La era del dinero barato sigue muy viva pese a la subida de tipos de la Fed

Siguen muy por debajo de la media, tanto en EEUU como en el mundo, el resto de grandes bancos no va a seguir el mismo camino a corto plazo

La era del dinero barato en las principales economías del mundo está lejos de haber terminado. Incluso aunque ayer la Reserva Federal elevara los tipos de interés hasta un rango del 0,25-0,5%, este nivel todavía está muy por debajo del 2% de media desde el año 2000 o del 3,2% en el que estuvo entre el 2000 y el 2007.

A escala global, el nivel es todavía mucho más bajo. Según la media que realiza JP Morgan entre las ocho economías más desarrolladas y la Eurozona, al cierre de 2016 los tipos estarán en el 0,36%, 3 puntos porcentuales menos que la media entre 2005 y 2007.

Incluso si la Fed lleva los tipos al 1,5% en un año, como predice JP Morgan, los economistas de este banco ven que la media seguiría por debajo del 1%, ya que no hay visos de que el BCE o el Banco de Japón vayan a seguir los pasos del banco central estadounidense.

La parte positiva para la economía global, como recordaba esta semana Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, es que un entorno de tipos de interés bajos durante mucho tiempo a pesar de las subidas de la Fed. Aunque sigue habiendo dudas sobre la potencia de la política monetaria, la débil inflación y el crecimiento escaso a lo largo y ancho del global requieren una política monetaria acomodaticia.

«El camino de la Fed es lento y nadie de ningún tamaño está siguiéndolo», explica David Hensley, director de economía global de JP Morgan. «El BCE y el Banco de Japón no van a subir tipos de ninguna de las maneras en un futuro cercano».

Más rebajas que subidas

Es más, podría ser que hubiera más rebajas de tipos que subidas en los próximos doce meses. De los 31 bancos centrales que sigue, JP Morgan calcula que nueve relajarán todavía más su política monetaria, incluyendo China, Suecia, Malasia y Nueva Zelanda. Asimismo, la disminución de economías emergentes que tienen su divisa ligada al dólar implica que no tendrán que seguir más las directrices de la Fed.

Con todo, la entidad calcula que otros diez bancos podrían endurecer su política, incluyendo el Banco de Inglaterra en el segundo trimestre del año que viene y el Banco de Canadá en el cuarto. Hensley cree que algunos emergentes también se verán forzados a seguir el camino de EEUU.

Con independencia de los tipos, todavía quedan los balances gigantes, inflados por años de quantitative easing. Bank of America calcula que los balances de los cuatro grandes bancos llegarán a los 13,5 billones de dólares a finales de 2017 frente a los 11 billones actuales.

En este sentido, la Fed no planea reducir sus activos antes de que el ciclo de subidas de tipos se haya asentado, mientras que Bank of America cree que sus homólogos en Japón y la Eurozona van a acelerar más su compra de bonos.

Actualmente, el balance de la Fed es aproximadamente el 25% del PIB de EEUU, y la entidad financiera calcula que el del BCE alcanzará el 33,8% del PIB en 2017 y el del Banco de Japón será un astronómico 108% de la economía nipona.

«Una gran cantidad de liquidez se añadirá a los mercados globales en los próximos dos años, sino más, incluso aunque algunos bancos centrales suban los tipos lentamente», explica Michael Hanson, economista de BofA. «Esta combinación debería ayudar a mantener una política muy acomodaticia a nivel global, lo que en consecuencia debería impulsar el crecimiento, poner un suelo a la inflación y mantener la demanda de activos de riesgo».

No todos los expertos piensan igual. Steve Barrow, jefe de estrategia para el G-10 en Standard Bank, cree que el mundo ha llegado a un «punto de inflexión» y que las medidas de otros bancos más allá de la Fed no pesan tanto por la influencia que tiene el dólar. «La conclusión es que va a ser duro, aunque al principio no lo parezca. Estaríamos preparados para una mayor volatilidad y un dólar más fuerte, pero precios de los activos de riesgo menores».

Por último, si EEUU vuelve a caer en recesión, la rebaja de tipos podría volver a estar sobre la mesa, según Larry Summers, ex secretario del Tesoro, que calcula que hay un 50% de posibilidades de que eso ocurra. «No hemos dicho para siempre adiós al límite del 0%».

 

Bloomberg