Inmigrantes dejan Budapest en dirección a frontera con Austria, aumenta presión sobre la UE

Cientos de inmigrantes dejaron Budapest el jueves a bordo de un atestado tren en dirección a una localidad en la frontera con Austria, luego de vivir dos días de caos que dejaron en evidencia las fisuras del sistema de asilo europeo. Reuters

 

Exhaustos y confundidos, los inmigrantes subieron a un tren hacia la ciudad fronteriza húngara de Sopron, aferrándose a puertas y subiendo a sus niños a través de las ventanas.

 

Los trenes en dirección a Viena y Alemania fueron cancelados, lo que no deja claro cuál será la próxima parada para los expatriados, muchos de cuales buscan obtener el estatus de refugiados de los conflictos que asolan a Oriente Medio.

 

Miles de personas han muerto en el mar y durante sus viajes por tierra, en la peor crisis de inmigración desde la guerra de la ex Yugoslavia en la década de 1990.

 

Las imágenes de un niño de tres años ahogado que fue encontrado boca abajo en una playa de Turquía, una de las al menos 12 personas que perdieron la vida en la zona el día anterior mientras intentaban llegar a una isla griega, aparecieron en los diarios de todo el continente, incrementando la presión sobre los políticos para que tomen medidas.

 

«Él tenía nombre: Alyan Kurdi. Se requieren acciones, urge una amplia movilización», dijo el primer ministro francés, Manuel Valls, en su cuenta de Twitter. Las imágenes aparecieron luego de que 71 cuerpos fueron encontrados en un camión abandonado en Austria la semana pasada.

 

El arribo de inmigrantes ha puesto bajo presión el sistema de asilo de la Unión Europea hasta su punto de quiebre, generando divisiones entre las 28 naciones del bloque y ayudando a fortalecer a los grupos populistas de derecha.

 

Los países más influyentes de la UE han tomado posturas profundamente opuestas sobre cómo recibir a los inmigrantes. Alemania planea aceptar 800.000 refugiados este año, mientras que Gran Bretaña inició un programa para permitir la entrada de sirios que ha aceptado apenas a 216 personas.

«Como uno de los países más ricos del mundo, con una buena infraestructura, un estado de bienestar viable y un sólido superávit de presupuesto, estamos a la altura de las circunstancias», dijo Andrea Nahles, ministra de Trabajo y Asuntos Sociales alemana, antes de una reunión del G20 el viernes en la capital turca.

 

Un comunicado de la presidencia francesa dijo que su país y Alemania realizarán propuestas conjuntas para albergar refugiados y distribuirlos de manera justa a lo largo de Europa.

 

LEGISLADORES DISCUTEN MEDIDAS

 

Casi todos los inmigrantes arriban al sur y este de la UE pero intentan llegar a las naciones más ricas del norte y oeste, provocando un dolor de cabeza para el bloque que permite normalmente el libre movimiento de las personas, aunque restringe el paso a los inmigrantes indocumentados.

 

La salida del tren desde Budapest se produjo después de una crisis de dos días en la estación, donde la policía bloqueó el acceso a casi 2.000 inmigrantes. El jueves, la policía se retiró y la multitud se apresuró por subir a un tren.

 

«Queremos ir a Alemania pero ese tren en la estación quizá no va a ninguna parte. Hemos escuchado que podría ir a un campo. Así que nos quedaremos aquí a esperar», dijo Ysra Mardini, una muchacha de 17 años proveniente de Damasco, vestida con jeans.

 

Mientras el tren partía, los legisladores debatían una serie medidas en torno a la crisis en Hungría que según el partido gobernante podría reducir los cruces ilegales a través de las fronteras a «cero».

 

Las medidas legislativas ordenan la creación de zonas de contención en la frontera sur del país con Serbia, donde se está construyendo una barrera de 3,5 metros de alto.