Reseña el portal web del diario ecuatoriano El Universo que «el temor de los deudos y vecinos es de contagiarse».
Los guayaquileños ya no saben qué hacer con los cuerpos que se descomponen en las viviendas. Algunas familias llevan hasta cuatro días encerrados con los cadáveres de sus familiares y siguen en el listado para ser retirados por medicina legal.
Así lo reseñó el diario El Universo, de Quito; que agregó que «no hay cifras oficiales sobre cuántas personas han fallecido y sus cuerpos no han sido retirados, tampoco sobre los levantamientos ejecutados. No obstante, según un listado que tiene la Policía para acudir a los levantamientos y al que pudo acceder este Diario, este martes estaban registrados casi 450 cuerpos en lista de espera para ser retirados de las viviendas».
Una cifra similar citó el concejal de Guayaquil Andrés Guschmer, la noche del lunes. Él señaló que esa lista era de 400.
Reseña el portal web de El Universo que «el temor de los deudos y vecinos es de contagiarse. Por eso la reacción de un grupo de personas que la noche del lunes quemaron cauchos y un mueble en la 19 y la Q, suburbio de Guayaquil. Ahí la familia de un hombre que había fallecido tres días atrás exigía a las autoridades que retiren el cuerpo. En ese sector se han registrado algunos decesos».
En el registro de la Policía se han reportado más de 550 casos de fallecimiento en hogares desde el jueves.
Jorge Wated, presidente del directorio de BanEcuador y actual encargado del levantamiento de los cuerpos, explicó que se recogen unos 150 cuerpos al día, citado por El Universo.
“Ya hemos inhumado a casi 50 fallecidos de forma digna, no es ninguna fosa común. Los otros van a las morgues provisionales en distintos puntos como el hospital del Guasmo, en el Teodoro Maldonado, hospital de Los Ceibos y Monte Sinaí”, explicó Wated, quien admitió que hay algunas morgues ya colapsadas.
Ante la gran cantidad de personas fallecidas en sus casas, sin atención médica y con la sospecha de que muchas fueron víctimas del coronavirus, uno de los epidemiólogos consultados por el diario ecuatoriano explicó que si bien es posible sepultar los cuerpos, solo cabe hacerlo en el menor tiempo y siempre que se cumplan los protocolos de bioseguridad en el levantamiento, traslado y entierro.
El epidemiólogo Marcelo Aguilar, docente de la Universidad Central, sostuvo que el cuerpo inerte de una persona, en sí mismo, no transmite el virus, sino que el riesgo está en la manipulación de sus secreciones –que en ocasiones son más pequeñas que una gota de saliva– y en la posibilidad de que se hagan velatorios o actos masivos por parte de amigos y familiares.
“No es indispensable la cremación; en un cadáver los patógenos van a morir en poco tiempo. Si hay disponibilidad de los cementerios habituales, deben ser usados. También se puede optar por abrir otros espacios, que garanticen la identificación”, indicó, al tiempo que descartó la sola idea de recurrir a fosas comunes.