La investigación en el Congreso de Estados Unidos con miras a llevar a juicio político al presidente Donald Trump avanzaba a todo vapor el miércoles con nuevos testimonios, en vísperas de una primera votación sobre el explosivo procedimiento de destitución.
Los legisladores demócratas, más que nunca decididos a avanzar rápidamente en su pesquisa contra el presidente republicano, interrogan este miércoles a tres diplomáticos sobre la política estadounidense en Ucrania, en el centro de la polémica.
Como en otros casos, la Casa Blanca, que denuncia una «caza de brujas», puede haber ordenado a los miembros de la administración no responder a las convocatorias de los legisladores, que se realizan a puertas cerradas en la Cámara de Representantes.
Cinco semanas después de decidir embarcarse en el peligroso camino del juicio político, los demócratas, que controlan la Cámara baja del Congreso, ya han interrogado a diez altos funcionarios, incluidos embajadores y asesores de la Casa Blanca.
El miércoles, programaron el testimonio de dos diplomáticos especializados en Ucrania y aprovecharon una audiencia de confirmación en el Senado del número dos del Departamento de Estado, John Sullivan, nominado por Trump como embajador en Moscú, para hacerle preguntas vinculadas al caso ucraniano.
El objetivo de los legisladores es determinar si Trump abusó de sus poderes para obligar a Kiev a proporcionarle información comprometedora sobre el exvicepresidente demócrata Joe Biden, potencial rival del mandatario en las elecciones presidenciales de 2020.
«Hemos aprendido mucho sobre la campaña de varios meses de Trump para presionar a Ucrania», tuiteó la congresista demócrata Nancy Pelosi.
Los demócratas «no hacen nada» y «no adoptan ninguna ley» porque están «obsesionados con la acusación de juicio político», replicó Trump.
La orden del presidente
Los diez funcionarios que testificaron aportaron detalles sobre los esfuerzos desplegados por meses por el entorno del presidente, comenzando por su abogado personal Rudy Giuliani, para lograr que Kiev investigara supuestos actos de corrupción de Biden y su hijo Hunter, quien integraba la junta directiva de Burisma, una compañía de gas ucraniana.
Según los demócratas, estos esfuerzos sentaron las «bases» para una llamada telefónica de Trump a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, el 25 de julio, en la cual le pidió que «mirara» a Biden.
Pero la ayuda militar estadounidense a Ucrania, que está luchando contra separatistas respaldados por Rusia, había sido bloqueada a principios de mes y los demócratas quieren saber si el presidente usó esto como un medio de presión.
La orden de congelar esta ayuda «fue dada por el presidente», dijo el miércoles en la Cámara baja Catherine Croft, una experta en Ucrania del Departamento de Estado.
En tanto, ante un comité del Senado, el subsecretario de Estado Sullivan admitió ser consciente de que Giuliani llevaba adelante una «campaña» contra la embajadora de Estados Unidos en Ucrania, cesada por Washington antes del fin de su misión.
«Farsa»
Otro funcionario del Departamento de Estado, Christopher Anderson, debe referirse este miércoles a las «continuas llamadas de Giuliani para abrir investigaciones por corrupción» en Ucrania.
Anderson, quien trabajó con Croft junto al ex enviado especial estadounidense para Ucrania, Kurt Volker, prevé decirles a los legisladores que los diplomáticos lo discutieron y acordaron «la importancia de no pedir ninguna investigación específica».
Cuando Trump le pidió a Zelenski que investigara a Biden, varios asesores se alarmaron. Un agente de los servicios de inteligencia lo hizo saber a su jerarquía.
El reporte de este denunciante provocó que los demócratas iniciaran el proceso de juicio político el 24 de septiembre. Por primera vez desde entonces, este jueves 31 de octubre votarán para dar un marco formal a su investigación.
Lo que se votará es una resolución para autorizar audiencias públicas y otorgar a Trump los medios para participar en el proceso, a condición de que coopere en la investigación. Trump continúa deplorando la celebración de audiencias a puertas cerradas que, según él, violan su derecho a defenderse.
La Casa Blanca consideró una «farsa» los planes demócratas de abrir un juicio político.
La votación del jueves medirá las fuerzas en la Cámara baja del Congreso, que eventualmente deberá votar una acusación del presidente. Si eso se aprueba, el Senado será responsable de juzgarlo. Pero dado que los republicanos dominan la Cámara alta, la destitución de Trump parece poco probable.
AFP