Una cesárea practicada a una niña violada en la provincia de Tucumán (norte) reavivó el miércoles el debate sobre el aborto en Argentina, después de que familiares y organizaciones sociales calificaran la dilación en la interrupción del embarazo como “tortura”.
La menor, de 11 años y cuya identidad quedó en reserva, fue violada por la pareja de su abuela. “Quiero que me saquen esto que me puso adentro el viejo”, clamó, según el acta judicial de la causa que se abrió tras la denuncia de abuso.
En Argentina, según la ley que rige desde 1921, el aborto es permitido en dos casos: cuando está en peligro la vida de la mujer y cuando el embarazo es producto de una violación, sin precisar las semanas de gestación.
Aunque el embarazo fue detectado el 21 de enero, cuando la niña acudió al centro médico por dolores en el vientre, la autorización del procedimiento se dilató y la menor solo fue intervenida la noche del martes, en la semana 23, más de un mes después.
“No se respetó el derecho a la salud. Se pusieron obstáculos, barreras. Se dilató una práctica lícita y se dejó que se avance en el proceso de gestación y termina en lo que terminó”, denunció la abogada tucumana Soledad Deza, de Católicas por el derecho a decidir.
De su lado, la abogada de la familia Cecilia de Bono recordó que la niña y su madre habían pedido la interrupción del embarazo.
“La voluntad de la niña tenía que ser tenida en cuenta”, expresó. “Había dos de las causales de aborto”, agregó la letrada en declaraciones a un canal local en alusión a los dos supuestos por los cuales el aborto es legal.
Sin embargo, según los médicos ya era demasiado tarde para interrumpir el embarazo.
“La verdad es que no se podía esperar para una vía vaginal”, expresó la ginecóloga Cecilia Ousset, presente durante el procedimiento.
“Su cuerpo no estaba desarrollado para un embarazo de 23 semanas, y aun si lo hubiera estado, no estaban en condiciones psicológicas por los múltiples abusos que había tenido”, detalló la especialista, cuyo esposo estuvo a cargo de la intervención.
La niña recibió una “microcesárea” y el bebé de cinco meses fue entregado al área de neonatología.
Las posibilidades de sobrevivir para el bebé prematuro son “extremadamente difíciles”, de acuerdo con el médico Carlos Schwartz.
– Polémica y denuncias –
El episodio generó la denuncia de varias organizaciones sociales, entre ellas el movimiento feminista “Ni Una Menos”.
“El estado es responsable por torturar a Lucía”, señaló la organización, que convocó a una movilización en Tucumán, en relación a la dilación en la aprobación del procedimiento, que en este caso está avalado por la ley.
En tanto, la ONG de derechos humanos Andhes señaló que “la práctica (cesárea) no fue la solicitada. Siprosa (el sistema de salud tucumano) es responsable”, agregó.
El gobierno provincial justificó la medida al pedir continuar con “los procedimientos necesarios en procura de salvar las dos vidas”.
El año pasado un proyecto de legalización total del aborto hasta la semana 14 de gestación fue aprobado por la Cámara de Diputados del Congreso, pero sufrió un revés en el Senado, que rechazó la propuesta por 38 votos a 31.
En Argentina, país natal del papa Francisco y con fuerte influencia de la Iglesia Católica, el tema ha dividido a la ciudadanía.
Al pañuelo verde que simboliza la lucha a favor de la legalización del aborto se enfrentó con fuerza al pañuelo celeste, que fue respaldado por la Iglesia Católica.
El mes pasado, un caso similar ocurrió en la provincia de Jujuy (norte), cuando le fue practicada una cesárea a una niña de 12 años que estaba embarazada de 24 semanas producto de una violación y que también había solicitado el aborto que fue demorado. La bebé murió días después.
AFP