La deflagración, que comenzó en la localidad de El Bolsón, en la provincia patagónica de Río Negro, ha causado graves daños medioambientales y un herido hasta el momento. Los investigadores creen de forma preliminar que la conflagración se inició de forma accidental.
Argentina está en alerta máxima debido a los incendios de la temporada veraniega en la Patagonia. La última deflagración afecta la turística localidad de El Bolsón y ha destruido 8.500 hectáreas de bosque nativo. Las llamas siguen avanzando gracias a la complicada orografía de la zona y el Gobierno de Buenos Aires se ha visto obligado a incrementar los medios para extinguirlas.
Por ahora, los daños materiales ascienden a «dos viviendas», y los bomberos y brigadistas lograron «salvaguardar una gran cantidad de viviendas en riesgo por el avance de las llamas», aunque el incendio sigue activo.
En total, cerca de 100 personas de los diferentes organismos estatales y provinciales se encuentran realizando las tareas de extinción de las llamas. El incendio forestal ha herido al menos a una persona y provocado el desalojo de varias más, según pudo constatar la agencia de noticias AP.
Todo apunta a que el incendio comenzó de forma accidental
Aunque todavía las causas de la conflagración no han sido determinadas, la gobernadora local de Río Negro, Arabela Carreras, aseguró que tras sobrevolar en helicóptero la zona, los investigadores apuntaron que el incendio “pudo haberse iniciado en una de las viviendas de la zona, donde se estaba celebrando un evento social”.
Los investigadores señalan que desde el aire se puede observar “con claridad” el punto donde se inició el desastre, por lo que se cree que este incendio pudo haberse provocado de forma accidental.
Las autoridades decretaron «por razones preventivas» el cierre de la carretera que une la localidad de El Bolsón con la turística San Carlos de Bariloche.
Las proyecciones meteorológicas señalan que las temperaturas serán más bajas de lo habitual durante las próximas horas y que el viento remitirá, algo que da esperanza para que las labores de extinción puedan avanzar más rápido para terminar con el fuego.
El 2020 fue un año especialmente seco para toda Argentina. Varias provincias ya sufrieron las consecuencias de los incendios estivales. Córdoba, en el centro del país, fue la más afectada con unas 331.000 hectáreas quemadas, en un año en el que se destruyeron más de un millón de hectáreas. La falta de lluvia hizo de 2020 el año más seco desde 1995.