«¡Bendición, mamá. Soy Elian, te estoy esperando. ¡Apúrate para que nos vayamos de la casa!»: Esto era parte de la nota de voz que nunca pudo escuchar la maestra Luisana del Valle porque esa tarde del lunes 9 de octubre, cuando la esperaban a las afueras del Hospital Doctor Alfredo Van Grieken de Coro para regresar a la Cruz Verde con su hija recién nacida, la familia Arcaya Machado recibía la infausta noticia de que estaba muerta producto de lo que la Fiscalía Cuarta del Ministerio Público investiga como una posible mala praxis que involucra a un equipo médicos, entre ellos un doctor que tras los hechos, eliminó sus redes sociales.
por Cactus24
Luisana, de 36 años, había ido a consulta el viernes 6 para revisarse ya que tenía un mioma. Tal como le indicaron, se presentó en el Hospital a las 7:30 am del domingo acompañada de su esposo Elias Quintero. A las 11:30 am le permitieron acceder al tercer piso al cual llegó caminando, sana, saludable y emocionada; hasta un video le hicieron, ella en la cama 16 y su esposo, parado a un lado. La cesárea sería el lunes 9.
La falta de algunos insumos y una prueba de última hora casi hicieron que perdiera el cupo; no obstante, su esposo resolvió y quedó recluida. Los dolores ligeros de parto hicieron que la bajaran al segundo piso. Cuentan familiares que cerca de las 11:00 pm ella llamó de un teléfono prestado diciendo que tenía sed y hambre; la familia resolvió con agua y una galleta que recibió. Sin embargo de ahí y en adelante, hasta la madrugada que les pidieron las tres bolsas con insumos y las 2:15 am que le sacaron a la niña, sucedió lo que está bajo investigación penal: su muerte.
Luisana ya sabía lo que era una cesárea y su familia, en especial su madre Amarilis, sabía que era un proceso breve, sin embargo, cuando una enfermera le dijo que su nieta recién nacida estaba triste, cuando vio que sacaron a su hija en camilla si que se moviera ni intentará ver alrededor y tras varias horas sin que algún profesional de la salud le dijera en que condiciones estaba Luisana, comenzó a preocuparse. Fue de tanto insistir, poco antes de amanecer que le dijeron que estaba grave y la pasarían a UCI. Amarilis cree que a su hija noble brindaron la debida atención, dejaron que le dieran dolores y la hicieron parir cuando le correspondía era una cesárea.
Luisana murió la tarde del lunes cuando la familia esperaba, fuese dada de alta. Su hermano Pedro Arcaya dice que es hora de que el Cicpc envíe los resultados de la autopsia a la Fiscalía porque ya la familia sabe, y lo corroboran testigos, lo que pasó. Señala que a su hermana le dieron una pastilla para provocarle contracciones, la forzaron a parir causándole un daño interno, le cortaron la vejiga, le hicieron suturas inadecuadas que aceleraron el sangrado, le dejaron gasas adentro y la dejaron caer de la camilla, lo que provocó un traumatismo craneal y es parte de lo que sufrió en el curso de esa fatídica cesárea. ¡Justicia para Luisana! Exigió la familia y vecinos de la maestra quien era también cristiana.