Eduardo Rodríguez: Somos un país en desalojo

Afirma que su nuevo proyecto le dará más proyección internacional, pero no quiere dar más detalles. Pide que se respete su estilo de hacer periodismo

A Eduardo Rodríguez nunca le hizo falta sacar el carnet de identificación de su billetera para mostrárselo a los vigilantes de Venevisión. Trabajar en el canal durante 27 años le permitió tener ese privilegio. “Mi cara es hasta mi cédula de identidad”, expresa.

En ese tiempo dice haber salido airoso ante todos los cambios de línea editorial del canal de La Colina. Debutó a los 17 años de edad en el Noticiero Venevisión, narrando los sucesos del Caracazo. Desde ese entonces se perfiló como el periodista de confianza de esa televisora, al que le delegaban la responsabilidad de entrevistar a premios Nobel o figuras inaccesibles de la política, como Hugo Chávez, con quien conversó en cinco oportunidades.

Este año, antes de tomar vacaciones, Rodríguez le expresó a los directivos de la planta que quería salir de su zona de confort. Renunció a Venevisión en buenos términos, para aprovechar una oportunidad laboral que le permitirá tener más proyección internacional.

“El día que te retiras de la pantalla la gente comienza a olvidarse de ti”, solía pensar Rodríguez. Sin embargo, ahora confía en que no será así. Durante el desarrollo de la entrevista, que se llevó a cabo en una panadería, las personas que pasaban por el lugar le gritaban frases de apoyo o se acercaban para estrechar su mano. El café fue gratis.

—¿Desde hace cuánto tiempo pensaba en renunciar?

—Desde hace muy poco. Escribí el comunicado cuando estaba fuera del país, en plenas vacaciones. Lo leí una y otra vez junto a mi familia y desde el lobby del hotel lo envié por mis redes sociales. Esta ha sido una renuncia trabajada con el corazón, más allá de las formalidades. De hecho, la entregué por escrito la semana pasada.

—¿Cuáles eran las razones?

—La hermosa oportunidad de que a estas alturas de mi trayectoria puedo elegir. Es un privilegio tener alternativas. No me voy porque me despidieron. Decidí irme para seguir creciendo.

—¿Se sentía estancado?

—No, asumo mi trabajo con profunda humanidad. Quien se siente estancado es porque se le agotaron las herramientas. Mi manera de comunicar está marcada por la originalidad, el humor y el amor.

—¿Cómo evalúa el periodismo que se ve en las pantallas de Venevisión?

—Procura mantenerse de pie, cumplir con los deberes del periodista en tiempos de dificultad, busca equilibrio. El periodismo en cualquier tiempo es un reto permanente a hacerlo mejor.

—¿Considera que es complaciente?

—No. Lo que yo diga de Venevisión habla también de mí. Un comunicador social siempre es corresponsable junto con el medio sobre lo que informa y hace. Yo, en ese sentido, no voy a ser incoherente. Respeto todos los estilos de hacer periodismo, por eso pido que respeten el mío, que también es necesario. Respeto a los extremistas, todos dicen verdades e incurren en imprecisiones, porque somos humanos.

—¿Cuál es el principal obstáculo que afronta el periodismo hoy en día?

—Arrogancia, divismo y creerte dueño de la verdad absoluta. No hay que caer en la tentación de trabajar para un solo sector del país. Yo comprendí que el periodismo no puede ser transmisor de discursos antagónicos. Tienes que darle voz a los hacedores del país.

—¿El nuevo proyecto al que se dedicará tiene que ver con Unión Radio Televisión?

—No puedo adelantar, me van a volver a ver en la pantalla en un proyecto con el que espero tener presencia internacional.

—¿Piensa emigrar?

—No me lo he planteado, pero es un tema mortificante. Somos un país en desalojo. Unos y otros debemos reconocer que algo malo está pasando. Quien crea que estamos en un paraíso, que me diga en qué país vive.

—¿Cómo fue la experiencia de entrevistar a Chávez?

—Siempre era una polémica. Más de uno decía: “Si Chávez no concede entrevistas y se la da a Eduardo, entonces es chavista”. Siempre tuve acceso a todas las fuentes sin ser militante de ninguna tendencia política. He sido un símbolo de objetividad, inclusión y respeto. Soy sospechoso para los extremistas de todas las tendencias.

—¿Preguntó todo lo que usted quería saber?

—Siempre he tenido carta blanca. Las preguntas nacen dentro de la entrevista. Siempre van a quedar interrogantes pendientes. Me da rabia que no me dé tiempo de preguntar ciertas cosas.

—¿Con Chávez le pasó?

—Él me invitó a visitar a un barrio, para que viera cómo lo quería la gente. A los días se me ocurrió que pude invitarlo a un Caracas-Magallanes, para ver la reacción del público. Se la hubiera puesto difícil.

RECUADRO

Un ancla con muchas facetas

Además de haber sido ancla del Noticiero Venevisión, Eduardo Rodríguez ha explorado la literatura, el dibujo y la música. Mientras pide un bolígrafo para hacer unos trazos sobre un papel en el que le enviaron un número telefónico, el periodista recuerda cuando visitaba el Castillete, donde conoció a Juanita, la compañera de Armando Reverón. Mi vida en el medio fue su primer libro, que no se pudo reimprimir por las dificultades de las editoriales. Escribe su segunda obra, centrada en temas inspiracionales. “Quiero que no exceda las 100 páginas, voy por la 37”.

Los tres conciertos a sala llena que ofreció recientemente le afianzaron su vena musical, sin haber estudiado formalmente. Prepara un disco de duetos a beneficio de los perros callejeros. En total serán trece temas en los que compartirá junto con Oscar D’León, Guaco, Oscarcito, el Pollo Brito y Luis Silva, entre otros. Rodríguez también se encuentra de gira nacional con sus conferencias motivacionales.

Epígrafe

“Lo que yo diga de Venevisión habla también de mí. Un comunicador social siempre es corresponsable junto con el medio sobre lo que informa y hace”

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