La prostitución masculina en Venezuela es una realidad, pues ahora los hombres están promocionándose ya no solo en avisos clasificados, sino por redes sociales, páginas web y en las esquinas de las calles y se relaciona con delitos como el consumo de drogas, extorsión, secuestro y trata de personas, así lo reseñó El Nacional.
La crisis económica que ahoga al país ha llevado a muchas personas a obtener ingresos con oficios pocos convencionales y hasta considerados tabú dentro de una sociedad tan conservadora.
Ciertos hombres tienen como segundo empleo la prostitución, conocido como el “prepago”, la modalidad de “primero se paga y después se cumple” y dentro de su lista de clientes hay mujeres, hombres y parejas heterosexuales.
Yonatan Matheus, director de Venezuela Diversa, expresó que el Estado debe regular el oficio, para que las personas que deciden dedicarse al trabajo sexual «puedan tener un mínimo de condiciones laborales y de salud».
Matheus consideró conveniente regular este tipo de actividad, ya que estas personas pueden tener beneficios laborales, como: cotizar en el Seguro Social y en la Ley de Política Habitacional.
A su entender se está prostituyendo nada más y nada menos que el futuro del país. «Ya no asombra el género, sino el boom. Se creó una especie de licencia para lo prohibido y se abrió el camino para que se vea la multiciplicidad de parejas de un mismo sexo, los triángulos y la homosexualidad combinada, por ejemplo. Incluso el mismo papa Francisco dijo ‘quién soy yo para criticar’, y desde mi punto de vista ni siquiera la iglesia puede hacer valer su visión bíblica», puntualizó.
Los precios varían, 3.000 bolívares (470 dólares) por hora, y entre 4.300 y 4.500 bolívares (de 680 a 720 dólares) por parejas. Si se trata de un fin de semana completo, el ingreso es doble más los gastos de traslado en el país o al exterior.
SN