En el mercado de Maracaibo hay farmacias ilegegales. Una caja de 30 pastillas regulada en 150 bolívares, la venden en mil 500. Farmacéuticos aseguran que las medicinas de venta ilegal carecen de toda la permisología médica por lo que representa un riesgo para la salud
La escasez de medicinas no se nota en el mercado popular Las Pulgas. Allí se encuetran hasta las pastillas más difíciles de conseguir en las farmacias y droguerías, como el anticonvulsivo fenobarbital, que puede llegar a comprarse sin récipe médico con un sobreprecio de mil 490 bolívares.
En una esquina oscura entre ventas de verduras hay un quiosco improvisado con productos naturistas. En ese lugar es posible comprar el medicamento indicado para los epilépticos, conocido también como Gardenal. El producto tiene un precio regulado de 10 bolívares la caja de 30 pastillas, pero en Las Pulgas la venden en mil 500. Esta medicina no tiene sustitución y la persona que convulsiona no tiene otra opción.
En el país hay 80 por ciento de fallas en la distribución de los medicamentos, de acuerdo con el Colegio de Farmacéuticos de Venezuela. Por esta razón, los pacientes tienen que recurrir a mercados no autorizados para poder tener acceso a los fármacos de extrema necesidad y urgencia. La Verdad se adentro en lo profundo de los pasillos del mercado Las Pulgas y se pudo detectar que hay venta ilegal de medicinas.
Al bordear el frente de los locales de la zona comercial lo único a la vista es ropa, zapatos y juguetes. Dando un paso dentro de los toldos con techo de tela las ventas pasan a comida, artículos regulados de primera necesidad, pero que se venden con sobreprecio en pequeñas mesas. A primera vista, nada de medicinas, pero en el corazón de Las Pulgas se consigue el fármaco que se necesita.
Luego de pasar pasillos oscuros con olor penetrante, las pastillas aparecen ante los ojos de los compradores. Sobre las mesas predominan cajas de medicamentos para el malestar general y de uso cotidiano como analgésicos, protectores gástricos y antigripales. Los precios por caja oscilan entre 250, 300 y 500 bolívares. También se pueden adquirir detallados, por sobre o blíster por 100 o 150 bolívares.
El anticonvulsivo lo venden desde una tableta de 10, hasta una pastilla para el consumo inmediato. Allí no hay regulación, no hay vigilancia, ni piden récipe.
De cuidado
Haydé Torres, presidenta del Colegio de Farmacéuticos del Zulia, explicó que la venta ilegal de anticonvulsivos es “delicada”. Afirmó que deben ser vendidos bajo supervisión médica presentando un récipe al farmacéutico y en algunos casos dejar la carta en la farmacia para que se haga una relación mensual y de control sobre la venta del mismo.
Enfatizó que los usuarios no deben comprar medicinas en ventas clandestinas debido a que la calidad es “dudosa”. Detalló que hay factores de riesgo como una posible adulteración o copia del producto, aunado a esto no son almacenados en la temperatura idónea por lo que pierden efectividad y pueden ser nocivos para la salud.
Torres señaló que el llamado es al Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria (SACS) ya que ellos deben abocarse a decomisar los medicamentos en los mercados populares, “como colegio no tenemos la autoridad para decomisar o involucrarnos, solo podemos denunciar y exponer el problema”.
Consecuencias
Máximo Quintero, neurólogo, explicó que el Fenobarbital es un estabilizador de los canales de cloro de las neuronas, por lo que la falta del mismo genera una reincidencia en las crisis en los pacientes.
Paulina Chirinos/La Verdad