Un total de 63 millones de profesores de educación secundaria y primaria han sido afectados directamente por la pandemia, según un cálculo divulgado este lunes por la Unesco, que añade que en muchos casos los maestros han debido continuar la enseñanza sin la tecnología o la conexión necesarias.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ya había alertado de que la crisis sanitaria había tenido un impacto sobre 1.500 millones de alumnos y, coincidiendo hoy con el Día Mundial de los Docentes, puso su foco en ese colectivo.
El organismo con sede en París destacó que muchos no han podido ejercer su labor porque la mitad de los estudiantes no cuenta con ordenador en su casa o porque un 43 % no tiene internet.
Los profesores, según su nota, están sometidos a una gran presión y carecen de una red de apoyo psicosocial por parte de los dirigentes educativos y de sus comunidades.
«En muchos casos, se encuentran con la doble tarea de cuidar de sus propios hijos en sus hogares mientras intentan enseñar en línea», añadió la Unesco.
A su juicio, esto pone de relieve la necesidad de un liderazgo sistémico para que tengan a su disposición las tecnologías de la Información y las comunicaciones (TIC) necesarias y para que ellos también puedan beneficiarse de una formación pertinente.
Retos de los docentes
Los retos a los que se enfrenta la comunidad docente, según la Unesco, no son solo fruto de la pandemia.
La organización advirtió de que la pérdida de respeto que se observa en ocasiones por parte de las familias puede atribuirse en muchos países al bajo nivel de cualificación de los profesores. En el África subsahariana, solo un 64 % de los maestros de primaria y un 50 % de los de secundaria tienen la formación necesaria.
La Unesco animó a que los encargados de formular políticas educativas tengan en cuenta esta situación para no perder la oportunidad de desarrollar un nuevo grupo de docentes con talento y mentalidad de liderazgo tanto en el aula como en la escuela y en la comunidad.
«Las partes interesadas deben reflexionar sobre la reciente crisis de la COVID-19 para examinar el futuro de la profesión, asumiendo no solo la preparación ante emergencias, sino también el papel de liderazgo de los docentes en relación con el clima cambiante en el sector» educativo, sostuvo.
«Si no se adoptan medidas urgentes y no se incrementan las inversiones, la crisis del aprendizaje podría convertirse en una catástrofe educativa», alertó la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
En un documento conjunto con Unicef y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Unesco subrayó que, «para reforzar la resiliencia del profesorado en tiempos de crisis, todos los docentes deberían adquirir las competencias digitales y pedagógicas necesarias para enseñar a distancia. EFE