La exprimera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, confesó durante uno de sus podcasts que en las últimas semanas ha estado sufriendo algún tipo de «depresión leve».
La esposa de Barack explicó que está intentando mantener una rutina que le pueda ayudar a lidiar con la situación en mitad de la pandemia que asola el mundo y, particularmente en estas fechas, el país de las barras y estrellas.
La abogada comentó que no ha sido solo por la cuarentena, «sino porque las luchas raciales, el Gobierno, la hipocresía… es desalentador».
Según publicó la revista Hola, Michelle entró en detalles y se refirió a momentos tan complicados como los acontecidos después del asesinato de George Floyd en mayo, algo que dio pie a protestas por todo el país.
Para la mujer de Obama aquello fue «agotador» por tener que levantarse cada día y escuchar una «nueva noticia de un hombre o mujer negra siendo deshumanizada, herida, asesinada o acusada falsamente de algo».
Las circunstancias llevaron a la autora de la autobiografía Mi historia a sentir un peso sobre sus hombros que «hacía mucho tiempo que no sentía».
Le producía falta de sueño y se despertaba en mitad de la noche por estos sentimientos negativos y le costaba volver a dormirse.
Michelle se encontraba, en ocasiones, tan desanimada que no se veía con energía para llevar a cabo sus propios consejos y no tenía fuerza para salir a hacer ejercicio, pero también era consciente de que no podía exigirse siempre tanto a sí misma.
«Es un momento inusual y un resultado directo de sentirte fuera de tu cuerpo, también a nivel mental y espiritual, estos no son momentos gratificantes», explicaba Michelle, admitiendo que no ayuda el estar encerrados en casa.
Sin embargo, en su hogar encontraron algunos hobbies con los que pasar el tiempo y poder desconectar de estos pensamientos negativos: puzzles o el juego de cartas estadounidense Spades, que Barack estuvo enseñando a sus hijas en esos momentos de aburrimiento en el que se cansaban de otro tipo de entretenimientos.
La incidencia de la depresión
La confesión de Michelle Obama acerca de su salud mental demuestra una vez más que nadie está a salvo de esta clase de problemas y que es importante hablar sobre el tema, no solo para poder lidiar con ello de manera abierta y sana, sino también por el efecto que hace en la sociedad la normalización de la enfermedad.
El haber sido primera dama, abogada de éxito, madre de dos hijas, escritora de éxito o exitosa oradora en grandes eventos… nada ha impedido que se haya visto afectada por esta dolencia.
En el mundo más de 264 millones de personas de todas las edades son víctimas de la depresión, según los datos de la OMS.