Organizaciones sociales y religiosas que se oponen a la despenalización del aborto en Argentina volverán a ganar las calles este sábado en Buenos Aires, en el Día del Niño por Nacer y bajo la consigna «Marchar por la vida».
«El triunfo de la vida o del aborto depende de cada uno de nosotros. Tu presencia, tu voz, tus cantos, tus hijos y tu familia unida es a lo que más temen los abortistas y los ideólogos del género», señalaron las entidades convocantes en un comunicado.
Un proyecto parlamentario que autorizaba la interrupción del embarazo de manera voluntaria hasta la semana 14 de gestación fue aprobado por la cámara de Diputados, pero rechazado en el Senado por 38 votos a 31, en una sesión que concitó la atención del país el 8 de agosto de 2018.
El presidente Mauricio Macri se declaró prescindente en el debate, pero aclaró que está «a favor de la vida». El rechazo a la ley unió a la mayoría de los legisladores macristas y a sus aliados del bloque derechista del opositor peronismo.
El movimiento en favor de un aborto legal, seguro y gratuito acaba de relanzar su campaña con un tradicional «pañuelazo verde» frente al Congreso, aunque los organizadores no tienen grandes esperanzas de que la fuerte polémica vuelva a instalarse en un año electoral, por los comicios presidenciales del 27 de octubre.
En contraste con los pañuelos verdes, los antiabortistas se manifiestan con pañuelos celestes y en cada marcha levantan en medio de la multitud un enorme muñeco de plástico que representa a un feto y al que llaman «el bebito». El año pasado ambos sectores se disputaron la masividad en numerosos actos callejeros.
«Los ciudadanos se manifestarán nuevamente a favor de la vida en Buenos Aires y más de 60 ciudades», dijo la agrupación Marcha por la Vida, en una declaración de prensa.
Liderada por Alejandro Geyer, un activista católico, la entidad señaló: «Vamos a escribir la historia. El país entero de pie sale a la calle a defender la vida, porque tenemos un compromiso con los niños por nacer».
La movilización central caminará más de cinco kilómetros desde Plaza Italia, en el norte de la capital, hasta la sede de la Facultad de Derecho, en el céntrico barrio de Recoleta.
En el país del papa Francisco, los obispos católicos argentinos apoyaron la marcha al señalar en un comunicado: «Nos sumamos, sin confrontaciones, respetando el derecho a la libre expresión que debe primar en estas horas difíciles de diálogo y encuentro entre los argentinos».
En Argentina se permite el aborto no punible con prisión cuando esté en peligro la vida de la mujer o en el caso de violación.
Un informe del privado Centro de Estudios de Población (Cedes), basado en proyecciones estadísticas, estimó que en el país sudamericano se practican unos 450.000 abortos clandestinos cada año.