Los crímenes y caída de la ‘bestia del matadero’, el violador más despiadado de Colombia

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El exagente Rúa fue descrito como un violador en serie por la Fiscalía, con víctimas en Atlántico, Cesar y Sucre. Estuvo 6 años preso, hasta mayo pasado. Ahora es sospechoso del asesinato de Gabriela Andrea Romero.

La denuncia por violación de una menor de edad venezolana, instaurada el pasado miércoles 13 de diciembre a las 4:32 p.m. en la sede de la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía, URI, permitió al ente investigador desenmascarar al expolicía Levith Aldemar Rúa Rodríguez, apodado la ‘Bestia del Matadero’.

Así quedó consignado en la audiencia de imputación de cargos en contra del hombre de 30 años y oriundo de Ponedera, población de la banda Oriental del Atlántico. La diligencia estuvo a cargo del Fiscal 11 de la Unidad de Vida, Rodrigo Restrepo, y se llevó a cabo el viernes en la sala 7 de Centro de Servicios Judiciales.

Aquel miércoles, de acuerdo con lo narrado por el fiscal, la adolescente llegó al recinto acompañada de su padre y, ante una sicóloga forense del CTI, relató el espeluznante caso que le había ocurrido escasas horas antes.

Manifestó haber sido abusada sexualmente en un sector enmontado. Dijo que a ese lugar llegó después de que Rúa Rodríguez la intimidara con un arma de fuego en el barrio Ciudadela 20 de Julio y la transportara hasta el desolado paraje en un automóvil negro de su propiedad.

“Yo estaba a las 9:00 de la mañana sentada en la puerta de una peluquería, propiedad de una tía. Esperaba a que ella abriera el negocio. En ese momento se me acercó el hombre (Levith Rúa) de tez clara. Este sacó un revólver brillante de un bolso negro y amenazó con matarme si no lo acompañaba. Caminamos hasta el centro comercial Metropolitano y nos montamos en un carro negro”, contó la menor a las autoridades.

Según la Fiscalía, la adolescente fue trasladada por el exuniformado hasta una trocha de Malambo, situada a un costado de la Sexta Entrada.

En el sitio, según el recuento de la joven venezolana, esta vio “un letrero que decía ‘San José’ y escuchaba, por momentos, el sonido de las turbinas de los aviones”.

“Me lleva a lugar bien elaborado, con muebles, había botellas de agua, toallas de tela, toallas sanitarias usadas, condones usados, ropa interior femenina y masculina, toda tirada en el piso… Después sacó un cuchillo del mismo bolso negro donde tenía el revólver, me lo puso cerca y me dijo que si gritaba o lloraba, me mataba…Así me obligó a quitarme la ropa…”.

La joven, agregó la Fiscalía, estuvo en este lugar hasta las 2:00 de la tarde, siendo abusada en varias oportunidades por la ‘Bestia del Matadero’, como es llamado por la cercanía del viejo matadero de Malambo con el lugar donde este presuntamente abusaba de sus víctimas.

Al finalizar, el expolicía le quitó el celular a la menor y le dio 2.000 pesos para el bus de vuelta a su casa. La joven, luego de reunirse con sus familiares, decidió denunciar ante las autoridades lo ocurrido.

Lo identifican

“Los tatuajes son sumamente importantes en este oficio. Yo hice un curso con las autoridades de los Estados Unidos sobre la importancia de los tatuajes en la investigación criminal”, señaló el viernes el fiscal Rodrigo Restrepo, en medio de la diligencia de imputación al expolicía.

Lo anterior lo hizo para comunicarle a Rúa Rodríguez que, gracias a esas marcas en su cuerpo, fue identificado por la joven víctima venezolana.

“El hombre tiene unos tatuajes en los brazos, uno dice Mateo y el otro Sara Valentina. Además, tiene dos alas de ángel tatuadas en el pecho”, describió la víctima, según el fiscal.

Posterior a ello, el representante del ente investigador mencionó en la audiencia que el día de la denuncia de la joven este le mostró a ella el video de un interrogatorio que le hizo a Levith Rúa Rodríguez el lunes 4 de diciembre, por ser uno de los sospechosos de la desaparición de la estudiante del SENA Gabriela Andrea Romero Cabarcas, de 18 años.

En ese momento, se había llegado hasta su nombre porque la joven Romero Cabarcas dejó el Facebook abierto desde el viernes 24 de noviembre, día de su extravío, y allí se encontraron conversaciones entre ambos en un chat privado. Supuestamente, los mensajes estaban relacionados con invitaciones a salir por parte del expolicía e, incluso, se halló una falsa propuesta de trabajo de temporada para la joven.

Por eso, aquel 24, Levith y Gabriela se encontraron en la plaza de comidas el centro comercial Metropolitano, el mismo donde casualmente obligó a subirse a un carro a la adolescente venezolana, anotó el ente investigador.

Con todo ese material probatorio, de acuerdo con el fiscal Restrepo, se consiguió en la base de datos de la Policía un perfil de Rúa Rodríguez. Tras conocer ampliamente de quién se trataba esta persona se solicitó ante un juez la orden de captura el jueves 14 de diciembre, la cual se materializó en la tarde de ese día en la carrera 28 con calle 58 del barrio Las Gaviotas, en Soledad.

Antecedentes

Levith Aldemar Rúa Rodríguez fue patrullero de la Policía Nacional de 2008 a 2010. En estos dos años como uniformado estuvo adscrito al Comando de Policía del Cesar. Aparentemente en su último año como miembro de la institución torció su camino, tras abusar sexualmente de varias jóvenes. Esto le valió su destitución después de tener seis denuncias por delitos sexuales, lesiones personales y amenazas.

En 2011, por esas evidencias, Levith fue capturado en Valledupar. Pagó seis años de condena en el penal de máxima seguridad de esta ciudad.

Antes de su libertad, en enero de 2017 tuvo un permiso de 72 horas, el cual usó para retornar a su natal Ponedera y allí volvió a atacar a una joven. (Ver nota de la página 5A).

Vuelve a la cárcel y el 5 de mayo de este año queda libre. A partir de esta fecha estaría cometiendo permanentes abusos contra jóvenes.

Ayer sábado, la directora Seccional de Fiscalías, Ángela Bedoya Vargas, manifestó en rueda de prensa que este individuo habría abusado de, al menos, 10 mujeres, además de la joven venezolana y la estudiante del Sena hallada muerta.

Bedoya señaló además que han tomado testimonios de otras jóvenes y se espera que estos sean incluidos en la investigación.

“Es una persona que los estudios que hemos realizado se ha llegado a estimar con un perfil de un asaltador sexual en serie que afecta no solo en Barranquilla y Soledad sino también en Cesar y Sucre, en donde se han establecido varias situaciones en las que venía afectando a mujeres de 15, 16, 17 y 18 años”, indicó Bedoya.

La funcionaria reiteró que el exagente de la Policía Nacional fue retirado de la institución armada luego de haber sido condenado en Valledupar por un delito sexual a una mujer, de la que dijo “afectó física, moral y sexualmente”.

La directora seccional de Fiscalías informó que al expolicía le serán imputados los delitos de desaparición forzada y homicidio agravado por la muerte de la estudiante del Sena Gabriela Romero Cabarcas, al tiempo que dijo que están a la espera de los resultados de Medicina Legal para establecer si también se está frente a un delito sexual. De ser hallado culpable de los delitos imputados, Rúa Rodríguez podría enfrentar una pena de prisión de 60 años, la máxima condena en el país.
Probablemente también retorne a la cárcel de Valledupar, de donde nunca debió salir, aseguran familiares de sus presuntas víctimas.

Familia del expolicía dice que está dolida con el hecho

Familiares del expolicía Levith Aldemar Rúa Rodríguez, que residen en el municipio de Ponedera, manifestó que no deseaban dar declaraciones porque se sentían “muy afectados y dolidos con el hecho”.

“Entiendan como nos sentimos, no es fácil”, dijo un familiar de Levith a este medio.

Personas del barrio Centro, sector del Parque central, donde residió de pequeño el expolicía, coincidieron en que cuando niño era como cualquier otro y nunca se imaginaron todo lo que ha pasado.

“Nunca mostró algo malo o agresividad. Al contrario, era tranquilo y jugaba con todos los niños del barrio”, manifestó Miladys Manotas.

Candelaria Hernández manifestó que conoció a Levith desde muy pequeño y lo catalogó como un niño muy de la casa. “Él jugaba con mis hijos de vez en cuando y ellos nunca me colocaron alguna queja de él. Por eso estoy sorprendida con todo lo que hizo”, señaló.

reseñado por El Heraldo.