Por segunda vez, la secretaria de Defensa de Estados Unidos visita Ecuador para agilizar la instalación de dos bases militares en territorio ecuatoriano. La funcionaria estará dos días en Quito para reunirse con el presidente Daniel Noboa, quien aspira de Estados Unidos “más colaboración para enfrentar el crimen”, según sus palabras.
Su presencia coincide con una campaña en Ecuador para promocionar el Sí y el No a cuatro preguntas de un referéndum, una de las cuales va dirigida a reformar el artículo 5 de la Constitución y permitir la instalación de bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano.
De hecho, el presidente Noboa adelantó en una entrevista televisiva que en este encuentro se revisarán las condiciones para establecer algunas bases. Y si bien descartó ubicar una base en la isla Baltra, en Galápagos, sí aseguró que las dos posibles opciones serían Manta, en la provincia de Manabí, y Salinas, en la provincia de Santa Elena. “Hay una mayor prioridad en el tráfico de armas, de combustibles, en el tráfico de drogas en este momento”, indicó el mandatario. Ambas localidades están a solo dos horas de Venezuela si se utiliza un avión bombardero B-52, como los que están ahora en Trinidad y Tobago.
La funcionaria estadounidense estuvo en Ecuador en julio pasado, cuando suscribió un acuerdo para facilitar el intercambio de oficiales para capacitación en materia de seguridad. Y en septiembre pasado, la embajada de Estados Unidos en Ecuador anunció la llegada del almirante de la Marina de los Estados Unidos Alvin Holsey, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos (Southcom), para oficializar la donación de un radar para monitorear el espacio aéreo y detectar actividades ilícitas, aunque el lugar de su ubicación no se develó “por cuestiones de seguridad nacional”. EE. UU. también ha comprometido la asignación de recursos para Ecuador en el combate al crimen organizado, que suman unos 7 millones 600 mil dólares para la vigilancia marítima y el combate a la minería ilegal.
El acuerdo firmado con Ecuador en diciembre pasado permite al personal militar y civil de los Estados Unidos “estar presente temporalmente en el territorio del Ecuador con relación a visitas de buques, entrenamiento, ejercicios, actividades humanitarias tales como respuestas a desastres naturales y provocados por el hombre. En actividades de cooperación para abordar retos de seguridad compartidos, entre ellos, el tráfico ilícito, el terrorismo internacional y la pesca ilegal no declarada y no reglamentada, y otras actividades mutuamente acordadas.”
