El huracán Dorian perdonó la mayor parte de Puerto Rico este miércoles al desplazarse hacia el este, pero se espera que gane intensidad en el Atlántico y alcance Florida el fin de semana luego de volverse «peligroso».
Dorian soplaba como huracán de categoría 1 con vientos de 130 Km/hora, pero se convertirá en un «huracán peligroso» en el Atlántico occidental los próximos días, según el boletín de las 21H00 GMT del Centro Nacional de Huracanes, reseña AFP
Durante los últimos días, los puertorriqueños estuvieron esperando con ansiedad el primer golpe directo de un ciclón desde que el monstruoso huracán María destruyó hace dos años este territorio estadounidense en el Caribe.
No obstante, a medida que se acercaba, la tormenta se fue desplazando fuera de sus costas, hacia el este, y ahora se espera que afecte las islas puertorriqueñas de Vieques y Culebra, dos enclaves turísticos al este de la isla grande, a lo largo de la noche.
Pero el ciclón llegará entre domingo y lunes a Florida o tal vez Georgia, en el sureste de Estados Unidos, probablemente como categoría 3 (de más de 180 Km/hora).
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró el estado de emergencia para toda la costa este, desde los cayos del extremo sur hasta la frontera con Georgia.
«Cada residente de Florida debe tener siete días de suministros, incluyendo alimentos, agua y medicinas, y debe tener un plan en caso de desastre», dijo DeSantis en un comunicado.
– RECOGIENDO PROVISIONES –
En Puerto Rico, los habitantes de la ciudad costera de Fajardo, una de las que más padeció el azote de María y que hasta mediodía del miércoles estaba bajo la ruta de Dorian, se apuraron a comprar provisiones y llenar los tanques de sus vehículos.
Carmen Donos, de 49 años, salía de un supermercado en Fajardo con el carrito atiborrado de provisiones «y unos dulces para cuando uno tiene ansiedad porque no hay luz».
La residente dijo que había perdido «totalmente» su casa y sus bienes durante María. «Fue bien deprimente. Me da mucho nervio pensar que me pueda pasar lo mismo».
El presidente Donald Trump declaró el estado de emergencia en Puerto Rico y autorizó la concesión de ayuda federal a las autoridades locales, a pesar de que dijo en Twitter que la isla es «el lugar más corrupto de la tierra».
«Su sistema político está quebrado y sus políticos son incompetentes o corruptos», tuiteó. Poco antes acusó de «incompetente» a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, quien hace dos años acusaba a Trump de negligencia y lo responsabilizaba por los muertos de María.
Cruz respondió en una entrevista a CNN que Trump sufría de un «complejo de vanidad» y era «mentiroso y racista».
«Mi esperanza es que el presidente mantenga la boca cerrada y permita que la gente que está trabajando, trabaje en lo necesario para salvar vidas», comentó.
En septiembre de 2017, el huracán María atravesó la isla de punta a punta dejando una estela de destrucción de la que Puerto Rico aún no se ha recuperado. Según un estudio adoptado como válido por el gobierno, pero desestimado por Trump, casi 3.000 personas murieron a consecuencia del desastre.
Las autoridades se apresuraron para llevar a la población más vulnerable a los refugios, «comenzando por las familias con techos azules», dijo Carlos Acevedo Caballero, director de la agencia local de manejo de emergencias (NMEAD).
Así se conocen las casas techadas con los toldos de tela que entregó la agencia federal de gestión de emergencias (FEMA) después de María. En total, Puerto Rico aún tiene 30.000 casas con «techos azules».
La FEMA dispuso de 3.000 agentes federales «listos para responder».
En tanto, la nueva gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez, declaró el martes el estado de emergencia y dijo que la isla está mejor preparada esta vez.
El anterior gobernador, Ricardo Rosselló, debió renunciar el mes pasado en parte por las críticas a su gestión de la emergencia de María.