Alex Cifuentes Villa fue socio y amigo del capo mexicano. Pero declaró en su contra en el juicio que se llevó adelante en Nueva York. Antes, trató de asesinar a varios miembros de su propia familia
por Adriana Chica/Infobae
Con una familia narcotraficante al servicio de los grandes carteles colombianos, no era difícil que Alex Cifuentes Villa ingresara al negocio. Lo hizo a los 10 años de edad. Y se consolidó cuando se convirtió en «la mano derecha y la mano izquierda» de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, con quien compartió hasta residencia en Sinaloa. Nadie imaginó que terminaría siendo uno de los testigos en el juicio que se realizó en contra del capo mexicano en Nueva York. Fue ahí que Cifuentes reveló lo sanguinaria que fue su familia, en las que hasta intentaban matarse entre sí.
Hildebrando Alexander Cifuentes Villa creció en Medellín, la cuna de la cocaína de Colombia en las décadas de los 80 y 90. Aprendiendo el oficio de su madre, su padre y sus hermanos, se inició en el narcotráfico a los 10 años, empacando artículos de contrabando y cocaína que vendía su familia. A los 15 años ya traficaba él mismo. Su familia estuvo vinculada con todos los grandes carteles del país: en de Medellín, el de Cali y el de Norte del Valle.
Su hermano Francisco fue piloto y socio jefe de Pablo Escobar en el Cartel de Medellín. Por su parte, otros dos hermanos, Fernando y Jorge Milton, trabajaron para el Cartel de Cali, primero, y después para el Cartel Norte del Valle. De hecho, el líder de este último, Wilber Varela, alias ‘Jabón’, encomendó a Fernando asesinar a su socio Efraín Hernández, alias ‘Don Efra’, y luego lo mató para borrar evidencias.
Mientras, Francisco hizo alianzas con los hermanos Castaño, fundadores de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y fue asesinado en 2007 por el paramilitar Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, cabecilla de uno de los bloques de las AUC, por aparentes discrepancias en el negocio de la droga. Los demás, Jorge Milton, Dolly y Lucía Inés se conectaron el Cartel de Sinaloa, de México, al mando del ‘Chapo’ Guzmán.
La familia, entonces, montó un emporio de empresas por medio de testaferros para lavar dineros del cartel mexicano. Álex conoció a Joaquín cuando negoció un cargamento de cinco toneladas de cocaína que serían transportados en un barco atunero, en 2002. La amistad se tejió con los años. En 2007 ya lo visitaba con regularidad en las fincas escondidas en las montañas de Sinaloa, el centro de operaciones del mexicano.
Pronto, Álex Cifuentes Villa comenzó a traficar para el ‘Chapo’ cocaína desde Colombia, Bolivia, Ecuador y Panamá, y heroína y metanfetamina en Nueva York. Además, lo ayudó a instalar el sistema de comunicaciones encriptadas contactándolo con el ingeniero colombiano Cristian Rodríguez -quien también testificó en el juicio-, y hasta le servía de intérprete en reuniones con extranjeros. Incluso, se relacionó con la policía mexicana para permitir el contrabando procedente de Argentina.
El mismo Cifuentes se describió como «la mano derecha y la mano izquierda» de ‘El Chapo’ Guzmán. Pues además de comprar, transportar y distribuir la droga en Estados Unidos, compraba las armas y las propiedades en países de Centroamérica para el cartel. Álex se convirtió en su asistente personal. Por eso vivió con él en las sierra del Triángulo Dorado, una zona del norte de México comprendida por los estados de Chihuahua, Durango y Sinaloa, centro de las operaciones.
Todo acabó en noviembre de 2013, cuando Álex Cifuentes Villa fue arrestado en una finca en Culiacán, México, y deportado a Colombia a solicitud del gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, quien a su vez lo extraditó a Estados Unidos, donde estaba acusado de enviar varios cargamentos de droga entre 2008 y 2014. Aunque en principio se negó a cooperar en el juicio del ‘Chapo’, su hermano Jorge Milton lo convenció de hacerlo para rebajar su pena.
«Me dijo (Jorge Milton) que con los americanos debería confesarme como confesarme con Dios. Porque si decidía irme a juicio, él sería el primero que se iba a sentar y testificar en mi contra», dijo Álex en el juicio. Fue así como contó todos los detalles de la vida íntima y de los negocios de su amigo y socio Guzmán, desde los encuentros con su esposa y amantes, hasta la forma como drogó y violó menores de edad.
Para entonces sus hermanos ya estaban tras las rejas. Dolly fue detenida en 2011 en Envigado, y extraditada al año siguiente a Estados Unidos, y liberada en 2015. Jorge Milton fue capturado en venezuela en noviembre de 2012 y también terminó en norteamérica en 2013. Y Lucía Inés fue detenida en marzo de 2014 junto a su hijo Jaime Roll.
El escalofriante Clan Cifuentes Villa
Relataron medios estadounidenses que la primera vez que Álex Cifuentes Villa llegó a la sala de la Corte Federal del Distrito de Brooklyn, saludó con una sonrisa al ‘Chapo’, sentado en el banquillo donde fue condenado a cadena perpetua por traficar más de 155 toneladas de cocaína a Estados Unidos en 25 años. Él le devolvió el saludo con la misma familiaridad. El narcotraficante colombiano siempre se refirió al mexicano con respeto -dijeron los diarios-, como ‘el señor Guzmán’.
Durante los cuatro días de declaraciones, el abogado Jeffrey Lichtman, la defensa del ‘Chapo’, intentó cuestionar la información de Álex queriendo despertar duda en el jurado sobre su honestidad, al evidenciar lo disfuncional de su familia Cifuentes Villa, capaz de hacer cualquier cosa para obtener beneficios. Entonces, salieron a la luz los secretos más escabrosos del clan de narcos colombianos.
En 2008, Álex pagó más de mil dólares a su sobrino Jaime Roll, hijo de su hermana Lucía Inés, para que asesinara a Juan Zapata, alias ‘Juan Bonito’, esposo de una sobrina, porque creían que les había robado dinero. El ‘Chapo’ puso 50.000 dólares por esa ejecución. Pero luego, decidió también matar a Jaime porque robó cocaína y trató de secuestrar a su abuela, la mamá de Cifuentes. No obstante, ninguno de los dos homicidios se consumó, dijo.
Luego, también intentó contratar a miembros de los Hells Angels (club de moteros de origen estadounidense) para que asesinaran a su secretaria y mejor amiga Andrea Fernández Vélez, en Canadá. A ella la conoció a través de una actriz colombiana, y se convirtió de su entera confianza, tanto que le ofreció un apartamento en Cancún. Y pronto también empezó a trabajar para el ‘Chapo’.
Fernández tenía una agencia de modelos en Ciudad de México a través de la cual contrataba damas de compañía para militares mexicanos pagados por el ‘Chapo’, y para él mismo. Además, se encargada de su guardarropas, era la que seleccionaba los atuendos, los relojes y todos los accesorios personales del ‘Chapo’. Lichtman habló incluso de sábanas de 500 dólares. Ella, incluso, se reunía, como su vocera, con integrantes de la exguerrilla de las FARC y con militares corruptos de Colombia.
Jorge Milton, el hermano de Álex, también testificó contra el ‘Chapo’. En sus declaraciones afirmó que las FARC fueron proveedores del Cartel de Sinaloa, importando droga desde Putumayo, un departamento fronterizo del cual tenían total control. Era la única forma de conseguir la cocaína, y lo hizo pese a odiar al grupo insurgente porque años atrás había intentado asesinar a su madre y secuestrar a su padre. De hecho, financió a las contrainsurgentes AUC.
Con Andrea lo que finalmente sucedió, agregó Cifuentes a la información de Lichtman, fue que el ‘Chapo’ le encomendó ofrecerle 10 millones de dólares a un general mexicano no identificado para que dejara de perseguirlo, pero este no aceptó. Y el capo mexicano, furioso, decidió que la iba a matar a ella y le encomendó la tarea a Álex. «Ella traicionó a mi patrón», se justificó en el juicio, reseña Infobae