La fiscalía sueca anunció el martes que, por falta de pruebas, abandona el caso por violación contra Julian Assange, fundador de Wikileaks, acusado por una mujer de una agresión sexual que se habría producido en 2010.
«Se han agotado todos los recursos de la investigación sin que haya pruebas claras para una acusación formal», dijo la adjunta al Fiscal general, Eva-Marie Persson, durante una conferencia de prensa en Estocolmo.
Si la parte civil no apela esta decisión, cerca de diez años de investigación se darán por concluidos con un sonoro fracaso para la justicia sueca, que no habrá logrado la comparecencia de Assange.
«Mucho tiempo pasó desde que los hechos se produjeron y las pruebas se han debilitado a tal punto que he decidido cerrar esta investigación», explicó la fiscal.
«Todas los actos de investigación se han agotado (…) sin aportar las pruebas necesarias para una condena», aunque los hechos prescribirán el 17 de agosto de 2020, añadió.
El australiano, hoy con 48 años, fue detenido en abril pasado en la Embajada de Ecuador en Londres, donde se refugiaba desde 2012 para evitar su extradición a Suecia o a Estados Unidos, que lo acusa de espionaje por los documentos secretos filtrados por WikiLeaks.
WikiLeaks celebró la decisión que, dijo su editor Kristinn Hrafnsson en un comunicado, permitirá a sus partidarios «centrarse en las amenazas que enfrenta Assange desde hace años: las acciones belicosas de Estados Unidos».
La denunciante sueca, que en la época de los hechos en agosto de 2010 tenía unos 30 años, acusa al australiano de haber tenido relaciones sexuales mientras ella dormía y sin preservativo, a pesar de que ella había rechazado cualquier relación sin protección en varias ocasiones.
En un mensaje de texto enviado a la AFP, la abogada de la mujer indicó que ella «no compartía el análisis de la fiscalía» y se reservaba el derecho de una eventual apelación.
En la investigación, las autoridades judiciales reconocieron que las declaraciones de la demandante con el paso del tiempo se habían vuelto menos precisas y los testigos no habían podido aportar elementos decisivos.
La abogada criticó las primeras audiencias realizadas por los investigadores en 2010, antes de que Assange saliera de Suecia, al considerar que no fueron detalladas.
Demanda de extradición de EEUU
Assange, que había conocido a la mujer en Estocolmo en una conferencia, siempre negó los hechos de violación, sostiene que ella había aceptado no usar preservativo, al tiempo que denunció una maniobra destinada a entregarlo a la justicia estadounidense.
La investigación sueca fue archivada en 2017 ante la imposibilidad de prever la salida del acusado de la embajada ecuatoriana antes de la prescripción de los hechos, pero reabierta en mayo tras su arresto.
Preso en Londres, Assange está bajo amenaza de una extradición hacia Estados Unidos, donde se expone a una pena de hasta 175 años de prisión por espionaje.
Las autoridades estadounidenses lo acusan de haber puesto en peligro a algunas de sus fuentes cuando en 2010 publicó 250.000 cables diplomáticos y unos 500.000 documentos confidenciales sobre las actividades del ejército estadounidense en Irak y Afganistán.
Un experto de la ONU sobre la tortura, Nils Melzer, expresó su preocupación sobre el estado de salud de Assange, al asegurar que «su vida está ahora en peligro».
El padre de Assange, John Shipton, afirmó a inicios de noviembre que su hijo podía «morir en prisión».
Assange, cuya audiencia para analizar la extradición se realizará en febrero, también enfrentó una acusación por agresión sexual a otra joven en Estocolmo en la misma época, pero los hechos prescribieron en 2015.