Las colas en las estaciones de servicio no dan tregua y son, quizá, la manifestación más evidente a simple vista de la crisis generada por el racionamiento eléctrico pues sus dimensiones gigantescas jamás se habían observado en Maracaibo.
Llenar combustible se ha convertido en uno de los principales dolores de cabeza de los marabinos pues, en ocasiones, un día completo no basta para llegar al surtidor como le pasó a Gustavo García quien tardó día y medio para lograr poner 30 litros en su tanque en la estación El Carmen, de la avenida Las Delicias, este viernes 5 de marzo.
“Ayer me vine en la mañana, como a las 8, y agarré la cola casi en la universidad (José Gregorio Hernández), pero a las 3, cerca ya de la entrada, se acabó la gasolina. Me tocó volver hoy y ya llevo toda la mañana aquí desde las 6 que llegué”, dijo García a punto de entrar al patio de la bomba para llenar al mediodía de este viernes.
La odisea de este trabajador es la mimas de miles de marabinos, entre ellos los choferes del transporte público, que invierten más tiempo en colas por gasolina que trasladando pasajeros acrecentándose las deficiencias de la movilización en la ciudad.
Lejos de amainar por la llegada del servicio de electricidad a algunas bombas y la colocación de plantas eléctricas en otras, las filas parecen crecer. La presencia de funcionarios policiales en cada una de ellas garantiza el orden, pero no incide en la disminución de de su tamaño.
“Hay mucho ‘bachaquero’ inescrupuloso que entra y sale hasta tres veces al día. Eso hace que las colas no bajen”, explicó un bombero sin identificarse.
La hipótesis del trabajador cobra fuerza al ver cómo están proliferando los “pimpineros” en algunos lugares de la ciudad. En la zona oeste, por ejemplo, solo se observaban en el sector El Marite, plaza de Toros y Circunvalación 3. Ahora los conductores, esquivando las largas colas, adquieren el combustible en cualquier punto del barrio Libertador, La Rotaria, La Floresta, El Pedregal, La Victoria y buena del tramo final de la avenida La Limpia.
El precio de la garrafa de 5 litros oscila entre 2.500 y 5.000 bolívares soberanos en estos sitios ilegales de venta de combustible que están creciendo en la ciudad a la vista de todos.