Miguel Henrique Otero, presidente editor de El Nacional, vaticinó que un alzamiento popular pondrá fin, más pronto que tarde, al gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro.
De paso por Colombia, Otero habló con EL TIEMPO sobre las perspectivas inmediatas que se abren en su país y, claro está, sobre cómo el diario que él dirige ha podido sobrevivir en medio de las dificultades impuestas por la dictadura de Maduro.
¿Cómo observa hoy la situación de Venezuela, su país?
Lo que está pasando en Venezuela es una cosa única en el mundo, porque es un país que puede entrar en una situación de emergencia humanitaria, pero al mismo tiempo tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo, no sé cómo van a explicar eso, es muy difícil. El modelo económico que nació con el chavismo desmanteló el aparato productivo y convirtió a Venezuela en un país totalmente importador. Tan pronto el precio del petróleo se vino al suelo entramos en crisis y hoy tenemos una inflación mayor al 200 por ciento, la más alta del mundo; un desabastecimiento de 60 por ciento de los productos básicos que no existe en ningún país; unos índices de criminalidad que superan de largo los de la Bogotá en la época más terrible. Es una situación verdaderamente catastrófica. Y a eso hay que sumarle la crisis política, que está marcada por la baja de popularidad del régimen, la caída del liderazgo de Maduro y el escándalo de narcotráfico de la familia presidencial.
¿Venezuela es hoy un país viable?
No, el modelo económico venezolano es un modelo inviable, es un modelo cuya dirección es el decrecimiento económico. De hecho, lo estamos viendo en los últimos años y lo vamos a seguir viendo. Solamente puede cambiar si los precios del petróleo vuelven a subir a unos precios que nadie cree que se dupliquen. El de hoy es un modelo totalmente inviable.
Si la hipótesis para que Venezuela salga de la crisis es que los precios del petróleo se dupliquen, algo difícil que ocurra, ¿qué esperanza cierta hay para su país?
Con este modelo es imposible. Venezuela tiene que cambiar el modelo chavista, un modelo ideológico, un modelo populista en grado superlativo, que no hay manera de que funcione. Se tendrá que cambiar el régimen, las líneas, el objetivo, habrá que establecer un modelo de desarrollo totalmente distinto con el apoyo del sector privado, con el sector productivo, con el apoyo internacional, de los organismos multilaterales. Ellos, el gobierno de Maduro, en lo único que creen es en la voluntad divina para que suba el precio del petróleo, y eso no va a ocurrir.
El precio del petróleo no se va a duplicar para salir de la crisis. ¿Entonces cómo se imagina Venezuela en cinco años?
Ese régimen no va a durar cinco años. No va a durar mucho tiempo, es un régimen que está agonizando; no es porque vaya a haber elecciones, es porque los venezolanos van a sacar al régimen.
Usted dice que si el régimen político no se acaba, no podría cambiar la situación económica. ¿Cómo puede darse la salida de Maduro?
Bueno, ha habido muchos casos en los que la población se alza contra el gobierno y sacan al régimen. Así ocurrió con Pérez Jiménez, eso ya lo vivimos, la gente se alzó, hubo una huelga general, se estableció una alianza cívico-militar y sacaron al dictador. Cuando un régimen dictatorial cierra las salidas democráticas electorales, hace fraude, inhabilita a posibles candidatos, los pone presos, entonces el pueblo busca una salida alternativa, y eso es lo que sucederá en Venezuela si el régimen sigue cerrando las válvulas de escape democrático.
¿Está usted vaticinando un levantamiento popular? ¿Esa será la salida?
Es la más probable, porque ellos tienen una estructura de fraude electoral muy orgánica. Además, si uno mira los posibles candidatos opositores en las presidenciales de 2017, ve a Leopoldo López preso; María Corina Machado, inhabilitada; Antonio Ledezma, preso; Manuel Rosales, preso, y a Henrique Capriles le están haciendo expediente para inhabilitarlo. Entonces, ¿cuáles candidatos si a todos los de la oposición los sacan del juego?
¿Definitivamente no ve salida democrática?
Ellos van cerrando las salidas democráticas. No hay libre competencia de candidatos. No podrá haber elecciones transparentes donde no se permita la observación internacional. Las condiciones de hoy no permiten un juego democrático limpio.
¿Usted ve riesgo de un golpe militar?
Yo veo riesgo de un alzamiento popular. Y los alzamientos populares, al final del camino, terminan en una alianza cívico-militar. Siempre ha ocurrido de esa manera.
¿Por qué cree que el alzamiento popular puede estar no tan lejos?
Puede ser rápido porque la situación, sobre todo en lo económico, es insostenible.
¿Cree que Maduro va a ganar estas elecciones?
Elecciones va a haber. Lo único cierto es que ellos no pueden ganarlas de manera transparente. La otra cosa cierta es que ellos hacen fraude, pero no sabemos si el fraude es suficiente para ganar o para dejar que la oposición gane con pequeño margen.
¿Pero en todo caso estas elecciones legislativas de diciembre serán un punto de quiebre para la dictadura de Maduro?
Puede ser. Es muy probable que sea así, porque la proporción en todas las encuestas es 70 por ciento en contra del régimen y solo el 30 por ciento a favor.
¿Unos resultados electorales lejos de esa tendencia serán vistos como fraude?
Por supuesto, ellos no permiten la observación internacional, salvo la de los amigos. Esta gente de Santo Domingo que ellos financian, Unasur, Samper… esos son los únicos, pero ellos no permiten que vaya la Comunidad Europea, la OEA. ¡Imagínate, la OEA! Para que la OEA sea considerada un enemigo de la revolución bolivariana, cómo será la actitud que ellos tienen.
¿Es posible que la oposición mejore su papel y su opción de poder?
La oposición venezolana mayoritariamente está unida en una plataforma electoral. Hay 17 partidos unidos en una fórmula común electoral para las elecciones parlamentarias. Pero todos tienen el mismo foco ideológico. Sin embargo, no tienen un foco común de cómo combatir al régimen. Entonces, hay problemas de protagonismo que impiden que la oposición se consolide en una fuerza de acción, una fuerza contundente contra un régimen que ya en algunos lados reconocen como dictatorial.
¿La oposición está confundida sobre qué hacer?
La oposición se ha reducido bastante porque este es un régimen dictatorial que tiene presos a sus candidatos, persigue las fuentes de financiamiento, persigue a la dirigencia. En Venezuela, hay 70 presos políticos y 2.000 personas en régimen de presentación, o sea en libertad condicional. Es como en Alemania Oriental: tienes un expediente, esos expedientes están ahí, y cuando ellos quieran criminalizar a alguien lo toman, la Fiscalía redacta un procedimiento, va a un juez –todos los jueces son como agentes de la policía, porque allá no son independientes–, hacen una acusación y toman una medida cautelar, que es entrar en un régimen de presentaciones periódicas o ir preso.
Hay gente que está presa con medida cautelar hace 12 años. La única sentencia a un preso político en Venezuela fue la de Leopoldo López. ¿Y qué pasó? El fiscal dijo que era un estudio engañado y la testigo clave dijo que era mentira como habían utilizado su informe; o sea, el juicio fue totalmente irregular.
La economía venezolana se derrumbó. ¿Ni siquiera el petróleo es soporte suficiente?
No, tenemos un decrecimiento del PIB durante dos años seguidos. Y el año que viene también, de aproximadamente 10 por ciento. Ningún país del mundo tiene una cosa así. Ni los países en guerra.
¿Cómo vive un país con una inflación del 200 por ciento?
Con una inflación del 200 por ciento, los precios aumentan cada semana. Ellos no toman en cuenta la inflación en los productos básicos que están regulados. Por ejemplo: el cartón de 12 huevos vale 400 bolívares, pero como eso genera pérdida, desaparecen los huevos del mercado. No hay huevos. Entonces, ¿qué pasa? Que los productores de huevo ponen a una gente que llaman ‘bachaqueros’, que te los venden en tu casa o donde sea a un precio mucho mayor: 1.200. La próxima semana valdrán 1.400.
¿La inflación está destruyendo los salarios en su país?
Sí. Si dolarizan los salarios, la cosa es patética: un general de la república gana 40 dólares mensuales.
¿Entonces cuánto gana un obrero?
Un obrero puede ganar 15 dólares mensuales.
¿Hay o no malestar de los venezolanos en las calles?
Hay una situación de tensión en el mercado. Hay intento de saqueos, protestas. Es un tema gravísimo. Pero es que, además, tú solo puedes comprar un kilo de carne, porque está regulada. Compras por el número de la cédula: si termina en un uno, pues compra el lunes; si termina en 2, pues compra el martes. Pero a veces haces la cola, llegas y ya no hay productos. Es una cosa realmente caótica.
¿Hay menos gente con Maduro que la que tuvo Chávez?
Ya los pobres no quieren el régimen, porque a ellos les pega igual que al resto: les toca hacer las colas, entonces, los sectores populares no están con ellos. Cuando hay un 70-30 (70 por ciento contra el Gobierno y 30 a favor) es porque ya la gente no está con ellos. Y cuando hablamos de 70-30, son encuestas que se hacen en un régimen dictatorial. Mucha gente tiene miedo de estar en contra del régimen.
¿Se narcotizó Venezuela?
Venezuela nunca fue un país libre de droga. El origen de esta situación tan grave que estamos viviendo (primer exportador de droga) pasa por las alianzas geopolíticas de Chávez con las Farc y el Eln. En esa alianza, ellos (los chavistas) lograron que Venezuela fuera permisivo con el tráfico de drogas. Cuando acusan a Diosdado Cabello, es porque él viene de esa situación en que Chávez autorizaba que los cargamentos de droga de la guerrilla colombiana pasaran por Venezuela.
¿Y esa alianza sigue vigente?
Absolutamente. Ahora, ¿qué pasa cuando ocurre una cosa así? Que al final del camino, muchos individuos terminan haciendo negocios para ellos. Es un negocio muy rentable. Pues ahí está la incautación de droga a los familiares de Maduro.
¿A usted no le da miedo decir todo esto?
No, a mí no me pueden hacer nada. Lo he hecho muchas veces. Siempre me preguntan: ¿publicamos esto? Yo les digo: sí, yo lo digo para que lo publiquen.
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