro sin que ello implique un reconocimiento formal. Su enfoque, explica el analista, es “pragmático y apuntaba a alcanzar objetivos específicos, como la liberación de ciudadanos estadounidenses, mediante concesiones puntuales, como la posible extensión de la licencia a Chevron”.
A su juicio, “no se trata de negociar principios, sino de intercambiar intereses”, y considera que abordar primero temas instrumentales podría, eventualmente, “allanar el camino hacia discusiones de mayor profundidad”.
Sucre Heredia también señaló que la no renovación de la licencia a Chevron responde más a factores de “política interna”. Según explicó, Trump necesitaba asegurar el respaldo de congresistas cubanoestadounidenses para aprobar su proyecto legislativo insignia, el Big Beautiful Bill. Para lograrlo, sacrificó temporalmente la licencia, a pesar de que Grenell la consideraba una herramienta útil para “construir confianza” diplomática.
El analista también explicó que Trump tiende a respaldar a Rubio porque considera que Maduro «estaba por caer en 2020» y que Biden «lo salvó» con las llamadas “licencias Biden”. No obstante, afirmó que el presidente aún mantiene a Grenell cerca y no ha roto con él.
Finalmente, Sucre Heredia concluyó que Rubio “fracasará” y que Trump terminará recurriendo a Grenell, aunque primero se tomará un “tiempo muerto” para comprobar si cortar el financiamiento al chavismo produce el quiebre prometido. Su pronóstico es claro: Trump vivirá su segunda «derrota» frente al Ejecutivo de Maduro y no tendrá otra opción que abrir un nuevo canal de diálogo.
«Trump tendrá dos opciones: o profundiza más ‘la presión’ -será forzado para que lo haga, por los ‘Crazy Cubans’ y la oposición Machado para evadir la derrota- o se mueve a la propuesta de Grenell y se abre o se refuerza, otra vez, un canal con el gobierno de Venezuela. Mi pronóstico es que Trump se moverá al ‘canal Grenell’ dentro de un tiempo», afirmó.