Una joven ecuatoriana de 20 años decidió mudarse a Colombia para vivir con un hombre del que se enamoró por redes sociales. Sin embargo, esta semana, la madre de la joven entró en desesperación pues no tenía contacto con su hija.
Marina Moya, madre de Andrea Maribel Guapulema Moya, radicada en la provincia de Los Ríos en Ecuador, a 107 kilómetros de Guayaquil, contó a Caracol Radio de Colombia que su hija conoció a un hombre por redes sociales, se enamoró y decidió abandonar su casa en Ecuador y viajar a Popayán, un municipio colombiano en el departamento del Cauca, a más de 1.000 kilómetros de su madre: “me enviaba videos para que yo observara la manera en que llovía en esa ciudad y también lo hacía para que me sintiera tranquila, que ella estaba bien”, dijo al medio.
Según relató Moya, todo marchaba bien pues se comunicaba diariamente con su hija, pero un día, tras el derrumbe que sucedió sobre la vía Panamericana, Moya recibió una llamada alarmante de su hija.
En esa conversación, Andrea Maribel le dijo a su mamá que quería regresar pero que no podía. La joven mujer lloraba al teléfono y en un momento la comunicación se cortó.
Luego, Moya recibió una llamada del hombre con el que su hija se había mudado. La pareja de Andrea Maribel le habría dicho a la madre que la joven estaba muerta y que incluso ya estaba enterrada: “En una videollamada que me hizo, miré que tenía un ojo morado, yo le tomé una captura, pero me decía que todo estaba bien”, relató Moya al medio colombiano.
Con esos antecedentes, Moya decidió pedir a las autoridades colombianas que le ayuden a localizar a su hija.
La plataforma Todos Por Cali Noticias publicó la historia y pidió a sus seguidores que proporcionaran información sobre la joven ecuatoriana.
El periodista colombiano, Óscar Solarte, a través de una publicación en sus redes sociales, anunció que, gracias a la información brindada por varias personas, pudieron localizar a Andrea Maribel y ponerla en contacto con su madre. Solarte indicó que la joven fue encontrada “sana y salva”.
Enamorarse por redes sociales es un fenómeno cada vez más frecuente y cuya dinámica ha servido para cooptar a mujeres que son reclutadas para redes de trata, donde son explotadas sexualmente, que son extorsionadas o que incluso son amenazadas para proveer material pornográfico.
Los victimarios inician conversaciones vía servicios de mensajería con sus víctimas y empiezan a ganarse su confianza, generalmente ofreciendo estabilidad emocional y una relación amorosa. En algunos casos, incluso envían regalos a las mujeres para sellar los vínculos. En algún punto de la relación, las mujeres son citadas en lugares distintos a su domicilio o zona segura y es entonces cuando sufren abusos.
Asimismo, según un estudio publicado por investigadores de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Perú, la violencia de género hacia la mujer también ocurre en la etapa de enamoramiento a través de las redes sociales.
Según los investigadores, “las redes sociales se usan para intimidar, controlar a la pareja, usurpar la personalidad e incluso como violación de la intimidad tras las rupturas de esta”. Asimismo explican que “muchas veces, por vergüenza o el temor de represalias, las mujeres víctimas de violencia callan y no denuncian estos hechos a las instancias responsables”.
Dentro de los resultados del estudio, los investigadores engloban bajo la categoría Manipulación y denigración a la mujer en el enamoramiento a través de las redes sociales, que estas plataformas virtuales sirven como desencadenantes para la violencia, que puede reflejarse “a través de la manipulación por fotos, conversaciones, videos íntimos, donde el victimario buscará manipular y chantajear a la mujer para acceder a aquello que él quiere, y si se niega a ello tendrá como consecuencia la difamación de su persona exponiéndola a la humillación pública, llegando a intimidarla y aislarla”.
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