El Senado vota este miércoles un austero presupuesto para 2019 con la meta de lograr el equilibrio fiscal que le asegure a Argentina los desembolsos del auxilio por 56.000 millones de dólares pactado con el FMI.
Sindicatos y movimientos sociales convocaron convocado protestas en los alrededores del Congreso, pero se estima que menos numerosas que las del pasado 24 de octubre, cuando el proyecto de presupuesto se debatió en la cámara de Diputados en medio de disturbios que llevaron incluso a interrumpir la sesión.
La Cámara Alta deberá comenzará a deliberar a las 17H00 GMT y se espera que la aprobación definitiva se consiga sin tropiezos, pues durante estas semanas el gobierno del presidente liberal Mauricio Macri y las provincias llegaron a acuerdos que les aseguran financiamiento pese a los fuertes recortes.
El presupuesto que regirá en 2019, último año de gobierno de Macri, contempla el recorte de gastos por unos 400.000 millones de pesos (unos 10.000 millones de dólares) respecto del año anterior con el fin de bajar a cero el déficit fiscal primario, que en 2017 cerró en 3,9% del PIB y que para 2018 se estima en 2,7%.
Esa meta de equilibrio fiscal primario se lograría con un descenso de los gastos equivalente a 1,5% del Producto Interno Bruto y un aumento de la recaudación de cerca de 1,2% del PIB.
El proyecto está en línea con el acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional, que asegura un auxilio financiero para Argentina por unos 56.000 millones de dólares.
“Si bien el FMI y las autoridades confían en el inicio de una paulatina reactivación a partir del segundo trimestre de 2019, en el mejor de los casos recién se observarán signos de significativa recuperación de la actividad y del empleo en el segundo semestre. Pero en el corto plazo, el programa fiscal tiene efecto inequívocamente contractivo sobre la demanda agregada, la actividad económica y el empleo”, explicó a la AFP el economista Héctor Rubini, de la Universidad del Salvador de Buenos Aires.
El presupuesto contempla gastos totales por 4.172.312 millones de pesos (110.000 millones de dólares).
– Estabilidad cambiaria –
Argentina acudió al FMI en medio de una corrida cambiaria que comenzó en abril pasado y que llevó a una depreciación de su moneda de 50% a lo largo del año, con una inflación estimada por encima de 40% para el cierre de 2018.
Para estabilizar la moneda, el Banco Central decidió a partir de octubre establecer un sistema de bandas de fluctuación y mantener la base monetaria constante hasta junio de 2019. Desde que comenzó a aplicar esas medidas el peso argentino se ha revalorizado un 10% frente al dólar estadounidense.
“La desaceleración de la inflación requiere una política monetaria restrictiva, pero para que sea efectiva exige una reducción de la velocidad de aumento de tarifas públicas, precios regulados y salarios”, advirtió Rubini.
El debate parlamentario se produce un día después de que la calificadora de riesgo S&P rebajara la nota de la deuda argentina de B+ a B.
“Esta reducción refleja la erosión de la trayectoria del crecimiento, la dinámica de la inflación y la trayectoria de la deuda, tras las dificultades para poner en marcha el exigente programa de ajuste económico”, indicó la agencia.
El FMI estima que la economía argentina se contraerá 1,6% este año y 2,6% en 2019.