Carlos Ayala Corao, quien fue presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), conversó la mañana de este martes sobre lo que lograría la aplicación de la Carta Democrática en Venezuela y las consecuencias que traería al gobierno de Nicolás Maduro si decide evadir esta medida.
El también abogado especialista en Derechos Humanos, explicó que la Carta Interamericana conseguiría activar las acciones diplomáticas “más contundentes” para restablecer la democracia en Venezuela. “La carta busca que la democracia sea el modelo de gobierno de todos los países de la OEA”, expresó el especialista, en entrevista con Cesar Miguel Rondón por Circuito Éxitos.
Sin embargo, aclaró que la medida solicitada por la OEA no cambiará al gobierno de Nicolás Maduro, “eso debemos hacerlo los venezolanos”, pero resaltó que es indispensable la ayuda de los otros países miembros. “Una cosa es luchar solo contra un régimen dictatorial; y otra hacerlo acompañado por la comunidad internacional (…) Se requieren 18 votos iniciales en la OEA para aplicación de la Carta Democrática contra el Gobierno de Maduro”, informó.
Asimismo, expresó, que no hay que dejar a un lado que la Carta tiene un sistema de gradualidad para su aplicación, como las gestiones diplomáticas para el restablecimiento de la democracia, que requiere de sus lapsos y tiempos, pero si “todo eso fracasa” la última medida es suspender al estado miembro.
Mientras que al ser consultado sobre qué pasaría si el Gobierno de Venezuela no “hace caso” a la aplicación de la Carta Democrática, explicó que el “ser un estado forajido” en el ámbito internacional trae sus consecuencias, como en la percepción que tienen los mercados para las necesidades de Venezuela, en las evaluaciones que se hacen internacionalmente desde diferentes órganos, (como el caso del examen periódico universal de Venezuela realizado recientemente por la ONU), y todo lo que es el sistema financiero.
Por otra parte recordó que la Carta Democrática fue activada anteriormente “sin objeción alguna” por petición del expresidente fallecido Hugo Chávez, tras los sucesos de abril de 2002 , pero en ese caso, fue en contra de la oposición por el presunto golpe de Estado, y que esta vez “sobran los motivos”, por los “presos políticos, la crisis humanitaria, el secuestro de poderes”, que no solo son problema de los venezolanos, “es una legitima preocupación internacional”, sentenció.
CD