Las autoridades francesas anunciaron el despliegue de un fuerte dispositivo de seguridad en París el sábado, ante una nueva manifestación de los «chalecos amarillos», que coincide con una marcha por el clima y las Jornadas Europeas del Patrimonio.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, lanzó este viernes un llamado a la calma. «Está bien que la gente se exprese (…) pero debe hacerse en calma», dijo.
El jefe de la policía de París, Didier Lallement, que teme posibles desbordes, anunció el despliegue de 7.500 efectivos, camiones con cañones de agua y vehículos blindados, utilizados para despejar las vías.
Frente a esa gente que «obviamente quiere tomar revancha» y anuncia que «no se rendirá», respondo «aquí estaremos», dijo Lallement en una rueda de prensa desde los Campos Elíseos, escenario de choques violentos en diciembre y marzo.
«Seremos muchos (…) y podremos detener las iniciativas que buscan destruir», prometió.
Los «chalecos amarillos», que protestan desde hace meses contra la política social y fiscal del gobierno, han sacado a las calles desde noviembre a cientos de miles de franceses.
Las manifestaciones, que en varias ocasiones se saldaron con violencia y saqueos, levantaron una polémica en el país sobre el uso de la fuerza, alimentada por imágenes de heridos – cerca de 2.500, a veces graves (24 perdieron un ojo y cinco una mano, según el periodista independiente David Dufresne).
El ministerio del Interior registró por su parte 1.800 heridos entre las fuerzas del orden desde el inicio de las manifestaciones.
En los últimos meses, el colectivo ha perdido fuerza, pero en los últimos días varias convocatorias, difundidas en las redes sociales, llamaban a marchar este sábado en París «contra el sistema».
«Será una manifestación reveladora, porque mucha gente va a ir a París», dijo Jérôme Rodrigues, una de las figuras más conocidas del colectivo de los chalecos amarillos, que espera un nuevo impulso en nombre de la «convergencia de las luchas».
Por temor a desbordes, varias instituciones públicas, museos y monumentos – como el Arco del Triunfo – mantendrán sus puertas cerradas el sábado, en las Jornadas Europeas de Patrimonio, que permiten a los visitantes conocer los bastidores de los edificios públicos.
Con información de AFP