¿Merece Joe Biden ser destituido? Los republicanos opinan que sí y este jueves abrieron una investigación por «corrupción» contra el presidente estadounidense que los demócratas consideran descabellada.
Los conservadores, con mayoría en la Cámara de Representantes desde enero, acusan al líder demócrata de haber «mentido» al pueblo estadounidense sobre los negocios de su hijo Hunter Biden en el extranjero.
Esta investigación casi no tiene posibilidades de prosperar, pero podría convertirse en un dolor de cabeza para la Casa Blanca antes de las elecciones presidenciales de 2024 a las que Biden se presenta y en las que podría tener como rival a su predecesor, el republicano Donald Trump.
«Pruebas»
Durante la primera sesión parlamentaria sobre este procedimiento, el jefe del comité de investigación de la Cámara de Representantes, James Comer, aseguró haber encontrado «una abrumadora cantidad de pruebas que demuestran que el presidente Joe Biden abusó de su cargo público para beneficiar financieramente a su familia».
«Durante años, el presidente Biden ha mentido al pueblo estadounidense sobre su conocimiento y participación en los negocios corruptos de su familia», afirmó el republicano.
Ian Sams, portavoz de la Casa Blanca, lo considera «un disparate» y acusa a los republicanos de celebrar esta audiencia el jueves para desviar la atención de la crisis hacia la que se dirige el país ante la incapacidad del Congreso de aprobar un presupuesto.
Los congresistas demócratas coinciden con él.
«Si los republicanos tuvieran alguna prueba irrefutable, la presentarían hoy», se burló Jamie Raskin, y acusó a los conservadores de llevar a cabo esta investigación únicamente debido a las «presiones» de Trump, quien ha sido acusado dos veces por el Congreso y ha reclamado insistentemente que se investigue a su sucesor.
Sin posibilidades
El hijo menor del presidente, un exempresario de 53 años, se ha convertido en el principal blanco de los republicanos.
Los congresistas le acusan de haber realizado negocios turbios en Ucrania y China mientras Joe Biden era vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), aprovechando el nombre y los contactos de su padre.
La Constitución de Estados Unidos establece que el Congreso puede destituir al presidente por traición, corrupción y otros delitos graves.
El procedimiento se desarrolla en dos etapas.
Después de haber llevado a cabo una investigación, la Cámara de Representantes vota, por mayoría simple, los artículos de acusación que detallan los hechos que reprochan al presidente: es lo que se conoce como un juicio político o «impeachment» en inglés.
En caso de acusación, el Senado, la Cámara Alta del Congreso, enjuicia al presidente. Si llegara a esta etapa es altamente probable que Biden fuera absuelto, porque su partido tiene mayoría en esta cámara.
Otros casos
El presidente, de 80 años, siempre ha apoyado públicamente a su hijo, que arrastra un pasado de adicciones y en la actualidad está envuelto en problemas legales, acusado de posesión ilegal de un arma de fuego.
«Me despierto cada día (…) sin centrarme en el impeachment. Tengo un trabajo que hacer. Tengo que ocuparme de los problemas que afectan al pueblo estadounidense cada día», dijo en septiembre.
El ala trumpista del partido republicano pide desde hace meses la apertura de un procedimiento de destitución contra Biden.
Este grupo tiene gran influencia en el partido, hasta el punto de que en enero obligó al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, a hacer concesiones para ser elegido en el cargo.
En la historia de Estados Unidos ningún presidente ha sido destituido.
Varios se han visto sometidos a un juicio político: Andrew Johnson en 1868, Bill Clinton en 1998 y Donald Trump en 2019 y 2021, pero fueron absueltos.
Richard Nixon prefirió dimitir en 1974 para evitar una posible destitución por parte del Congreso debido al escándalo Watergate.