Estados Unidos alertó este viernes a sus ciudadanos que planean viajar a Venezuela de que la violencia es “generalizada” en el país, y destacó en particular el auge de los “robos armados” en Caracas, incluso con rifles de asalto y granadas.
El Departamento de Estado difundió una alerta dirigida a los ciudadanos estadounidenses, que sustituye la emitida en diciembre de 2014, y en la que reitera que “el crimen violento es generalizado en Venezuela, tanto en la capital, Caracas, como en el interior”.
La principal diferencia entre esta alerta y la de diciembre está en la advertencia sobre los “robos armados”, que “tienen lugar en toda Caracas y otras ciudades, incluidas áreas generalmente consideradas seguras y frecuentadas por turistas”.
“El crimen callejero puede tener lugar en cualquier momento, y las áreas residenciales lujosas donde muchos ciudadanos estadounidenses viven o visitan no son inmunes al crimen callejero y los robos en las viviendas”, indica el comunicado.
“Recientemente, criminales fuertemente armados usaron granadas y rifles de asalto para cometer crímenes en bancos, centros comerciales, estaciones de transporte público y universidades”, agrega.
Por lo demás, el Departamento de Estado recuerda que Venezuela tiene “la segunda tasa más alta de homicidios del mundo”, según la organización Observatorio de la Violencia en Venezuela.
La mayoría de ellos son “secuestros exprés” que pueden durar solo unas horas, y “a menudo las víctimas son golpeadas físicamente o incluso asesinadas si se resisten a las demandas de sus secuestradores”.
Además, hay “violencia, secuestros, narcotráfico y contrabando a lo largo de la frontera de Venezuela con Colombia”, según el Departamento de Estado, que no hizo ninguna mención a la tensión entre ambos países por el cierre de gran parte de la frontera por parte del Gobierno venezolano.
El Departamento de Estado reiteró, además, que considera “la amenaza criminal al personal del Gobierno de Estados Unidos en Venezuela lo suficientemente seria como para requerir que vivan y trabajen bajo estrictas restricciones de seguridad”.
Todo el personal contratado directamente por el Gobierno de EE.UU. y sus familias en la embajada estadounidense en Caracas están sujetos a una política de movimiento que “limita, y puede ocasionalmente evitar, el acceso” de esos funcionarios “a ciertas áreas de Caracas y el interior del país”, indicó.
Además, deben viajar en vehículos blindados cuando se trasladan desde y hacia el aeropuerto de Caracas y en el interior del país.
Estados Unidos reconoce que “miles de ciudadanos estadounidenses visitan Venezuela de forma segura cada año”, pero les insta a “vigilar sus alrededores en todo momento y en todo lugar, en especial cuando entren o salgan de sus hogares, hoteles u automóviles”.
Cuando sea posible, el Departamento de Estado les recomienda “desplazarse en grupos de dos o más personas, evitar llevar joyas y transportar grandes sumas de dinero” y “caminar solos de noche”.
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