“Una de las cosas que aprendí”, dice Jimeno, “es a no rendirme nunca”.
Atrapado en lo profundo de los escombros del World Trade Center, Will Jimeno vivió lo impensable. Veinte años después, todavía vive con eso.
Una banda ortopédica y una hendidura del tamaño de una moneda en su pierna izquierda reflejan las lesiones que terminaron con su carrera policial, el sueño de toda una vida. Tiene trastorno de estrés postraumático. Tiene estantes de recuerdos, incluida una cruz y Torres Gemelas en miniatura hechas con acero de los edificios. Apareció en una película y escribió dos libros sobre cómo sobrellevar la terrible experiencia.
“Nunca desaparece para aquellos de nosotros que estuvimos allí ese día”, dice.
Casi 3.000 personas murieron cuando los secuestradores de la red terrorista Al Qaeda de Osama bin Laden estrellaron cuatro aviones comerciales en el World Trade Center, el Pentágono y un campo de Pensilvania, en los Estados Unidos, el 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, se estima que 33.000 o más personas evacuaron exitosamente los edificios afectados.
Navegaron por montañas de humo en las escaleras de las Torres Gemelas del World Trade Center, o salieron del Pentágono en llamas. Algunos huyeron de una nube de polvo sobrenatural en la zona cero. Otros se abrieron paso entre escombros en medio de la oscuridad.
Los sobrevivientes del 11 de septiembre tienen cicatrices y el peso de preguntas sin respuesta. Algunos lidian con su sitio en una tragedia definida por una enorme pérdida de vidas. Les dicen que “superen” el 11 de septiembre. Pero ellos también dicen que han ganado resiliencia, propósito, aprecio y resolución. AP
Únete a nuestro Canal en Telegram