La crónica indicaba que un agricultor colombiano había encontrado un contenedor azul repleto de billetes enterrado por el capo del Cartel de Medellín. Pero varios detalles revelan la verdad
La crónica dice: «José Mariena Cartolos, un agricultor colombiano encontró un tesoro de 600 millones de dólares mientras hacía excavaciones en su finca. Según las primeras afirmaciones, el monto formaría parte de la excepcional fortuna que Pablo Emilio Escobar Gaviria, jefe delCartel de Medellín, escondió en diversos puntos de Colombia antes de entregarse a las autoridades».
«Mariena Cartolos comenzó a hacer un pozo en la hacienda que perteneció a su familia por más de 200 años, cuenta la crónica. Fue en ese momento cuando súbitamente halló grandes contenedores azules enterrados. Al abrirlos, su sorpresa fue mayúscula: estaban repletos de fajos de billetes de cien dólares norteamericanos».
La noticia recorrió los diarios de toda la región y varios canales de noticias mostraron las imágenes como ciertas. Sin embargo, la historia -que suena atrapante- es falsa, al menos en gran parte.
Efectivamente, Escobar enterró parte de su fortuna en diversos puntos de Colombia para ocultarlo de las autoridades. Esa suma es incalculable, como incalculable fue su fortuna: las noticias señalan que el tesoro oculto por el jefe narco ascendía a los 30 mil millones. Pero «Mariena Cartolos» no halló ni un sólo dólar perteneciente al capo del Cartel de Medellín.
Lo primero que hizo sospechar de la veracidad de la historia fue la imagen de un barril azul con millones de dólares en su interior. La fotografía muestra billetes de alta denominación de los Estados Unidos que fueron puestos en circulación por la Oficina de Circulación e Impresión de Washington recién en 1996, tres años después de la muerte de Escobar. Incluso, el operativo en el cual el capo narco dispersó su fortuna fue mucho antes a que fuera abatido por las autoridades. ¿Alguien podría haber cambiado los billetes? ¿Con qué objetivo? Difícil que fuera posible.
Pero el barril lleno de dólares de la foto sí existió y estuvo enterrado, aunque ningún agricultor podría haberlo extraído. Sucedió en septiembre de 2010 en El Salvador, cuando las autoridades hallaron un contenedor azul con nueve millones en su interior. Era el segundo «narcotesoro» que se encontraba en pocos días y habría algunos más. El operativo se realizó en la hacienda El Recolado, luego de que un informante de la División Antinarcóticos de ese país centroamericano revelara las coordenadas. Para sustraerlas la Policía Nacional Civil (PNC) debió utilizar tres palas mecánicas para levantar la tierra del lugar donde se sembraban legumbres y hortalizas.
Pero otra de las imágenes también resultaba extraña. La fotografía del campesino colombiano labrando la tierra era perfecta: la iluminación justa, el perfil indicado y además sosteniendo una herramienta apropiada para generar una escena ideal. Sucede que no retrata a «José Mariena Cartolos«, el presunto campesino que halló el «narcotesoro», sino a un agricultor usado como modelo por la marca de café Nespresso para su sitio en Francia.
Tampoco las autoridades colombianas habían confirmado el asunto. De tratarse de semejante monto multimillonario, el gobierno de Juan Manuel Santos hubiera hecho algún tipo de anuncio o de conferencia detallando lo sucedido e informando respecto al destino de los 600 millones de dólares.
Todo resultaba inverosímil. ¿Cómo billetes nuevos podrían formar parte del «narcotesoro» de Pablo Escobar? ¿Por qué ninguna de las crónicas indicaban la zona donde había sido encontrado? ¿Cómo podía un simple agricultor en apariencia no muy fuerte desenterrar semejantes contenedores completamente cargados? Todo parte de una increíble historia de ficción que resultó atractiva durante varios días.