La Operación Puente de Londres marca los 10 primeros días tras la muerte de Isabel II. Durante los siguientes días, los documentos filtrados marcan la operación al detalle. Se describe desde la logística de las multitudes de personas que se espera que viajen a Londres esos días, hasta cómo asegurar que se baje la bandera a media asta en menos de 10 minutos tras el anuncio público, o qué podrán retuitear los miembros del Gobierno.
Según se establece en la “Operación Puente de Londres”, el día de la muerte de Isabel II se ha establecido como festivo nacional, y la bolsa de Londres cerrará. La BBC, la radiotelevisión pública, cancelará toda la programación de humor programada y, como pasó tras la muerte del duque de Edimburgo, se emitirá una programación especial.
Tras la proclamación, según la documentación publicada por Politico, el nuevo rey deberá jurar proteger la Iglesia de Escocia y la continuación de la línea sucesoria. En el tercer día tras el fallecimiento, el nuevo rey se embarcará en un viaje oficial por Escocia e Irlanda del Norte. Al día siguiente, a su vuelta a Londres, acompañará el ataúd de la reina desde Buckingham a Westminster, donde Isabel II permanecerá durante tres días. Después, Carlos III viajará a Gales, si es que finalmente elige ese nombre.
El funeral de Isabel II, una cuestión de estado en la Commonwealth
La Commonwealth (o Mancomunidad de Naciones en español) tiene actualmente 54 países miembros, a los que también afectaría una posible muerte de la reina Isabel II y su posterior funeral con la Operación Puente de Londres. Todos tienen conexiones históricas con el imperio británico, pero solo 16, incluyendo a Reino Unido, mantienen a la familia real británica como su corona y jefatura del Estado.
Aparte de Reino Unido, Isabel II reina también en Antigua y Barbuda, Australia, Bahamas, Barbados, Belice, Canadá, Granada (el país isleño, no la provincia), Jamaica, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, las Islas Salomón y Tuvalu.
En septiembre de 2021, el diario Político filtró varios documentos de esta “Operación Puente de Londres”, como se conoce al protocolo establecido tras la muerte de la reina. Unos años antes, en 2017, el diario The Guardian ya había adelantado algunos de los detalles. Este protocolo para la muerte Isabel II marca que la proclamación se haría a las 10 de la mañana del día siguiente en el palacio de St. James, en la capital británica. Aunque su coronación se llevaría a cabo meses después.
Según Politico, si la reina falleciese en Balmoral, en Escocia, se pondría en marcha la llamada la ‘operación Unicornio’, trasladando su cuerpo por tren a Londres. Si esta opción no fuera posible, y siempre según los este medio, se pondría en marcha una peración denominada ‘Sobreestudio’ en la que se trasladaría el cuerpo en avión.
La proclamación y la elección de nombre del nuevo monarca británico
En Reino Unido, los monarcas pueden elegir cambiar su nombre al ascender al trono. La reina Isabel, quien fue proclamada monarca durante una visita a Kenya en 1952, no lo hizo, pero sí su padre, Jorge VI, que no se llamaba así antes de ser rey, sino Alberto. No se sabe si su heredero mantendría su nombre como Carlos, pero de hacerlo, tomaría el trono como Carlos III.
Más allá del nombre oficial, todos los miembros de la familia real británica y algunos miembros del gobierno tienen nombres clave. En el caso de la monarquía, sus nombres clave se corresponden con el nombre de puentes. El príncipe de Gales tiene el nombre clave de Puente de Menai (Menai Bridge en inglés), el duque de Edimburgo tenía el de Puente de Forth. El puente asignado a la reina Isabel II es el Puente de Londres.
Por lo que, según la documentación sobre la Operación Puente de Londres a la que tuvo acceso Politico, se informará al Primer Ministro británico de la muerte de la Reina con la frase “ha caído el Puente de Londres”.