«Compran dos casas en un barrio de lujo y de pronto se creen dueños del país y, con una condescendencia que ofende, tratan a sus anfitriones como si fuesen siervos».
El artista panameño Rubén Blades, dedicó en su página oficial unas palabras al redactor venezolano Ibsen Martínez, quien recientemente publicó un texto en que el alude una frase utilizada por el cantante cuando interpreta la canción “El Padre Antonio y el Monaguillo Andrés”. La frase, “matan a la gente, pero no matan a la idea” fue solo el inicio de lo que se convirtió en un señalamiento “no generalizado” hacia los migrantes venezolanos.
“Me sorprende que Ibsen me utilice como ejemplo para forzar una denuncia sobre el ‘peligro de las ideas’, sean estas ‘pinches’ o no”, dijo el cantautor en su misiva.
“Amigo Ibsen, no puedo aceptarte que la frase, ‘matan a la gente pero no matan a la idea’ sea ‘una pinche idea’. Tampoco que la sugieras como ejemplo de las expresiones que pueden producir muertes en ‘proporciones genocidas’. Lo que sí ha contribuido a producir genocidios, por siglos, es la indiferencia cívica, el silencio internacional ante la violencia racial, social o política, y la ceguera ideológica de gente que se considera, con la mejor intención, como los únicos poseedores de la razón aunque no puedan ver nada ubicado más allá de las orillas de su prejuicio”.
En este sentido, hace referencia al “esfuerzo” que hacen los panameños en no generalizar “un sentimiento anti-inmigrante” que se empieza a sentir por el éxodo de los Venezolanos a Panamá como “consecuencia de la situación política”.
“Compran dos casas en un barrio de lujo y de pronto se creen dueños del país y, con una condescendencia que ofende, tratan a sus anfitriones como si fuesen siervos”, argumentó el cantante panameño.
“Pero esos son algunos, no todos. Por eso, no debemos generalizar”, aclaró, al tiempo que planteó que son muchos los venezolanos que han llegado a ese país con respeto: “Agradecen nuestra acogida y se integran a nuestra sociedad y costumbres. Si permitimos la generalización, si no utilizamos el criterio objetivo, entonces se condenaría a todos por unos cuantos. Eso no puede ser excusado. Ni en Panamá, ni en Venezuela”.
Finalmente, exhortó al escritor a no unirse “a los que creen que quienes no coinciden con sus ideas y posturas son idiotas”.
“Irse por el camino que escogió Ibsen sí puede representar un peligro serio y confieso que no acabo de entender sus motivos, a menos que haya mal interpretado la lectura”, puntualizó.
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