Unos cuantos kilos menos, una devoción Mariana intacta, una convicción inquebrantable en el poder de la palabra y mucho optimismo en que juntos podemos conseguir las soluciones al difícil conflicto nacional, es parte de lo que le dejó al diputado Edgar Zambrano, vicepresidente de la AN, 135 días en la celda 12A de la cárcel militar de Fuerte Tiuna.
La oración, el compromiso con los que quedaron adentro y con su familia le dan las fuerzas necesarias para seguir haciendo su trabajo que no es otro que intentar imponer la fuerza de la palabra en Venezuela y no la de las balas.
Prepara la publicación de un libro con las 135 correspondencias jamás contestadas que a lo largo de sus años como Parlamentario envió a Hugo Chávez y a Nicolás Maduro. No le teme a las críticas de tuiterlandia porque no cree que la política se haga desde un teléfono, entiende que la gente no quiere saber del diálogo porque el gobierno lo ha usado para intentar sacar una especie de segundo tiempo, dijo, pero no duda en asegurar que a quienes ejercen el poder el tiempo se les agotó. Espera, eso sí, que la plutocracia que implosionó los partidos en su afán por tener un presidente, no continúe chantajeando a los factores políticos y que los radicalismos cedan ante el verdadero uso del oficio político.
“Yo soy hombre de Dios, mariano, amante de la Divina Pastora, de La Chinita, de la Virgen Del Valle… de todo lo que represente espiritualidad y paz para los venezolanos. Tenemos la obligación los políticos de darle esa oportunidad a la fe.
Sino tenemos fe, no podemos tener esperanza. Y la esperanza está allí. Tenemos que abordarla entre todos y enamorar a nuestro pueblo de que el camino correcto es el camino de la fuerza de la palabra. Que tenemos que ignorar la violencia, que la violencia no nos trae absolutamente nada bueno. Que ninguna sociedad en el mundo resuelve su diatriba política, sus desencuentros, a través de la violencia. Más del 90% de las sociedades inteligentes los resuelven a través de la palabra, del reconocimiento del otro, y esa es la única manera de imponer la política. Y tenemos como obligación, con la oración, la fe y la esperanza, la de imponer la política. Si imponemos la política, con toda seguridad vamos a conseguir buenas propuestas, buenos proyectos, buenas soluciones y conseguiremos el camino que nos ayude a instalar un nuevo cuadro político que contribuya a imponerle la racionalidad a quienes hoy ejercen el poder”.
-Fueron 135 días de reclusión, ¿cuánto influyó eso en su percepción del momento político que vivimos?
-Sin duda alguna el confinamiento; el aislamiento durante más de 70 días te permite reencontrarte con la vida, con los proyectos, con lo que amas, con la familia, con la política, con tu partido. Y aprendes cosas que quizás están allí pero no las valoras. Creo haber fortalecido algo muy importante para un político: la tolerancia. Tenemos que ser más tolerantes entre nosotros para poder entendernos con mayor fluidez.
No me encontraba solo, allí estaba la fe, la oración. Oraba con mis dos compañeros de celda a la izquierda y a la derecha el mayor general Rodríguez Torres y el general en jefe Raúl Isaias Baduel. Pero la paz interior de la soledad tenía allí a La Chinita, a la Divina Pastora, a la Virgen de Coromoto, el Santo Cristo de Atoche, el Niño Jesús, los tenía a todos porque era la única fortaleza adentro, afuera tenía el amor de mi familia, adentro la oración, mi credo y la devoción . Yo soy un hombre inmensamente Mariano, yo rezo todos los días y le pido a Dios todos los días que me ilumine para ayudar a resolver esto en paz y sin violencia.
-Diputado, nosotros también somos profundamente marianos. Tenemos una devoción por la Chinita que es reconocida hasta internacionalmente. ¿Pero tras casi 20 años de enfrentamientos y diálogos infructuosos no le parece que no basta rezar? ¿Por qué no ha sido posible que la palabra triunfe sobre la violencia, porqué no ha sido posible ponernos de acuerdo?
-Porque la política se nos fue de las manos hace rato. Porque no hemos entendido que en el desencuentro de los sectores de la sociedad democrática, la sociedad opositora del país, y frente a los radicalismos no hemos tenido la asertividad de entender que eso no nos ha permitido ver que el verdadero sufrimiento de la calamidad que está viviendo el país lo lleva nuestro pueblo. Una clase media agotada, la destruyeron, los sectores populares en la inopia. Y esa falta de visión de la política con piel y cuerpo, nos ha llevado a dos elementos negativos: el posibilismo y el inmediatismo, y no nos ha permitido validar una política entre todos.
El rescate de política, la recomposición política del país tiene que conducirnos a eso, a entender que ha pasado mucho tiempo y que el tiempo que ha pasado ha servido para mantener en el usufructo del poder a quienes no tienen la razón.
Decimos que somos mayoría en la sociedad democrática, si somos mayoría la única manera de demostrar esa mayoría es consultando al soberano. Quienes ejercen el poder dicen que recogieron 13 millones de firmas para llevarlas a la ONU, si tienen 13 millones de firmas tienen 13 millones de votos, preséntenlos en las urnas electorales y nosotros presentaremos nuestra fuerza.
Nosotros creemos que tenemos la inmensa mayoría del pueblo, que se agotó del fracaso del modelo político y que se agotó de la oferta engañosa, que se agotó de la discusión estéril e improductiva, que se agotó de sufrir y de hacer colas, de no tener alimentos ni medicinas. Y esa recomposición política tiene que llevarnos a un nuevo modelo económico que le permita el regreso a la Patria de nuestros muchachos y muchachas que nos hacen inmensa falta para construir esos caminos propositivos en Venezuela. Unos muchachos y muchachas que no han debido irse nunca. Lo hicieron porque hubo un Estado que fue incapaz de ofrecerles movilidad social, crecimiento, desarrollo, que no pudo ofrecerle trabajo a los recién graduados ni un hogar a las nuevas parejas. Nosotros tenemos que enamorar a esos muchachos para que vengan a construir el país y a recuperar las condiciones de vida de nuestro pueblo, a recomponer la economía, a mejorar el parque industrial, a fortalecer la pequeña y mediana industria, a crear condiciones de seguridad jurídica para los capitales foráneos y nacionales.
¡Sí podemos hacer cosas, pero nos necesitamos todos!
Los esfuerzos tienen que estar orientados en la política buena. La política mala ya la conocemos, 20 años de zozobra, de drama nacional, de una angustia permanente, de luto y lágrimas para el país. Nosotros queremos una Venezuela que le permita a cada uno opinar, emitir un voto, discrepar, tener la posibilidad de que los desencuentros sean parte de nuestra cultura política democrática y no para hacernos daño. Eso lo perdimos, porque uno de los logros o de los fracasos de este proceso fue dividir a la familia venezolana. Eso vine a pedirle a La Chinita y a agradecerle por su compañía y por mi libertad.
-El jueves el presidente llegó al país y ni bien se bajó del avión volvió a mencionar a Oslo. ¿Cree posible que la iniciativa de Oslo, valorada tan positivamente por la comunidad internacional, se reactive? Y agregaríamos ¿allí se negociarían una presidenciales o una transición?
-El desiderato público, el desencademiento del hecho político nacional tiene muchas lecturas, pero también muchas oportunidades. Todo lo que está relacionado con evitar la violencia, una confrontación entre venezolanos, todo lo que nos permita alejar las balas y traer el abrazo, tenemos que explorarlo. Ahora se necesitan muchos gestos. Quienes ejercen el poder tienen toda la posibilidad de no sólo moderar su discurso sino su actitud y presentarle al país una plataforma, una arquitectura de solución al drama. Nosotros hemos dicho en diversas oportunidades que lo sano sería revalidar todos los cargos de elección popular.
-Unas megaelecciones…
-Porque eso decantaría, desde el fondo, cualquier margen de duda que se pueda tener sobre la voluntad del ciudadano.
Es importante entonces rescatar la institución del voto y expresarle a ese pueblo que el voto es el camino. ¿Cuesta? Si. Si porque nosotros mismos nos encargamos de castigar esa solución. Ahora tenemos la obligación de, con nuestro discurso, enamorar al pueblo de esa opción. Necesitamos equidad e igualdad, un árbitro que no sea parte. Si lográramos de alguna manera hacer el andamiaje de ese proceso y se concluye que será una elección presidencial, pues bienvenida, o que es una elección del poder legislativo y del poder ejecutivo, bienvenidas. Lo que no puede pretender el Gobierno es escaparse de la consulta al pueblo, estableciendo una especie de segundo tiempo. No hay segundo tiempo posible. A ellos se les agotó el tiempo. Tiempo agotado, tiempo de soluciones. Vamos a las soluciones.
La fuerza de la palabra es la que va a ayudarnos. Eso no le gusta a los extremos, no le gusta a los radicalismos, no le gusta a los que no tienen razón, a los que viven la crisis, a esos no les gusta que uno hable del caso chileno ni de Mandela, pero Mandela estaba en guerra contra quienes ejercían el poder y en medio de esa guerra optó por el diálogo y hoy vemos en Surafrica una sucesión de gobiernos democráticos. A este fracaso de modelo político se le olvidó el soberano.
Pero qué hizo la resistencia chilena que estaba en medio de una atroz dictadura, porque la desaparición, la muerte y la tortura eran el espejo de Pinochet. Y Pinochet le pidió todo a los demócratas chilenos y ellos sólo tenían una carta en sus manos: la carta de la mayoría y fueron con la mayoría y el pueblo respondió y le ganaron a Pinochet que lo tenía todo, desde el árbitro electoral hasta las Fuerzas Armadas. Y hoy Chile es una democracia boyante en el continente y ha tenido una sucesión de gobiernos de distinto matices. Sí se puede. Sí podemos.
-Hay un gesto sobre la mesa. Ud ha hablado de gestos y el gobierno ha reconocido la necesidad de un cambio en el poder electoral pero eso debe hacerse en la Asamblea Nacional. ¿Ud cree posible que la mayoría opositora consiga conciliar con la minoría del Psuv para concretar eso este año al menos ?
-En ningún escenario, por muy pequeño que sea, ni siquiera en el núcleo familiar, la minoría se impone sobre la mayoría.
Las democracias es el ejercicio de las mayorías. Es la única manera de establecer las diferencias y someter la evaluación de la institución del voto. Los petitorios que se han presentado tanto en Dominicana como en los anteriores procesos que no lograron consolidarse efectivamente han tenido todos su mismo cartabón: elecciones, liberación de prisioneros, las normas económicas… el Parlamento tiene hoy un protagonismo importante. Han regresado los diputados del Psuv al poder legislativo de donde nunca han debido irse porque defraudaron a sus electores. Regresan a lo que condenaron de manera discursiva con un argumento desvanecido por la realidad que hoy enfrentamos, entonces los mecanismos de resolución, sea Oslo, sea República Dominicana, sea Maracaibo o San Cristobal, o donde tú quieras posicionar la esperanza del país, es bienvenido, pero para ello necesitamos que no se convierta en una circunstancia más para defraudar la esperanza nacional.
Los venezolanos no creen en el diálogo porque quienes ejercen el poder se encargaron de hacer del diálogo un acto insuficiente para resolver el problema. Lo utilizaron para avanzar y de alguna manera tener más oportunidad, oportunidad que ya hoy no existe. Entonces no castiguemos la posibilidad de resolver si existen, con la intermediación internacional, suficientes argumentos políticos y geopolíticos que permitan instalar una nueva oportunidad para la paz. Eso tiene que ser bueno para los venezolanos. Lo malo es que abordemos la violencia y luego solo nos quede lamentarnos.
Por supuesto, que el Parlamento que es donde tienes posibilidad de la formación de las leyes y de la creación de confianza para poder contribuir a rescatar del desastre que vive el país. Necesitamos leyes inmediatas. Casi todas han sido rechazadas.
-Solo fue aprobada la del cesta ticket para los pensionados, propuesta por Alfredo Ramos
-Y no ha sido habilitada. Pero no es posible hacernos eco del desánimo y del inmediatismo, del es todo o nada, de la propuesta sin límite, de la lista del Niño Jesús. Porque es que si tenemos un nuevo proceso electoral pues vamos a tener un nuevo modelo económico, de eso no tenemos la menor duda, porque lo vamos a ganar en una proporción de 8 a 2 o de 7 a 3, siendo muy pesimistas, porque el fracaso del modelo golpeó a todo el país, no vio colores, no vio banderas, no tuvo fronteras.
El drama del pueblo zuliano es el drama del pueblo tachirense, de los larenses, de los mirandinos, de los margariteños… de todos los orientales.
-Permitanos elevar una queja allí, por razones climáticas, el drama zulianos es infinitamente superior al resto del país con los inclementes racionamientos. ¡Tenemos más calor y menos luz!
-En el estado Zulia pega aún más el fracaso de esas políticas públicas, por todo lo que tiene que ver con la generación de energía y el parque eléctrico nacional. Lo que viven los zulianos es un tormento.
-Esa mesa de diálogo se debería instalar acá, para que el agobiante calor los obligue a conseguir un acuerdo…
-No solo por el calor y el afecto del pueblo zuliano que es tan noble, sino por el manto de La Chinita, que sin duda nos protege a todos. Pero repito, sí tenemos posibilidad de resolver. Ahora, no somos nosotros los que tenemos la capacidad de resolver esto solos, porque tenemos que reconocer que existe la otra parte. Que están allí. Son minoría, pero están ahí y como demócratas no podemos parecernos a ellos en nada
-Además sería parte de la garantía de una estabilidad política
-Sin duda. Sobretodo la paz social. Ha dicho Juan (Guaidó) que Oslo está cerrado. Claro, como no vas a cerrar un espacio donde te dejaron solo. Si eso se puede recomponer, con toda seguridad Juan, que ama a Venezuela, que es un demócrata y que es inteligente, va a privilegiar este mecanismo de resolución de conflicto. Porque esta intermediación del reino de Noruega, del gobierno de España, de la Unión Europea, de las democracias del continente está fundamentada en encontrar una salida a la crisis, porque a nadie le conviene una país en conflicto y mucho menos una Venezuela como la nuestra con tanta riqueza. ¡Estamos formando profesionales para luego exportarlos! Tenemos que hacer un esfuerzo entre todos.
-Diputado mencionó al reino de Noruega, al gobierno de España, a la Unión Europea, sin embargo ¿no cree que la postura de Estados Unidos ha sido menos a que el conflicto se resuelva con la palabra sino por cualquier otra vía y que sea además ya?
-Yo no diría eso. Yo diría es que es una lectura y todas las lecturas en una situación política como la que vive Venezuela tienen validez. Es que quizás no sea sólo la Unión Europea, es que quizás tenemos que convocarlos a todos, a todos los que estén interesados en el diálogo;
pero es que puertas adentro en el país también tenemos que convocar a todos los sectores: a los sectores económicos, a las Fuerzas Armadas, a las iglesias, porque es un problema de todos, no de un solo sector, ni de los políticos de oposición ni de los políticos que acompañan a lo que llaman el proceso, no, es un problema de todos. Porque las carencias nos golpean a todos.
El fracaso de la oferta engañosa nos hizo involucionar, y va a costar mucho a la nueva dirección política que asuma el poder en Venezuela. Allí vamos a tener que contar con apoyo de los organismos multilaterales, de la banca mundial, de los gobiernos más poderosos de mundo.
-¿Y no le teme al efecto Macri, que hoy está a las puertas de una derrota?
-Quizás no sufrieron lo que hemos sufrido los venezolanos.
-Porque las medidas a tomar tampoco serán las más populares
-Al otro día que tengamos un nuevo modelo político, un nuevo rostro en Miraflores el país cambia. Esa diáspora que ves hoy en los puentes de San Antonio se va a invertir, porque la gente regresará a los brazos de su tierra. Pero primero tiene que haber confianza ¡y va a haber confianza! Y el proceso de recuperación del país va a ser incluso en menos tiempo del que le tomó a los peruanos, que llegaron a tener la inflación más grande del mundo, con un proceso violento armado en el país, y hoy tienen una economía muy sana. Nosotros tenemos que hacer de Venezuela nuevamente la niña bonita del continente. Porque eso era Venezuela. Yo soy optimista y tengo que serlo porque un hombre de credo no puede renunciar nunca al abrazo de Dios, y Dios va a abrazar a Venezuela para resolver este problema que tenemos.
-¿Y como dejó a los compañeros de prisión, a esos que tenía a la derecha y a la izquierda?
-Los dejé llenos de fuerza. Con mucho dolor, con un gran dolor. Porque en el rigor de la prisión, en el claustro de la soledad, nacen sentimientos de amistad. Nos animábamos, orábamos los tres. Los dejé llenos de mucha fuerza espiritual.
-¿Cree que desde afuera pueda hacer algo por ellos, curiosamente dos personajes que estuvieron muy cercanos a Chávez ? Porque esos son los presos del chavismo que el gobierno no quiere soltar ni la oposición defender…
-Lo estoy haciendo. Eso no puede ser y no puede ser porque los derechos humanos no tienen frontera, nunca lo pueden tener. Y en el momento que salí, cruzando el umbral de la celda, les pedí que me dejaran despedirme de mis compañeros de infortunio. Y fui y me despedí de ellos. Me abrieron la celda, nos dimos un abrazo. Y las primeras reuniones han sido pidiendo por ellos, pidiendo por Requesens, por los muchachos que estaban conmigo que en un acto de soberbia criminal llevan ya cinco meses en prisión. Solo les di la cola. Pero también está Roberto Marrero, y también muchos militares. En los escasos 11 días que llevo fuera pues no he olvidado a los prisioneros políticos, porque esa ha sido mi bandera toda la vida, y a la que no renunciaré jamás y si eso me llevara de nuevo a prisión, iría con la frente en alto.
A Requesens lo vi el primer día que me trasladaron al Sebin, que fue el día de mi captura. Nos saludamos. Esa primera noche dormí en la misma celda con Roberto Marrero. Pensé que iba a permanecer allí pero no fue así. Luego del acto de presentación, en el palacio de (in)justicia me trasladaron a la cárcel militar del Fuerte Tiuna y fui confinado durante 135 días a la celda 12A. Yo soy un civil, yo no debía estar preso en una cárcel militar, pero eso me permitió conocer a los hombres de armas que adoptaron un proceso, un modelo, que los defraudó y que tienen perfecto y legítimo derecho a disentir y a discrepar, y bajo el imperio de la ley ellos deben tener un debido proceso y legítimo derecho a la defensa .
Todos tenemos la posibilidad de reconsiderar nuestras posiciones. El político como yo, que soy un político de oficio durante más de 40 años, tiene la obligación de asumir el costo de sus decisiones, de dar la cara a la sociedad y de mirar a los ojos a todos sin ningún complejo.
-En lo que resulte después de este proceso va a hacer falta proceso de reconciliación, de justicia transicional que debe ser objeto de un gran debate nacional
-Seguramente. Pero es donde la fe puede ayudarnos muchísimo a no caer en la tentación de obviar un momento político por la ceguera, por la irracionalidad y por la falta de lógica. Existen diferentes mecanismos: La leyes de punto final, de reconciliación, de amnistía. Yo trabajé tres leyes de amnistía en el Parlamento. En el año 2012, hicimos nacional e internacionalmente una consulta a todos los civiles y militares que estaban exiliados y habíamos avanzado de manera muy significativa, porque era y tenemos que decirlo, una intención de Hugo Chávez de dar una amnistía. Se produce su fallecimiento y eso se obvió.
Luego les doy una primicia: voy a publicar todas la correspondencia que envié a los factores de poder, sobretodo las que envié a Hugo Chávez y a Nicolás Maduro. Son cerca de 135 cartas dirigidas a ellos, haciendo planteamientos de la vida del país, buscando soluciones y acercamientos, haciendo críticas propositivas sobre el fracaso del modelo y pidiéndoles sentarnos a conversar…Ese libro lo voy a llamar Silencio Administrativo. El Estado no habla. Porque realmente el Estado nunca respondió.
-Es que curioso que el gobierno por no poder poner preso a Guiadó lo detiene a ud que ha sido siempre su intermediario para el diálogo
-Yo he sido muy castigado por mis posiciones políticas, pero siempre voy a decir lo que llevo en el corazón, no lo que quieren escuchar las 25 mil cuentas destinadas a disparar contra el liderazgo de la oposición y sus actores.
Yo fui paramentario en la primera Asamblea Nacional, en el periodo 2000-2005, y allí tuve un protagonismo bastante significativo, no solo estuve en las comisiones que designaron los poderes en ese tiempo, sino que estuve y presidí la comisión que interpeló a los protagonistas de los sucesos de abril del 2002 y tuve como vicepresidente -y lo pones con el apellido completo- a Tareck William Saab Alabi, él estaba a mi lado. Luego estuve en el periodo 2010-2015 y eso me permitió interactuar con quienes ejercieron el poder legislativo en ese momento y hoy ocupan el poder Ejecutivo. Hablar con ellos no puede ser un pecado. ¿A quién le voy a pedir la liberación de un preso político? No se lo voy a pedir a la directora de PANORAMA o a sus periodistas, no, tengo que pedírselo a quienes tienen las llaves de la celda para poder tener criterio de éxito en la gestión y lo hemos tenido en muchísimos casos. Nunca he utilizado eso como bandera. Guardo silencio oportuno. Hablo con Dios. Nunca voy a esperar a un preso a las puertas de la carcel para tomarme una foto, no es mi trabajo.
Entonces me castigan durísimo, pero es una expresión de los radicalismos que dominan la escena y los discursos políticos del país.
Si revisamos los haberes de esa irracionalidad política no son nada agradables. Las sociedades tienen su asiento, su institucionalidad, en los partidos políticos, acá nos dedicamos a destruir los partidos políticos.
Cuando tú haces una evaluación de lo que estamos viviendo hoy con lo que vivimos antes del 99, llegamos a la conclusión que aquello fue infinitamente superior, a pesar de los errores cometidos. ¡Éramos una democracia muy joven! Éramos una democracia con 40 años que apenas había salido de la ruralidad. Que apenas se acaba de quitar los grillos de Gómez. Era una democracia muy joven. Era una niña. Pero los factores plutocráticos, que siempre han querido tener un presidente, dinamitaron a los partidos políticos. Nos redujeron a cero. Tuvieron éxito, pero se equivocaron con Chávez. Porque cuando fueron a llevarle a Hugo el talonario de facturas, Hugo les pagó las menos costosas y cuando fueron en un segundo intento se las metió en el bolsillo de atrás. Ganó la antipolitica. Silenciaron la democracia, pero fracasaron en su intento de hacerse del poder.
Y se reinventan, muta la antipolitica, en los radicalismos y se expresa de distinta manera. Debo recordar que muchos factores quisieron ser los dueños de los partidos, y se instaló una feria de vanidades y todos se creían con derechos sobre sectores de la Venezuela democrática . Y han transcurridos estos 20 años entre encuentros y desencuentros, y en ese tiempo quizás lo más cercano al éxito fue la elección del 2015, porque hay un argumento de esos factores que es una bofetada al pueblo, cuando dicen que con ese accionar el pueblo despertó. Y uds aquí pueden ser testigos del reclamo social permanente, todos los días, en la calle pidiendo luz, agua, transporte, seguridad, salud, medicinas, alimentos. Y esos reclamos no tuvieron conducción. Banalizamos la protesta de nuestro pueblo.
-Le reclama a la oposición …
-Claro! Estoy hablando de la oposición. Nosotros. Éramos sujeto de esa política que nos redujo. Éramos sujeto del chantaje y de la extorsión.
-¿Solo interesaba sacar de Miraflores al chavismo?
-Pero fíjate lo siguiente. Si tú tenías una propuesta distinta a otros factores, esa política no se discutía, porque cualquier otra propuesta distinta era considerada colaboracionista, y eso no puede ser. Eso no es política. Eso tenemos que acabarlo.
-¿Hay muchos políticos que hacen política mirando el teléfono?
-Y para acabar con eso tenemos que imponer la mayoría que es la regla de oro. No se hace política ni con el teléfono, ni desde la cama, ni desde la playa, ni desde un picnic. La política es de carne y hueso, es de todos los días. Y hay que ir al encuentro con el pueblo, sin falsas expectativas, sin promesas que puedan acabarse frente al estado de necesidad que ellos viven. Siempre digo: tenemos que enamorar al pueblo. ¿Y cómo lo enamorarás? De buenas maneras. Ese pueblo está allí sufriendo, pasándola muy mal.
La política no es para matarnos. Si así fuera ya yo estuviera en mi santa sepultura. El regreso, por ejemplo, del Psuv al Parlamento es el reconocimiento a un poder legítimamente electo.
-No es un tema menor ese
-No. es grandísimo. En los códigos de la política, en la simbología de la política están reconociendo a Juan (Guiadó). ¿Ah, entonces esas cosas no valen, no tienen un peso? ¡Claro que lo tienen! porque dónde puedes tú interactuar con ellos sino es allí en el Parlamento. Allí nos podemos decir las cosas con inteligencia. Es hora de entender que llegó el momento de arriar banderas de libertad dije el día que volvieron al Hemiciclo. Tenemos que subirle el nivel al debate, no solo para ganar la confianza del otro sino para que el pueblo pueda entender que es la política un camino expedito para resolver las diferencias y no la violencia, no las armas.