Israel se paró este jueves durante dos minutos con el sonido de las sirenas antiaéreas para recordar a los seis millones de judíos que fueron asesinados durante el Holocausto, en una jornada especial que el país celebra según el calendario hebreo.
Inmóviles, en silencio, algunos serios, otros con cara compungida o con la mano en el corazón, los israelíes recordaban este jueves a las víctimas de este oscuro episodio de la II Guerra Mundial durante los dos minutos que se activaron las alarmas a las 10:00 am.
El transporte público también se detuvo, así como muchos coches privados e incluso ambulancias que durante ese tiempo echaron el freno, se orillaron en la carretera y sus conductores salieron de los vehículos para participar en este emotivo gesto que marca los actos de este jueves.
Shmuel Bouvert fue uno de los cientos de viandantes que pararon su paso en una de las calles principales del centro de Jerusalén para mostrar su respeto. Con 34 años de edad y nacido en la ciudad, parte de su familia proviene de Europa y sobrevivió a la Shoá (Holocausto), que no solo se recuerda este jueves, sino «todos los días», opina.
«Imagina que algo malo pasa en tu casa: siempre lo vas a recordar. Pero en especial, este día todos lo rememoramos en los colegios, en todas partes», cuenta este joven que asegura que incluso los que no lo vivieron, tienen el recuerdo de esta tragedia y señala que todas las fiestas del pueblo judío «se basan en recordar», hasta eventos como el éxodo del Egipto faraónico que la tradición sitúa más tres mil años atrás.
«Más de setenta años -desde la Shoá- no es mucho», apunta mientras insiste que este episodio sigue vivo en la memoria colectiva.
Justo al terminar el simbólico acto de silencio el presidente israelí, Reuvén Rivlin, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, depositaron una ofrenda floral en el Museo del Holocausto (Yad Vashem), donde se sucedieron los actos institucionales de recuerdo que comenzaron en ese mismo lugar anoche.
En Israel las festividades se inician en la víspera, y ésta, una de las más solemnes del calendario hebreo, lo hizo con la tradicional ceremonia en la que seis supervivientes encienden seis antorchas por los seis millones de muertos, y en la que tanto Rivlin como Netanyahu advirtieron de los peligros del antisemitismo en el mundo.
El recién reelegido presidente del Parlamento, Yuli Edelstein, representantes del Tribunal Supremo y de organizaciones de supervivientes y delegaciones de combatientes también asistieron al evento.
Poco después comenzó el largo recital de los nombres de los fallecidos, que resonaron en las paredes del Salón del Recuerdo.
El Yad Vashem ha invertido gran parte de sus esfuerzos en identificar a todos y cada uno de los judíos asesinados por el régimen nazi para poder dar un rostro a las víctimas, y hasta la fecha esa lista incluye a más de cuatro millones y medio de personas.
«Cada persona tiene un nombre. Pero hay muchos nombres que no llegaremos a conocer, a pesar de los interminables esfuerzos por encontrarles», lamentó Rivlin, quien leyó los de algunos familiares de su esposa, Nejama, de ascendencia ucraniana, que fueron ejecutados, aunque hubo otros cuya identidad quedó borrada.
«Nadie sabe sus nombres. Estaban y ahora se han ido. Que su memoria sea una bendición», deseó.
Los colegios también organizaron actividades especiales como parte del foco especial que pone Israel en la educación sobre este episodio, que incluye sesiones especiales con grupos locales y en ocasiones de extranjeros que visitan para mostrar su solidaridad.
En las redes sociales el hastag «NeverAgain (nunca más)» extendió el recuerdo más allá de las fronteras del país, que celebra el día según el calendario hebreo una semana antes de su independencia, y conmemora el levantamiento del gueto de Varsovia, la rebelión judía contra los nazis de la Polonia ocupada del año 1943 que intentó impedir el traslado de la población que quedaba al campo de exterminio de Treblinka.
Además de en Israel, cada año en esta fecha se convoca la «Marcha de los Vivos» entre los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau (Polonia), donde los nazis asesinaron a más de un millón de judíos.
El resto del mundo rinde homenaje a la Memoria de la Víctimas del Holocausto el 27 de enero, el día en que en 1945 las tropas soviéticas liberaron Auschwitz.
Una efeméride global que también sirve para rendir homenaje al medio millón de gitanos y a los miles de homosexuales, entre otras minorías y grupos como niños, discapacitados o enfermos, que perecieron durante este episodio.
Está previsto que los actos finalicen esta tarde en los kibutz (comunidades agrícolas) de Lohamei Hagetaot, fundada en el norte del país por supervivientes del Holocausto, entre ellos algunos que lucharon contra los nazis, y Yad Mordejai, cuyo nombre homenajea al primer comandante judío del levantamiento del gueto de Varsovia durante este episodio histórico que en Israel se niegan a olvidar.