Con la amabilidad zuliana y la firmeza de las palabras que lo caracterizan, Monseñor Roberto Lückert, respondió a Versión Final, haciendo un alto en su viaje de retorno al estado Falcón, entidad que lo acobijó como su líder espiritual.
Con 30 años de vida episcopal Lückert ha sido un férreo luchador por la democracia y la justicia en Venezuela, oponiéndose ante todo hecho que represente persecución y maltrato al pueblo venezolano.
—¿La gente ira a votar el 6-D?
—Yo creo que sí, la gran invitación tiene que ser no solo de la Conferencia Episcopal sino que tiene que ser de la sociedad civil organizada invitando a la gente. A mi modo de ver es la última oportunidad que tenemos los demócratas de hacernos sentir e intentar cambiar el proceso totalitario al cual están conduciendo el país.
Recuerda que el presidente de la República eterno dijo que nos iba a anclar en el mar de la felicidad cubana y estamos ya anclados en el mar de la felicidad cubana.
—¿Qué le da la seguridad de que eso va a ocurrir, que la gente va a ir a votar?
—El desespero del pueblo va hacer que la gente salga a votar, porque en este momento no solamente sufre el pueblo opositor, sino que también sufre el pueblo chavista, (…) Tendrán que salir a votar, obligatoriamente, deben salir a votar.
—Usted es crítico duro de este gobierno pero ¿Cómo ve a la oposición que ni siquiera haya presentado un programa legislativo?
—Lamentablemente estamos huérfanos de poder. De poder en función de darle al pueblo venezolano el futuro promisor de bienestar, no solamente de un gobierno que tiene 15 años despilfarrando el dinero petrolero, sino la misma oposición. ¿Qué proyecto de país nos ofrece la oposición? hasta ahora que yo sepa, ninguno.
—¿Monseñor a usted le ha tocado hacer colas por alimentos?
—Gracias a Dios no, no la hago porque el bachaqueo es doméstico, gracias a Dios.
—¿Le ha tocado comprarle a los bachaqueros?
—Algunas veces sí, pero normalmente no lo hago.
—¿Qué mensaje le da usted a los bachaqueros?
—¿A los bachaqueros?, que sean justos. Porque lamentablemente esto es pueblo contra pueblo. Alguien compra un kilo de leche por 75 bolívares y va al barrio y se lo vende a mi comadre que tiene tres muchachitos muertos de hambre por 600 bolívares, o un paquete de pañales que cuesta 120 bolívares y se lo vende a mi compadre en mil 200 bolívares, eso es sumamente injusto y eso es ser ladrones, eso no puede ser. Que le gane algo, claro que si! por cinco horas de cola, pero se tiene que ganar con justicia, porque sino no es cristiano.
—¿Qué ocurrió durante su visita al Vaticano?
—(…) Algunos funcionarios del Vaticano manifestaron que mientras el Gobierno venezolano no baje las tensiones y la persecución a la oposición el Santo Padre no vendrá a Venezuela. Porque eso no es un sentido democrático (…).
—¿Monseñor, usted cree que esa postura del Vaticano tendrá algún efecto en el Gobierno nacional?
—Yo creo que es tanta la presión que se hace a nivel internacional que el Gobierno va tener que bajar la guardia, (…) en todo país democrático se hace sentir el derecho a disentir, el derecho a protestar, sino es una dictadura y ya esto pareciera no una democracia, sino una dictadura, en la cual solo mandan y deciden los que están en el Gobierno.
—¿Quiere el Papa recibir en audiencia al presidente Nicolás Maduro?
—Por su puesto, el Santo Padre es un hombre abierto y yo creo que está abierto a recibir al presidente Maduro. (…) Hay tratados comunes entre Venezuela y la santa sede que vinculan a los dos jefes de estado, (…). Recuerda el discurso del Santo Padre en Bolivia “la iglesia no excluye, incluye”, y no podemos excluir a la gente solamente por condiciones políticas, eso no es cristiano.
—Monseñor, ¿Qué opina del regalo recibido por el Papa en Bolivia?
—Recuerda que la ignorancia es audaz y yo creo que fue una torpeza de parte del presidente Evo haberle hecho ese regalo al Santo Padre, porque es una contradicción de los términos. La cruz de Cristo es amor, la Cruz de Cristo es liberación, la Cruz de Cristo es solidaridad, la Cruz de Cristo no es opresión. En cambio, bajo la sombra de la hoz y el martillo se han cometido millones de crímenes. (…) La hoz y el martillo no ha liberado a nadie, ha oprimido y ha esclavizado.
—Monseñor ¿Cómo siente usted al pueblo de Venezuela en estos momentos, continúa polarizado?
—Yo creo que en este momento el pueblo venezolano sigue polarizado (…) pero es tal el descontento que existe en la base que allí no hay polarización todos estamos golpeados por la situación de carestía, de abandono, de deterioro de la calidad de vida. Yo pienso que ese pueblo maltratado, vejado y humillado en estos 15 años va a reaccionar este 6 de diciembre.
—¿ Y el pueblo debe o no hacer mea culpa de sus errores?
—Yo creo que ya mucha gente se ha dado cuenta, (…) Recuerda que la gran bandera de la propaganda del presidente Chávez en su primer mandato, fue la lucha contra la corrupción y yo no creo que no hay gobierno más corrupto que el que tenemos en este momento.
—¿La iglesia en Venezuela tiene la misma convocatoria que años anteriores?
—Por su puesto, en el último documento que salió hace 48 horas, insistimos una vez más que el pueblo debe tener conciencia cristiana en su deber de ir a votar.
—Monseñor, ¿Qué significa para usted que Negro Primero, María Lionza y Guaicaipuro –Las tres potencias en el espiritismo- sean las figuras emblemáticas en nuestros billetes?
—Bueno eso es populismo religioso barato de parte del gobierno, es decir, asumir las devociones populares un poco extrañas del animismo primitivo y asumirlas como bandera religiosa. (…) La represión que tuvo el pueblo ante la feroz persecución de parte del gobierno de Fidel Castro. Pero no pudieron con el pueblo cubano.
Eso lo quieren implementar aquí. Ese instrumento (…) de la santería que es un verdadero sancocho cruzado en el cual hay mucho elemento cristiano católico y mucho elemento del animismo africano.
—¿Considera que debe haber un rescate de los valores en nuestro país?
—No solamente en nuestro país en todo el mundo. En este momento hay una crisis de valores. (…) los valores cristianos, los valores del evangelio están fuera de uso, y eso mismo está pasando en nuestro país. Sí hay una crisis de valores a todo nivel y más con unas leyes que quieren imponer, como es el caso del divorcio del cual ciertamente están diluyendo y acabando con el sentido de la familia venezolana.
—¿Qué piensa de la posible discusión de la Ley que permitiría el matrimonio del mismo sexo en nuestro país?
—Los legisladores deben buscar una salida que no sea el matrimonio, porque el matrimonio es entre un hombre y una mujer. El matrimonio no puede ser entre dos hombres o dos mujeres, el matrimonio tiene que ser entre un hombre y una mujer.
María Pitter/Versión Final