Los trascendidos sobre la presunta homosexualidad de Omar Mateen, el autor de una masacre en un club gay de Orlando, se suman a la hipótesis de que era un «radicalizado» «lobo solitario» y dan una nueva perspectiva a los motivos del ataque que dejó 49 muertos.
Las investigaciones de la masacre privilegian la tesis de que Mateen, que se había «radicalizado» con propaganda radical islamista, actuó solo, sin recibir órdenes del grupo Estado Islámico (EI) pero inspirado por los yihadistas.
Ahora se suman los trascendidos de que el atacante, un estadounidense de origen afgano de 29 años que fue ultimado por la policía, era homosexual.
Esta hipótesis podría sacar al FBI de la incómoda posición en la que se encuentra, pues investigó a Mateen en 2013 y 2014 «por eventuales vínculos con terroristas», pero esas pesquisas fueron archivadas por falta de pruebas.
Exonerado por el FBI y sin antecedentes judiciales, Mateen tenía dos permisos de porte de armas y pudo adquirir, en total legalidad, unos días antes del ataque, un arma corta y otra larga.
«Si el FBI lo vigila por sospechas de tener vínculos con terroristas, usted no podría estar en condiciones de comprar un arma», se indignó la candidata demócrata a la presidencia Hillary Clinton, partidaria de reforzar los controles sobre la tenencia de armas.
¿Homosexualidad?
El diario Orlando Sentinel citó el lunes varios testimonios que revelan que Mateen era un asistente regular al club gay Pulse, el mismo que atacó el domingo.
«A veces se sentaba en un rincón a beber solo, y otras veces se emborrachaba tanto que era ruidoso y beligerante», señaló Ty Smith al periódico.
Kevin West, otro asistente regular del Pulse, dijo al diario Los Ángeles Times que intercambió mensajes con Mateen en un chat homosexual por al menos un año en forma intermitente.
Otros clientes del club dijeron a medios locales que Mateen había utilizado aplicaciones gay, incluyendo Grindr, con conocidos comunes para «enganchar».
Esa descripción choca con la que brindaron sus familiares y allegados: abusivo, violento, inestable y homófobo.
Jim Van Horn dice ser un cliente habitual del club nocturno Pulse de Orlando. Otro de los «habituales» de la discoteca gay de Florida era Omar Mateen, el hombre que entró en el bar armado, mató a 49 personas e hirió a docenas más en la madrugada del domingo, en la peor masacre en la historia reciente de Estados Unidos, agregó.
En declaraciones a The Associated Press el lunes por la noche, Van Horn, de 71 años, dijo que vio a Mateen intentando flirtear con hombres en el club.
Según su versión, conoció a Mateen en una ocasión y el joven le habló sobre su exesposa.
Van Horn señaló que algunos amigos lo llamaron aparte y le dijeron que no querían que hablase con Mateen porque «pensaban que era una persona extraña».
A pesar de que antes del ataque Mateen manifestó ser seguidor del grupo extremista Estado Islámico, han surgido otras posibles explicaciones sobre el ataque, incluyendo la duda sobre si tenía un conflicto acerca de su sexualidad.
Su exesposa explicó que padecía una enfermedad mental. Y su padre, un migrante afgano, sugirió que podría haber actuado por una cuestión de odio a los homosexuales.
En la madrugada del domingo, Mateen, un empleado de una empresa de seguridad, irrumpió armado con un rifle de asalto y una pistola en el club Pulse, que celebraba una «noche latina» con espectáculos de drag-queens en esta ciudad turística del sureste estadounidense conocida por sus parques de atracciones.
Tres horas después, 49 personas además del atacante yacían muertas y otras 53 quedaron heridas.
Las autoridades identificaron a las 49 víctimas mortales: en su gran mayoría hombres con apellidos latinos, entre 18 y 50 años, que celebraban el inicio del mes del Orgullo Gay. Muchos de los heridos seguían en el hospital.
Inspiración extremista
«Parece que el pistolero ha sido inspirado por diversas fuentes de informaciones extremistas en Internet», afirmó el presidente Barack Obama, que el jueves visitará Orlando para «presentar sus respetos a las familias de las víctimas y a manifestar su solidaridad», dijo la Casa Blanca.
el presidente subrayó que no había evidencia clara que indique Mateen «era dirigido desde el exterior» ni «pruebas indirectas que indiquen que formaba parte de un complot más vasto».
«Anunció su adhesión al EI a último minuto, pero no existe prueba, por el momento, de que haya sido dirigido por ellos», agregó el presidente.
El grupo yihadista Estado Islámico se atribuyó el ataque y confirmó el lunes en su radio que el atacante pertenecía a sus filas. «Era uno de los soldados del califato en Estados Unidos», dijo.
Vigilia
La masacre, la peor en la historia de Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, suscitó reacciones de horror y de solidaridad en todo el mundo.
Una vigilia a última hora del lunes congregó a una comunidad profundamente dolida en el jardín de un centro de arte en Orlando.
Un coro de homosexuales cantaba mientras las velas titilaban en el preludio de la noche, entre banderas con los colores del arcoiris.
Muchos estaban tomados de la mano, o abrazados, llorando mientras Orlando, ciudad conocida por sus parques temáticos, lidiaba con el shock que supuso el ataque.
Los oradores en la ceremonia hablaban tanto en inglés como en español, reflejo de que la mayoría de las víctimas eran de origen latino.
AFP/AP