Los geólogos eran trabajadores de Continental Gold, y se encontraban adelantando una exploración en Yarumal.
El pasado miércoles en la noche, Mercedes Gómez habló por última vez con su hijo Henry, un joven geocientífico que estaba en una campamento exploratorio de la empresa Continental Gold en Yarumal, Antioquia. Él le dijo que estaba tranquilo y le avisó que la comisión de la que hacia parte iba a cerrar su actividad en la mañana siguiente para volver a casa. Sin embargo, se quedó esperándolo en Bogotá.
Henry Mauricio Martínez Gómez fue uno de los tres geólogos asesinados en la madrugada de este jueves en el corregimiento Ochalí de ese municipio del norte de Antioquia, por hombres que, sin aviso, abrieron fuego contra él y diez de sus compañeros. Tres de ellos quedaron heridos.
Se cree que los atacantes eran disidentes de las Farc al mando de alias Cabuyo, pero aún no se descarta que se tratara de gente del llamado Clan del Golfo.
Henry llevaba menos de un año trabajando para la minera canadiense. De hecho, era su primer empleo luego de graduarse de geocientífico en la Universidad de los Andes.
Su labor era realizar actividades de prospección y exploración minera, y hace menos de una semana había vuelto al trabajo de campo en Antioquia luego del cese de actividades que se produjo tras el asesinato de otro compañero de la empresa por el ‘clan’.
La noticia del asesinato de Henry consternó a la comunidad educativa de Los Andes. Este jueves mismo sus conocidos y allegados hicieron una una velatón frente al edificio Mario Laserna como protesta contra el crimen y para exigir respeto por la vida.
«Henry fue un estudiante y era un profesional brillante», dice entre lágrimas su profesor José María Jaramillo. Durante su clase se destacó por su liderazgo y su entusiasmo, por lo que más tarde empezó a trabajar con él en el laboratorio de geología de la misma universidad, haciendo investigaciones y enseñando a otros compañeros hasta finales del año pasado, cuando fue contratado por la Continental.
«La noticia lo hizo muy feliz -relata el maestro-. Él era un excelente muchacho, era muy estudioso. Nadie puede decir algo malo sobre él, lo estimábamos mucho, y lo admirábamos por su manera de ser, era un buen amigo de todos y muy trabajador”.
Su condición de líder la muestra el hecho de haber sido el fundador y presidente de los capítulos estudiantiles de la European Association of Geoscientists and Engineers y de la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos del Petróleo.
Ayer, a través de Facebook sus compañeros de las dos asociaciones manifestaron su consternación. “Lamentablemente hoy tenemos que decirte adiós a ti. Vamos a estar eternamente agradecidos por todo lo que hiciste. Gracias por ser una inspiración para las generaciones más jóvenes y ser el presidente fundador de este increíble proyecto. Nuestro amor y nuestras oraciones están con tu familia. Descansa en paz amigo”.
Henry fue premiado por varias investigaciones en el país e internacionalmente en algunos concursos de la Asociación de Geólogos Norteamericanos. Además, tenía reconocimiento académico por la formación de grupos de investigación.
“Ahora que estaba con Continental, él venía al laboratorio, me acompañaba y me colaboraba con algunas cosas que él sabía», recuerda Jaramillo. La última capacitación para sus colegas en formación en Los Andes la había dado hace menos de dos semanas.
«La última vez que lo vi fue hace ocho días, vino a despedirse y a contarme que iba otra vez a hacer trabajo de campo”, dice Jaramillo. Con enojo por la muerte injustificada, recuerda que le recomendó tener cuidado. “Yo le advertí, le dije que la situación de la empresa en esa zona había estado difícil, que la vida había que cuidarla, que fuera juicioso y muy cuidadoso”.
La advertencia tenía que ver con el ataque armado a la mina de la Continental en Buriticá que dejó un empleado muerto y otro herido. Ante ese hecho, ocurrido el 5 de septiembre, Henry Martínez, escribió en sus redes: “Hacemos un llamado a la sensatez, al respeto por la vida e integridad”. Y en otro mensaje dijo: “Frustración, dolor, indignación… La actividad de los geocientíficos es legal, digna, responsable y respetable. Exigimos respeto por la vida”.
Lamentablemente, hoy son sus compañeros los que expresan dolor por la suya. Tras un largo silencio, el profesor Jaramillo concluye: «Su muerte es una perdida muy grande para el país, se pierde a un joven prometedor”. reseña Dw