El plan de conquista de Londres incluía la eliminación de personajes considerados peligrosos para el Tercer Reich. En los objetivos había desde políticos hasta escritores, como H.G. Wells o Virginia Woolf
Adolf Hitler tenía grandes planes para un Reino Unido bajo mandato nazi. Su derrota, la primera en la II Guerra, en la Batalla de Inglaterra, el primer enfrentamiento enteramente disputado en el aire, fue el principio del fin para el Tercer Reich. Gracias al éxito de la RAF británica sobre la Luftwaffe alemana, los Aliados pudieron utilizar a la isla como base de operaciones para la reconquista de Europa.
A 75 años de aquella epopeya aérea, el Reino Unido ha rescatado del olvido una «lista negra» elaborada por Hitler con 2.820 personajes famosos que los alemanes debían asesinar una vez conquistado Londres.
La lista ha sido traducida al inglés y digitalizada para su consulta en la página web del Imperial War Museum de Londres. Un recorrido por ella permite adentrarse en el perfil de odio del nazismo, con nombres que van desde políticos renombrados, como el mismísimo premier británico, Winston Churchill, hasta artistas, escritores, periodistas y viejos espías ingleses retirados.
La lista es tan variada como curiosa. Los nombres de Churchill o Clement Attle, en ese momento vicepremier británico, parecen inevitables. Pero tal vez no lo sea tanto que aparezcan personajes como Herbert George Wells, autor de La guerra de los mundos, o la escritora Virginia Woolf. Otros personajes curiosos son Robert Baden Powell, fundador de los Boy Scouts y el actor Noel Coward, merecedor de un Oscar honorífico en 1943.
Destino de muerte
Voceros del Imperial War Museum citados por el Daily Mail explicaron que el nazismo hizo 20.000 copias de la «lista negra», de las cuales sólo se conservan dos. «Es la primera traducción que se ha hecho en inglés de la lista nazi. Las personas habrían sido detenidas en primer lugar y, posteriormente, asesinadas casi con total seguridad«, ha explicado Tim Hayhoe, director del museo.
Entre los cientos de nombres también destaca el de Conrad Fulke Thomond O’Brien-ffrench. Agente británico de inteligencia durante la Primera Guerra, anticipó la anexión de Austria al Tercer Reich y permitió, así, que miles de judíos huyeran del país a tiempo. O’Brien-ffrench fue el personaje que inspiró a Ian Fleming, su amigo íntimo, a crear la figura literaria de 007.
Hitler también tenía pensado eliminar a Francis Foley, un espía que desde un puesto en la aduana de Berlín salvó a más de 10.000 judíos. La historia lo recuerda como el Schindler británico. Y a Martha Cnockaert, una agente doble durante la Primera Guerra Mundial que estaba retirada del servicio activo desde 1939
Presas de las SS y la Gestapo
La idea de Hitler era simple. Una vez que la Lufwaffe hubiese acabado con la RAF y las tropas de tierra (el Herr), hubiese conquistado Londes, las SS y la Gestapo debían capturar y matar a los 3.000 enemigos de Alemania.
«Algunas personas eran buscados por más de un departamento nazi. La rama 4E4 pertenecía a la Gestapo, y si alguien era capturado por ellos no habría salido vivo. El departamento 4A4 era el llamado de Asuntos Judíos. Churchill, por ejemplo, habría ido al C49, uno de los que llevaban a los prisioneros trofeo», explicó el experto.
La derrota de la Lufwaffe arruinó los planes del Führer.
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