Las elecciones presidenciales y legislativas en Turquía, celebradas el domingo 14 de mayo, se definirán en balotaje. El actual presidente Recep Tayyip Erdogan recibió el respaldo del 49,51% del electorado, mientras que su rival, Kemal Kiliçdaroglu, logró un 44,88%. Un escenario que lleva al país a una segunda vuelta el próximo 28 de mayo, según confirmó la Comisión Electoral. El resultado marca un hito: por primera vez, Erdogan no logra la victoria en una sola ronda en las elecciones presidenciales en las que ha participado.
Turquía irá a una segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Más de 60 millones de turcos acudieron a las urnas el domingo 14 de mayo para decidir si el actual presidente Recep Tayyip Erdogan debería continuar en el cargo o si Kemal Kiliçdaroglu tomaría el mando.
Los resultados tardaron en consolidarse debido a la estrecha diferencia que separaba a Erdogan del anhelado 50% de la votación, por lo que el conteo se prolongó hasta el lunes. Finalmente, la autoridad electoral confirmó que Erdogan obtuvo el 49,51% de los votos, mientras que su principal rival, Kiliçdaroglu, recibió el 44,88% del escrutinio. Un escenario inédito para Erdogan en las justas presidenciales y que mantiene en vilo el futuro político de Turquía.
La segunda ronda presidencial se celebrará el domingo 28 de mayo, una fecha que tiene un significado simbólico ya que marca el aniversario del mayor movimiento popular de protesta que sacudió al gobierno en el año 2003.
Durante la jornada electoral, la incertidumbre y la tensión se apoderaron de los millones de votantes mientras los resultados eran objeto de una intensa batalla de cifras. Tanto Erdogan como Kiliçdaroglu instaron a sus seguidores a que se mantuvieran firmes hasta el final del recuento.
El opositor hizo un llamado a sus observadores a no abandonar las urnas, declarando en Twitter: «No dormiremos esta noche». Por su parte, el presidente en funciones publicó un mensaje en esa red social pidiendo a sus partidarios que «permanezcan cerca de las urnas, pase lo que pase».
Unas elecciones decisivas para un país en crisis
Las elecciones presidenciales y legislativas en Turquía se llevaron a cabo en un contexto de crisis política y económica, así como de devastación por un terremoto que afectó en febrero al sureste del país. La campaña electoral resultó ser particularmente difícil para el presidente Erdogan, que se enfrentó a una amplia coalición opositora liderada por Kiliçdaroglu.
Erdogan se presentó a los comicios como candidato de la Alianza Popular, formada por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y el Partido de Acción Nacionalista (MHP). Aunque cuenta con el apoyo de un 30% de votantes incondicionales, el presidente ha hecho múltiples promesas de campaña dirigidas a nuevos votantes como las mujeres y los jóvenes. Además, se comprometió a aumentar las pensiones, construir viviendas y reducir la factura energética.
El presidente candidato también ha arremetido contra sus opositores, a quienes acusa —entre otras— de estar vinculados con los «terroristas» del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
El principal rival del presidente, Kiliçdaroglu es un economista de 74 años y candidato del Partido Republicano del Pueblo (CHP), fundado por el padre de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Atatürk.
El opositor encabezó una coalición de seis partidos que prometió abandonar el sistema presidencialista introducido en 2018 y volver a una estricta separación de poderes, así como restaurar un sistema parlamentario en el que el poder ejecutivo recaiga en un primer ministro elegido por el Parlamento. También prometió un poder judicial independiente y la liberación de muchos presos políticos. AFP