Un documental muestra lo que hace Amazon con los productos que no se venden

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Amazon es el mayor retailer a nivel mundial en lo que a comercio online se refiere.

Sus precios agresivos, constantes ofertas, política de envío y servicio técnico le han valido la confianza de los consumidores. Sin embargo, este gran poder también tiene una parte oscura, y es que al parecer la compañía hace algo difícil de entender: destruye los productos que no puede vender.

Amazon tira millones de productos no vendidos porque los vendedores no pagan para recibirlos de vuelta

Así lo han desvelado dos periodistas. El primero lo mostró en un vídeo publicado en enero del canal francés M6, donde el periodista entró como trabajador encubierto en uno de los almacenes de Amazon en Francia. Entre las cosas que descubrió se encuentra una zona llamada «Destruction«, donde se acumulan multitud de objetos que, por el nombre de la zona, indica que es la de la basura y que esos objetos van a ser destruidos. En el vídeo se puede ver entre ellos un televisor, juguetes, libros o pañales.

El periodista afirma que esa práctica está muy extendida por los almacenes de Amazon en Francia, donde uno de los almacenes más pequeños mandó a la basura 293.000 objetos en un periodo de nueve meses. Según otros documentos que obtuvieron, en torno a 3 millones de objetos fueron destruidos el año pasado en el país.

El segundo reportero, del Daily Mail, entró como trabajador en un almacén de Amazon en Reino Unido, donde un gerente le confirmó que algunos de los objetos que no venden se destruyen, mientras que otros se devuelven. Amazon no ha confirmado ni desmentido este hecho, pero afirman que donan muchos de sus productos a la beneficencia.

El motivo de esta destrucción tiene que ver con lo que Amazon cobra por mantener productos en sus almacenes. Por un metro cuadrado de espacio, Amazon cobra 22 libras al mes. Sin embargo, para incentivar que los productos estén poco tiempo ahí, el coste aumenta a 430 libras al mes por seis meses, y 860 libras por un año.

Así, cuando un producto no se vende, Amazon cobra dinero al vendedor original por devolverlo. Por ejemplo, a uno de ellos le cobraba 17 libras por un producto que costaba 13 centavos destruir, por lo que al vendedor le salía más barato que lo destruyeran que el propio coste del producto.

Este tipo de prácticas son terribles para el medio ambiente, sobre todo cuando esos productos pueden ser donados a la caridad o a organizaciones que se encarguen de enviarlo a países del tercer mundo donde Amazon no tiene ningún tipo de interés comercial.

Amazon está automatizando cada vez más sus fábricas

Para reducir costes, Amazon ha anunciado también hoy el lanzamiento de máquinas para sustituir a los trabajadores encargados de empaquetar los productos. Este puesto de trabajo es el más común en los almacenes de la compañía, empleando a miles de personas en todo el mundo. Normalmente cada almacén emplea a más de 2.000 personas.

Con esto, Amazon busca reducir el número de empleados para ahorrar aún más costes gracias a aumentar la automatización de sus almacenes. La compañía explica que busca mejorar la eficiencia en sus almacenes y acelerar los envíos, a la vez que reinvertirán el dinero ahorrado en nuevos servicios para los consumidores en los cuales se crearán nuevos puestos de trabajo más especializados.

A su vez, Amazon también ha planteado que sean los propios empleados los que monten empresas de reparto para realizar entregas, ofreciéndoles financiación, formación y tecnología, además de darles trabajo asegurado. reseña adslzone