El exsacerdote Fernando Karadima, quien estuvo en el centro de los escándalos de abusos sexuales por parte de la iglesia chilena, de la que terminó siendo expulsado, falleció en Santiago el domingo a los 90 años de bronconeumonía e insuficiencia renal, según el certificado de muerte al que The Associated Press tuvo acceso el lunes.
Karadima falleció en el hogar de ancianos de un barrio de la capital de Chile, donde se encontraba desde hace años. Además de los padecimientos ya mencionados padecía diabetes e hipertensión arterial.
Había sido ingresado hace unos meses por COVID-19 a un hospital de Santiago.
El caso de Karadima es uno de los más importantes en los escándalos de abusos sexuales dentro de la Iglesia católica en Chile. En 2010, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, ya adultos, denunciaron ante la prensa que sufrieron agresiones por parte de Karadima en la parroquia de El Bosque en Providencia, cuando eran menores de edad.
Tras ello se inició una investigación que encontró culpable a Karadima y, en 2011, le impusieron como pena la prohibición de ejercer el sacerdocio y retirarse a «una vida de oración y penitencia» por haber abusado de menores.
Sin embargo, el caso no quedó ahí. Cruz, Hamilton y Murillo buscaron una sanción civil y consiguieron que la Justicia de Chile condenara al Arzobispado de Santiago a pagar una indemnización millonaria en concepto de daño moral por ser víctimas de abusos sexuales del exsacerdote. El monto fue de 450 millones de pesos chilenos (unos 660.000 dólares de entonces).
Además, el escándalo trajo como consecuencia que en 2018 el papa Francisco apartara a Karadima del ministerio sacerdotal.