En Venezuela, debido a la situación de desabastecimiento de medicamentos, las personas se han visto en la necesidad de comprar y vender fármacos a través del comercio no formal
En el sudeste asiático el 50% de los medicamentos que son antipalúdicos no contienen ningún principio activo, son falsificados y se venden de forma no regulada de manera convencional. Otro ejemplo de esta situación es Malasia, donde el 90% de los fármacos son de origen ilícito, según afirma la asesora independiente del sector farmacéutico Mercedes Santana.
En Venezuela, debido a la situación del país, las personas se han visto en la necesidad de comprar y vender fármacos para poder obtener otra entrada de dinero, o porque necesitan comprar otros medicamentos. Ahora existe una nueva modalidad de venta, y es que las personas que trabajan en la economía informal están comercializando productos de origen desconocido.
«La cadena de distribución de medicamentos no influye la venta informal, es por ello que se recomienda adquirirlos en agentes autorizados, debido a que la cadena de distribución es muy corta, y esta va desde el productor, al distribuidor, haciendo un último recorrido a las farmacias o agentes autorizados por el Ministerio para la Salud», explica Santana.
Sin embargo, existen algunas farmacias que se han visto en la necesidad de comprar a los distribuidores productos que, en su defecto, son excedentes de otros países y que al momento de ser trasladados pueden presentar ciertas alteraciones, como por ejemplo, el cambio de productos auténticos por otros falsos.
Explican que una persona natural quien está vendiendo un producto por una red no autorizada, como las redes sociales, no cumple con la normativa que exige el cuidado y el almacenamiento del producto. Dicha persona puede estar llena de buena voluntad y decide hacer la venta o cambio, sin saber cuáles son los riesgos que correrá.
Existe otra modalidad de venta: las personas pertenecientes a la economía informal han dado impulso a las transacciones de medicamentos que en su defecto están vencidos, no cumplen con los requisitos de seguridad o presentan rasgos de insalubridad. «Le decimos al paciente que tome precauciones debido a que, al momento de adquirirlo de esa forma considerada ilícita, no se le está asegurando la calidad del producto que puede ser adulterado», afirmó la especialista.
Otros de los problemas que existen es que las cadenas autorizadas tienden a ofrecer productos remarcados de uso institucional, algunos vienen en otros idiomas o en su defecto no los venden en sus estuches correspondientes. Esto quiere decir que, probablemente, la procedencia de ellos no se encuentre adecuadamente registrada.
La Operación Pangea, realizada por la Interpol, se encarga de ejecutar la mayor acción contra la venta ilegal de medicamentos a nivel mundial. Actualmente en el país, en la página del Instituto Nacional de Higiene, se encuentran publicadas las listas de los medicamentos que están circulando y que no son aptos para el consumo humano.
El Universal