El análisis, realizado por un centro especializado australiano y respaldada por un ex jefe del ejército de ese país sugiere llevar a cabo un esfuerzo «similar a la movilización de emergencia de la Segunda Guerra Mundial» para evitar los riesgos de este escenario.
Un análisis catastrófico de cómo la civilización humana podría colapsar en las próxima décadas debido al cambio climático ha llamado la atención de las fuerzas armadas australianas. El análisis, publicado por el Breakthrough National Centre for Climate Restoration, un thinktank en la ciudad de Melbourne, describe al calentamiento global como «una amenaza existencial a corto o mediano plazo«.
El informe -escrito por David Spratt, director de investigación de Breakthrough, e Ian Dunlop, ex ejecutivo de Royal Dutch Shell y presidente de la Asociación Australiana del Carbón entre 1987 y 1988- alerta que en nuestra actual trayectoria «los sistemas planetarios y humanos [están] llegando a un ‘punto de no retorno’ para mediados de siglo, en el que la perspectiva de una Tierra en gran medida inhabitable conduce a la desintegración de las naciones y del orden internacional».
Los «resultados extremadamente graves» de las amenazas a la seguridad relacionadas con el clima son mucho más probables de lo que se supone convencionalmente, sostiene el documento, pero casi imposibles de cuantificar porque «no corresponden a la experiencia humana de los últimos mil años».
«Mucha de la información que reciben los legisladores y los políticos son demasiado conservadoras«, explicó Spratt al sitio Vice. «Debido a que los riesgos son ahora existenciales, se requiere un nuevo enfoque de la evaluación de riesgos climáticos y de seguridad utilizando el análisis de escenarios«.
El escenario advierte que si no cambian los modelos de negocio de las industrias que perjudican al medio ambiente, la Tierra probablemente sufrirá al menos 3 grados centígrados de calentamiento global. Esto causaría a su vez la destrucción de ecosistemas claves, incluyendo «los sistemas de arrecifes de coral, la selva amazónica y el Ártico».
Los resultados serían devastadores. Alrededor de 1.000 millones de personas se verían obligadas a reasentarse, y 2.000 millones se enfrentarían a la escasez de suministros de agua. La agricultura colapsaría en los países subtropicales y la producción de alimentos se vería dramáticamente afectada en todo el mundo.
«Incluso con un calentamiento de 2°C, más de mil millones de personas podrían tener que ser reubicadas. La escala de la destrucción está más allá de nuestra capacidad de modelar, con una alta probabilidad de que la civilización humana llegue a su fin«, señala el informe.
La única manera de evitar los riesgos de este escenario sería llevando a cabo un esfuerzo «similar en escala a la movilización de emergencia de la Segunda Guerra Mundial», pero esta vez centrada en construir rápidamente un sistema industrial de cero emisiones para restaurar la atmósfera.
En el prólogo del informe, el almirante retirado Chris Barrie, quien fuera Jefe de las Fuerzas de Defensa Australianas de 1998 a 2002 y ahora trabaja para el Instituto de Cambio Climático de la Universidad Nacional de Australia, recomienda el documento por poner al descubierto «la pura verdad sobre la desesperada situación en la que se encuentran los seres humanos y nuestro planeta, pintando un cuadro perturbador de la posibilidad real de que la vida humana en la Tierra pueda estar en vías de extinción, de la manera más horrible».
Mientras que el escenario analizado por Breakthrough establece algunas de las posibilidades de mayor nivel de riesgo, a menudo no es posible cuantificar de forma significativa sus probabilidades. Como resultado, los autores enfatizan que los enfoques convencionales de riesgo tienden a minimizar los peores escenarios a pesar de su plausibilidad.
«Un escenario de alto riesgo para 2050 encuentra un mundo en el colapso social y el caos absoluto«, dijo Spratt.
«Pero existe una pequeña ventana de oportunidad para una emergencia, la movilización global de recursos, en la que las experiencias logísticas y de planificación de los cuerpos de seguridad nacional podrían jugar un papel valioso», añadió.
reseñado por Infobae