La agresión a una estudiante insultada y golpeada por tres hombres a plena luz del día por llevar una falda ha puesto de nuevo el foco en Francia sobre el acoso callejero y llevado este miércoles al Ejecutivo a reafirmar que proteger la libertad de las mujeres es una de sus prioridades.
El ataque tuvo lugar el pasado viernes en Estrasburgo. “Mira a esa puta con falda”, dijo uno de los agresores. Cuando ella contestó “¿Perdón?”, le respondieron “Cállate perra y baja los ojos”.
Acto seguido, dos de los hombres la inmovilizaron y el tercero le pegó un puñetazo en la cara. Luego huyeron.
Una foto de la cara magullada de la joven, de 22 años e identificada como Elizabeth, publicada en la cuenta de Twitter de France Bleu Alsace se hizo viral y provocó la furia de cientos de usuarios.
La estudiante ha denunciado públicamente que unas 15 personas presenciaron la escena: “Hicieron como si no hubiese pasado nada. No hubo reacción ni antes, ni durante ni después”, apuntó en un video para France Bleu Alsace. “Esto es lo que más me repugna en lo ocurrido”.
Visiblemente conmocionada, con un ojo hinchado, Elizabeth continuó su testimonio afirmando que no tenía la intención de dejarse intimidar y que seguirá usando faldas.
“Pongo las cosas en perspectiva, hubiera sido mucho peor. La vida es tan corta, son tantas cosas bonitas que pasan. No debemos dejarnos vencer y ahora tener miedo de salir y de ponerse una falda”. No obstante, agregó que las agresiones verbales son frecuentes en las calles de Estrasburgo.
La estudiante interpuso una demanda ante la policía el domingo. El sindicato policial Oficiales y Comisarios de Policía ha pedido a posibles testigos que comuniquen a los agentes cualquier detalle al respecto.
El miércoles el gobierno expresó su “condena absoluta” ante estos hechos “muy graves” y pidió que se esclareciera lo ocurrido.
“Los hechos expuestos son muy graves”, dijo el portavoz del gobierno Gabriel Attal. “En Francia debemos poder salir a la calle vestidos como queremos. No podemos aceptar que hoy en Francia una mujer se sienta en peligro, sea acosada, amenazada o golpeada por su forma de vestir”, agregó.
La ministra delegada Marlène Schiappa, encargada de los asuntos de igualdad, visitó Estrasburgo el miércoles para abordar la seguridad de las mujeres en público.
“Cuando presenciamos un acoso callejero, sexista o una agresión sexual contra las mujeres en un espacio público, debemos reaccionar y llamar a la policía”, dijo al canal de televisión LCI.
El gobierno centrista del presidente Emmanuel Macron ha comenzado en las últimas semanas a utilizar una retórica cada vez más dura sobre los temas de seguridad doméstica, en lo que los analistas ven como un giro hacia la derecha.
Varios ministros han arremetido particularmente en las últimas semanas contra el extremismo islamista, argumentando que tales valores no tienen cabida en la sociedad francesa.
Desde la adopción en 2018 de la ley que penaliza el acoso callejero, Francia acumula 1.800 multas por insultos sexistas.
“Recibo todos los días fotos de casos de mujeres que han sido asaltadas, violadas, acosadas. Me retuercen las tripas cada vez”, añadió Schiappa.
La protesta de las estudiantes de secundaria
El ataque ocurre en plena polémica en las redes sociales tras las declaraciones del ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, sobre cómo hay que ir vestido al colegio.
“La escuela no es un lugar cualquiera. No vas a la escuela como si fueras a la playa o a un club nocturno. Vas con ropa adecuada. No en pantalones cortos, ya seas niño o niña. Vas al colegio vestido de una manera que es, digamos, republicana, lo que permite una mayor igualdad entre todos” dijo el lunes en la emisora RTL.
Todo empezó cuando el pasado día 10 una adolescente de Dax, en el País Vasco francés, decidió ir al instituto en camiseta corta y minifalda, después de que este le exigiera una “vestimenta adecuada”, y colgó su reivindicación en Instagram.
Su iniciativa se amplificó cuatro días después, cuando las y los adolescentes, bajo la etiqueta #lunes14septiembre, decidieron llevar faldas, escotes, tops y maquillaje para reclamar su libertad frente a los juicios y actos sexistas y protestar así contra las reglas internas en los colegios.
“En Francia, cada uno es libre de vestirse como quiera. Las mujeres tardaron siglos en liberarse de los códigos de vestimenta. Esta libertad duramente ganada no tiene precio”, dijo en el diario Le Parisien la ministra de Igualdad, Élisabeth Moreno.
Este mismo mes, el Museo de Orsay de París acabó pidiendo perdón a una mujer a la que vetaron la entrada por llevar escote después de que ésta denunciara los hechos en una carta en Twitter que se volvió viral.