A Moscú no le preocupa cuál será el precio tope a su crudo que planea imponer Occidente, ya que negociará directamente con sus clientes y estos no se sumarán a esta iniciativa, declaró hoy el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
«No nos interesa cuál será el precio tope. Vamos a negociar con nuestros socios directamente. Y los socios que trabajan con nosotros no se fijarán en ese tope y no darán garantía alguna a los que imponen de modo ilegal este tope», afirmó en rueda de prensa.
Lavrov subrayó que «siempre que negociamos con China, la India, Turquía y otros compradores importantes, está presente el equilibrio de intereses, tanto en materia de plazos, como de volúmenes y precios».
«Pero esto es algo que se debe resolver de acuerdo mutuo entre el productor y el consumidor, y no porque un tipo ha decidido simplemente castigar a alguien», dijo.
El jefe de la diplomacia rusa explicó que «no se trata de que queramos hoy tener mayores ganancias por nuestro crudo, sino que es necesario iniciar el tránsito hacia la construcción de un sistema que no dependa de este tipo de métodos neocoloniales».
«Nos dedicamos a esto con nuestros colegas de BRICS (grupo integrado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) y otra decena de países» que quieren coordinar sus acciones con esta asociación, especificó.
Además, añadió Lavrov, Rusia trabaja en esta dirección con la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS), la Unión Económica Euroasiática, y de modo bilateral con China, Irán, la India y otros países.
El ministro ruso de Exteriores recordó que Moscú ha recalcado que no suministrará crudo a los países que se atengan a la fórmula del precio tope.
El G7 acordó imponer un tope al precio de petróleo ruso al trasportado por mar, que aún no ha sido fijado, para reducir los ingresos de Rusia y dificultarle la financiación de su campaña militar en Ucrania.
La semana pasada la Unión Europea (UE) estudiaba un precio máximo del crudo ruso en una horquilla de entre 65 y 70 dólares por barril, a lo que se opusieron Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, que arguyeron que esté tope está incluso por encima del precio al que se vende actualmente petroleo ruso en el mercado.
Según algunos medios, actualmente se baraja en Bruselas reducir a 62 dólares el precio máximo del barril de Urals, la marca del petróleo ruso, pero los gobiernos aún no han llegado a un acuerdo.
Polonia insiste en que para que la medida tenga realmente efecto, el precio máximo del barril de Urals no debe superar los 30 dólares, suma ligeramente superior al coste de extracción, que expertos estiman en entre 20 y 30 dólares.
Actualmente el petróleo ruso se vende en el mercado al contado con un descuento de unos 20 dólares respecto del Brent, la marca de referencia en Europa. EFE