Según lo que establece la constitución que impulsó el chavismo en 1999, el período presidencial es de 6 años, y Maduro culminará el mandato que inicio en 2018 en 2024. Pese a que faltan más de 2 años, líderes opositores se encaminan a organizarse de cara a las presidenciales.
Pero, ¿cómo gana una oposición fracturada estos comicios? ¿Qué debe hacer la dirigencia? ¿Cuáles son las herramientas qué tiene? ¿Cuáles errores debería evitar? El siguiente reporte es parte de una serie de ND sobre este tema y este miércoles, la pregunta del millón la respondió Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.
ND consultó vía telefónica al analista político, quien destacó que esta no es una pregunta fácil de responder, ya que es una tarea gigante y titánica y sostuvo que lo primero que debe hacer la oposición es devolverle la esperanza del cambio político y la oferta de cambio al venezolano.
«Primero que todo, hay que reconstruir la relación entre la población y la oferta institucional opositora, en términos de líder y de estrategia para provocar el cambio. En este momento, solo 1 de cada 5 venezolanos cree que la oposición está en capacidad de provocar el cambio de gobierno».
En este sentido, aclaró que después de años de protesta sin fruto, no es tan fácil convocar nuevamente a las acciones de calle, por lo que la oposición debe cambiar el discurso. «Si consideramos que la movilización y articulación de la población mayoritaria es fundamental para la lucha política y entendemos que en este momento esas variables están pulverizadas, la primera tarea es reconstruir a la propia oposición y su conexión con las masas. Rescatar la pasión y la esperanza en que sí se puede luchar, incluso en condiciones desventajosas. Si mueves las masas a votar intensamente y te prepararás para defender su voto en cualquier circunstancia».
Pero no es tan fácil: eso exige que la oferta sea diferente o renovada. Que no repita los mismos discursos y promesas que ya suenan vacías y que han sido claramente fracasadas. Hay que renovar esperanzas y en el camino aprovechar cualquier negociación política para mejorar las conexiones electorales (aunque es muy poco probable que sean realmente competitivas) para dar más confianza a la gente en que vale la pena votar, incluso con la seguridad de que intentarán pararla.
Además, subrayó que «solo si el gobierno se equivoca pensando que la gente no va a votar y que esa abstención hará más fácil controlar la mayoría, puede estar tentado a permitir una elección que numéricamente le es desventajosa».
¿Cuál es el gran reto que tiene la oposición?
– Conducir al gobierno a que cometa ese error de menospreciar la fuerza de la mayoría activada en el voto. Porque si al final del día, esa gente se mueve, no hay como pararla tan fácilmente y si la paran, podrán producirse los momentos políticos de lucha más importantes que se han visto en la historia política del mundo. Eso es lo que hay que lograr.
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