Dos guerreras zulianas narraron cómo vencieron el cáncer de mama

Cáncer de mama

Gloria García y Emilba Torres abrazaron la vida y superaron esta enfermedad que en Venezuela registró más de 7.000 casos en 2019.

“Quedé en shock cuando me dijeron que me tenían que operar otra vez y que era para quitarme un seno”. Esa fue la reacción de Gloria María Chiquinquirá García hace tres años cuando tras una evaluación médica recibió un duro diagnóstico: tenía cáncer mamario en el seno izquierdo.

García, en ese entonces de 73 años, ya había atravesado antes por una situación similar en 1994; no obstante, en aquella ocasión, no se mencionaron las palabras cáncer de mama, una enfermedad que el año pasado en Venezuela  arrebató  2.819 vidas, de acuerdo con el último estudio sobre el pronóstico de incidencia y mortalidad del cáncer en el país publicado por la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV).

La primera vez, a esta educadora de escuelas rurales en municipios foráneos le detectaron un bulto en el seno izquierdo durante una consulta médica y, tras la evaluación inicial, viajó a Valencia para chequearse con otro doctor conocido que determinó era necesario operarla para extraer el bulto.

“Cada vez que me bañaba, me sentía la pelotica” que se “movía” y “se endurecía”, contó en entrevista a PANORAMA. “Mi esposo me lleva a Valencia, donde me operan para sacarme el bulto y me extirparon ganglios de las dos axilas”, recordó.

Desde entonces, nunca más sintió nada extraño  hasta 2017.

“Me vuelve a aparecer (el bulto). Casualidad estaba con mi hija en un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) para  una consulta odontológica,  pero el odontólogo no vino. Entonces pedí una consulta a medicina general porque me estaba sintiendo una pelotica que cada vez estaba más grande en el seno izquierdo”, narró.

Sin embargo, lo que empezó como una visita para colocarse un puente dental terminó en el inicio de una lucha que le cambiaría la vida luego de que la doctora que la evaluara le hiciera una observación urgente sobre lo que había en su seno: “Esto no es para ahora, esto es para antier. Tienes que operarte”.

 “El temor era que se esparciera hacia adentro”

Del CDI no llegaron a su casa, pues de inmediato acudió al Hospital Coromoto para que comenzaran a hacerle los exámenes pertinentes. Recuerda, en ese momento, un centro repleto de personas con diversas afecciones a la espera, una situación desesperante que llevó a sus hijos a movilizarse en busca de ayuda económica para llevarla de un centro médico privado a otro donde le hicieran los estudios necesarios y la evaluara un especialista.

“Me puse mal, no comí y mis hijos se asombraron porque yo no dejo de comer (…). Me acoquiné. Claro, yo no les decía nada, pero ellos veían mi semblante, mi ánimo y de verdad pensaron que era malo y por eso actuaron rápido”, narró.

La maestra con 28 años de servicio finalmente se sometió a una mastectomía del seno izquierdo en el Hospital Dr. Manuel Noriega Trigo con el objetivo de erradicar la enfermedad de una vez por todas. “Mis hijos (organizaron todo) porque yo quedé en shock cuando me dijeron que me tenían que operar otra vez y que era para quitarme el seno”, destacó.

Posteriormente, el tejido mamario extraído fue llevado a biopsia en otro centro; mientras, ella fue remitida por la mastóloga que la operó, y quien le dio ánimos con su diagnóstico, a una especialista en oncología.

 “La oncóloga dijo que no había tomado cuerpo el cáncer (…) pero la pelotica seguía creciendo y el temor era que se esparciera hacia adentro, que ramificara”, explicó la mujer que asegura tuvo mucho apoyo de sus cinco hijos.

“Si a tiempo las mujeres se chequean, pueden durar un poco más”

Tras su operación, García ha continuado haciéndose chequeos anuales con los especialistas y además cumple un tratamiento que recibe todos los meses en farmacias de alto costo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, aunque en el pasado ha ocurrido que no  está disponible la medicina y debe costearla ella misma.

“Voy a cumplir tres años de operada y, hasta ahorita, no he sentido nada (…). Mi única molestia es lo gorda que estoy porque como mucho”, señaló entre risas.  “Yo me aferro mucho a mi Dios y a mi Virgencita de Chiquinquirá  y digo: ‘Bueno, hasta que digáis”, resaltó esta marabina que invita a las mujeres a chequearse sin importar la edad.

“Es bueno que, tanto señoritas como mujeres casadas, se hagan su chequeo. Ahorita está el cáncer de seno como una epidemia, entonces uno no debe descartar», apuntó.

«Yo doy fe de que si a tiempo las personas se chequean, pueden durar un poco más”, enfatizó esta sobreviviente de cáncer de mama, de 76 años, que ahora comparte sus experiencias con amigas y vecinas que enfrentan la misma lucha que ella superó.

 “Perdí el seno, pero me gané la vida”

Al igual que Gloria García, en   octubre pero de 2005, Emilba Luisa Torres Molero  se sintió alarmada por extraños síntomas que estaba padeciendo en  sus senos.

“Presenté una picazón en la mama izquierda, en la parte superior, por la axila, tenía mucha picazón y cuando me toqué, sentí una pequeña pelotica, pero no me dolía”, detalló en conversación con este medio la ama de casa, quien en aquella época estaba casada con un médico que de inmediato concluyó que algo andaba mal.

“Mi primer pensamiento fue que podía ser un carcinoma de mama (…) y exactamente cuando le dije a mi exesposo lo que me estaba ocurriendo, me dijo que tenía que hacerme una mamografía pero yo le dije que todavía no, porque no quería pasar las Navidades ni en una clínica ni en un hospital.  Me dijo que con eso no se puede esperar, porque si sale algo raro, inmediatamente hay que hacer una biopsia, pero no quería”, repasó.

Torres, en ese momento de 58 años, esperó hasta enero para ir al médico y, al verse con un especialista, descubrieron que sus sospechas eran ciertas: el bulto en su seno, que ya había crecido hasta tener casi dos centímetros desde la primera vez que lo sintió, era canceroso.

Para recobrar su salud, esta guerrera, cuya madre murió de cáncer, se sometió a una mastectomía y a un tratamiento durante meses con quimioterapias y radioterapias que, por fortuna, no tuvieron efectos secundarios que “no pudiera resistir”.

“El doctor y su equipo vieron que había que hacerme una extirpación total del seno y se hizo. En mí no hubo ningún tipo de problema porque perdí el seno, pero me gané la vida”, recordó sobre su cirugía. “La operación y todo el proceso se hizo rápido.  No se dejó avanzar”.

Felicitaciones, es libre de cáncer de mama

Desde aquel momento han pasado 15 años, pero Torres aún recuerda cómo se enteró que era libre de cáncer de mama, una enfermedad que en nuestra nación registró en 2019 un total de 7.093 nuevos casos, cifras que de acuerdo con la Sociedad Anticancerosa de Venezuela en su sitio web, representan un “un aumento significativo” de lo que se había venido observando desde 2015.

“Había terminado el proceso y todos los exámenes estaban bien. Los doctores me lo dijeron: ‘Felicitaciones, porque había salido todo bien’. Ahora me siento bien, hace ya 15 años que Dios me ha regalado y no he tenido más tratamientos”, afirmó esta luchadora, que asegura siempre fue positiva y nunca perdió la fe.

“Mi motivación primeramente fue Dios porque yo sabía que iba a salir de ahí para dar el testimonio a todo aquel que lo necesitara porque es verdad, los médicos fueron excelentes, pero Dios utiliza al ser humano a favor nuestro. Yo confié en eso. Me impulsó la fe”, aseveró.

Ahora, Torres insiste en la importancia del diagnóstico temprano. “Inmediatamente al sentirse algo en el seno, acudan al médico”, aconsejó e instó a las mujeres que hoy batallan contra esta enfermedad  a que “confíen también en Dios, sean positivas y a que en ningún momento se dejen deprimir porque la depresión en vez de ayudar, complica más la salud”.

Aseguró que en la actualidad, vive tranquila junto a su nieto, dándole gracias a Dios y predicando el evangelio. Además se dedica a su hogar y disfruta de hacer manualidades y la costura.

“(Del cáncer de mama) aprendí que debo ser siempre positiva en cada una de las pruebas que tengamos que pasar. Eso es lo más importante. Seamos positivos y ese optimismo nos da la energía y la fuerza para seguir adelante”, finalizó.

Por:  M. Fuenmayor/Panorama