La caridad se queda corta en las vacunas contra el COVID-19

Se suponía que un sistema internacional para compartir vacunas contra el coronavirus garantizaría que los países con menos ingresos recibiesen dosis sin ser los últimos en la fila ni estar a merced de donaciones poco fiables.

Pero no ha sido así. Solo a finales de junio, la iniciativa conocida como COVAX mandó unas 530.000 dosis a Gran Bretaña – más del doble de la enviada en ese mes en todo el continente africano.

Bajo el COVAX, se suponía que los países aportaban dinero para reservar vacunas, tanto para donaciones a otros más pobres como póliza para asegurar que los más ricos pudiesen adquirirlas si sus acuerdos no prosperaban. Algunas naciones adineradas, como las de la Unión Europea, calcularon que tenían fármacos más que suficientes gracias los acuerdos bilaterales con las farmacéuticas y cedieron la parte que les correspondía en COVAX a los más pobres.

Pero otras, como Gran Bretaña, se aprovecharon del escaso suministro del mecanismo a pesar de estar entre los que reservaron la mayoría de las vacunas disponibles. Al mismo tiempo, miles de millones de personas en naciones pobres todavía no han recibido una dosis de la vacuna.

El resultado es que los países con menos recursos han terminado exactamente en el lugar que el COVAX debía evitar: dependiendo de los caprichos y las políticas de las naciones ricas para donaciones, como ocurría en el pasado. Y en muchos casos, los que acaparan las dosis no quieren realizar grandes donaciones antes de inmunizar a todos sus ciudadanos que quieran, un proceso que sigue en marcha.

“Si hubiésemos intentado retener las vacunas en algunas partes del mundo, ¿podríamos haberlo empeorado más de lo que está ahora?”, preguntó el doctor Bruce Aylward, asesor de la Organización Mundial de la Salud, durante una sesión pública sobre equidad en las vacunas.

Entre los países ricos que han recibido recientemente dosis pagadas a través del COVAX están Qatar, Bahrein y Arabia Saudí, todos ellos con tasas de inmunización relativamente altas y otros medios para adquirir los fármacos. Qatar se comprometió a donar 1,4 millones de dosis y ya ha repartido más de las 74.000 que le llegaron del COVAX.

Estados Unidos nunca ha recibido vacunas por este mecanismo, aunque Canadá, Australia y Nueva Zelanda sí lo hicieron. Canadá recibió tantas críticas por aceptar la partida que dijo que no volverá a solicitar más.

Mientras, Venezuela no ha recibido ninguna de las dosis que le había asignado el COVAX, Haití tiene menos de la mitad de las previstas y Siria alrededor de una décima parte. En algunos casos, los envíos no se han realizado porque las autoridades carecen de un plan para su distribución, según funcionarios.

Las autoridades británicas confirmaron haber recibido alrededor de 539.000 dosis a finales de junio y que tienen opciones de adquirir 27 millones más.

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