«La verdad importa», dice funcionario de Georgia al que Trump presionó

El secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger

El secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, dijo que sólo estaba siguiendo la ley cuando rechazó las pretensiones del presidente Donald Trump, su compañero republicano, de que su derrota electoral fue el fruto de un fraude generalizado.

Trump volvió a poner al exempresario de 65 años en el candelero cuando llamó a Raffensperger el sábado para acosarlo a fin de que “encontrara” suficientes votos para revertir la victoria del presidente electo demócrata Joe Biden en el estado, según el audio de la llamada publicada por el Washington Post el domingo.

Como principal funcionario electoral de Georgia, Raffensperger supervisó múltiples recuentos de las votaciones del 3 de noviembre, cada uno de los cuales llegó al mismo resultado: que el estado sureño había favorecido por poco a un candidato presidencial demócrata por primera vez en una generación.

Ante las afirmaciones infundadas de Trump, Raffensperger se hizo eco de las conclusiones de sus pares en todo Estados Unidos de que no había pruebas de un fraude electoral generalizado.

Entrevistado en el programa “Good Morning America” de ABC, Raffensperger dijo el lunes que la Casa Blanca lo había presionado, en contra de su criterio, para que atendiera la llamada de Trump.

“¿Consideró que era una petición legal cuando el presidente le pidió que encontrara los votos?”, le preguntaron a Raffensperger.

“No soy abogado. Todo lo que sé es que vamos a seguir la ley, seguir el proceso. La verdad importa, y hemos estado luchando contra estos rumores durante los últimos dos meses”, respondió.

Después de semanas de haber rechazado las acusaciones infundadas de fraude de Trump, le dijo al presidente en la llamada del sábado que la votación mostró que Biden era el ganador legítimo.

“Bueno señor presidente, el problema que tiene es que los datos que tiene son erróneos”, se pudo escuchar a Raffensperger diciéndole a Trump en la grabación de la llamada del sábado.

La Casa Blanca no quiso hacer comentarios.

Reuters