El jeque Mohamed Bin Zayed Al Nahyan, que fue elegido presidente de los Emiratos Árabes Unidos el sábado, hereda un rico país petrolero del que ya fue líder de facto durante una década de ascensión diplomática y militar que colocó a este Estado en el corazón de la geopolítica de Medio Oriente.
Soldado de formación y aficionado al fútbol, a menudo llamado «MBZ», es el tercer hijo del jeque Zayed Ben Sultan Al Nahyane, primer presidente y padre fundador de la federación de los Emiratos.
Ha estado al mando desde que un derrame cerebral, en enero de 2014, sacó del poder a su medio hermano, el presidente Khalifa Binn Zayed Al Nahyane, que murió el viernes.
El jeque Mohamed fue elegido por unanimidad por el consejo supremo federal, formado por los gobernantes de los siete emiratos.
También fue nombrado gobernante de Abu Dabi, que controla la mayor parte de la riqueza petrolera del país.
A pesar de su bajo perfil y de su aparente reticencia a hablar en público, su ambición se puso de manifiesto en los últimos años, a medida que los EAU se perfilaban como actor regional.
Fue el primer líder del Golfo en llegar a un acuerdo para normalizar las relaciones con Israel, rompiendo con el consenso de la Liga Árabe de décadas de aislar a Israel hasta que aceptara la creación de un Estado palestino.
«MBZ» fue comandante adjunto de las fuerzas armadas y presidente del consejo ejecutivo de Abu Dabi, que controla las importantes finanzas del emirato.
Un hombre ambicioso
Nacido en la capital el 11 de marzo de 1961, el jeque Mohamed fue enviado a la escuela militar en Gran Bretaña, donde se graduó en la famosa Real Academia Militar de Sandhurst en 1979.
Rápidamente ascendió en el escalafón hasta convertirse en comandante de la fuerza aérea, subjefe de estado mayor y finalmente jefe de estado mayor en enero de 1993. Un año después fue ascendido al rango de general.
Descrito por los diplomáticos como el hombre fuerte de Abu Dabi, el jeque Mohamed forjó vínculos en las capitales del mundo, especialmente en Occidente.
Aunque «MBZ» no suele hablar en público -dejó el discurso inaugural del Louvre Abu Dabi en noviembre de 2017 al gobernante de Dubái, Mohamed Bin Rashid-, no se puede subestimar su alcance.
Bajo su liderazgo, Abu Dabi fomentó los lazos comerciales y políticos en toda la región -incluyendo con el Irán chiíta-, pero se puso del lado de Estados Unidos contra el programa nuclear de Teherán y del lado de Arabia Saudita en cuanto a su papel en el mundo árabe, principalmente sunita.
Aunque el jeque Mohamed lidera una política de seguridad interna sin concesiones, creó para los EAU una reputación de tolerancia que contrasta con la de sus vecinos conservadores.
Aficionado a la caza y a la poesía, el jeque Mohamed, de 61 años de edad, está casado con la también miembro de la realeza Sheikha Salama bint Hamdan Al Nahyan.
La pareja tiene cuatro hijos y cinco hijas. AFP