Dos días después de tomar el poder en Afganistán, el grupo Talibán declaró una «amnistía» para todos los funcionarios públicos e instó a las mujeres a participar en el nuevo gobierno. Sin embargo, miles persiguen su intento de huir y otros aguardan en sus casas ante el temor que despiertan los extremistas. Entre tanto, llega la calma al aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul tras la jornada dramática que se vivió el pasado 16 de agosto.
Mientras Afganistán sigue en la mira de la comunidad internacional por las escenas dantescas de miles de ciudadanos que intentan huir del país ante la toma del poder por parte de los talibanes, el grupo insurgente anunció este martes 17 de agosto una «amnistía general» para todos, en especial a los funcionarios públicos a quienes conminaron a regresar a sus puestos de trabajo en un intento por dar un mensaje de normalidad.
«Se ha declarado una amnistía general para todos (…) por lo que deben reanudar su estilo de vida con plena confianza», dijeron los talibanes en un comunicado.
Así lo anunció Enamullah Samangani, miembro de la comisión cultural de los talibanes, en la televisión estatal afgana, tomada por los extremistas desde su llegada a Kabul el domingo.
El pasado 15 de agosto los talibanes llegaron a la capital de Afganistán luego de una semana de deslumbrante ofensiva que les permitió tomar el control de gran parte del país, en algunos casos sin resistencia por parte de las fuerzas de seguridad afganas.
Ante las alertas de la comunidad internacional, los integrantes del grupo fundamentalista han tratado de enviar algunos mensajes de calma a la población en un intento por mostrarse más moderados.
Aunque miles de ciudadanos siguen tratando de salir del país, otros aguardan en sus casas, temerosos, por la inestabilidad que genera la toma del poder por parte de un grupo que fue desterrado hace 20 años y del que bien se conocen prácticas denunciadas como violatorias de los derechos humanos.
Este martes la vida en Kabul dio sus primeros signos de retoma de normalidad, con tiendas abiertas, reanudación del tráfico y gente en las calles mientras se veía a los talibanes en los puestos de control.
Horas antes, el presidente Joe Biden defendía la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, una decisión criticada ampliamente por el poco margen que tuvieron las fuerzas afganas de conservar el control, un vacío que los talibanes aprovecharon y ocuparon en tiempo récord.
Los talibanes se muestran moderados y animan a las mujeres a participar en su gobierno
Además de anunciar una amnistía, los talibanes dijeron en el comunicado que no quieren que «las mujeres sean víctimas» y que “deben estar en la estructura del gobierno de acuerdo con la ley islámica”.
Sobre la propuesta, Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, respondió que “tales promesas deberán ser cumplidas”.
Pero la promesa no fue aclarada y por lo pronto permanece sin sustento ya que aún las negociaciones con los líderes políticos siguen en curso para determinar quiénes van a gobernar el país. Otros líderes talibanes han manifestado que no se vengarán de aquellos que trabajaron con el gobierno afgano y los países de la comunidad internacional.
El grupo Talibán parece estar proyectando una cara más moderada que a finales de los 90. En ese entonces, las mujeres vivían prácticamente en confinamiento. Los islamistas ultra conservadores alentaban y perpetraban lapidaciones, amputaciones y ejecuciones públicas antes de que Estados Unidos invadiera el país en 2001. Por eso, los afganos se mantienen escépticos a las promesas y muchos se quedan en sus casas por el temor y la incertidumbre, especialmente las mujeres.
En efecto, Rupert Colville agregó que “por el momento, -nuevamente comprensible- dada la historia pasada, estas declaraciones han sido recibidas con cierto escepticismo. Ha habido muchos avances en materia de derechos humanos que se han ganado con esfuerzo en las ultimas dos décadas. Deben defenderse los derechos de todos los afganos”.
Retorna la calma al aeropuerto de Kabul
Entre tanto, vuelve la calma al aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul.
Se reanudaron los vuelos y el control de personas. Por tanto, Stefano Pontecorvo, representante civil de la OTAN para Afganistán, escribió en su cuenta de Twitter que “la situación está bajo control”.
Dominic Raab, Ministro británico de Asuntos Exteriores, también se pronunció al respecto y afirmó que la situación en el aeropuerto de Kabul “se está estabilizando” y que hay “progreso” para sacar a gente de Afganistán”.
La mayoría de países ya han puesto en acción el plan de salida de sus diputados. Sin embargo, el lunes se vio interrumpido por la jornada dramática que se vivió en el aeropuerto, donde ciudadanos afganos, en su desesperación por huir, ingresaron a la pista de aterrizaje e intentaron ingresar a los aviones.
Las tropas estadounidenses reaccionaron con disparos al aire para disipar las aglomeraciones y el caos y para proteger a los suyos. Este episodio dejó un saldo de al menos seis víctimas mortales.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, expresó su preocupación al decir que “el mundo está siguiendo los acontecimientos en Afganistán con el corazón apesadumbrado y una profunda inquietud por lo que está por venir”.
La inestabilidad que se vive en el país asiático se da como consecuencia de la retirada de las tropas estadounidenses después de 20 años presentes en este territorio. Los insurgentes aprovecharon las circunstancias para tomar varias ciudades y recuperar el poder en esta nación. El temor por parte de los ciudadanos se suma a la inestabilidad generada por los últimos acontecimientos.
Con Reuters, AP y EFE